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Hace un tiempo dedicamos una de nuestras microreseñas a “A scanner darkly” de Richard Linklater, una película animada con el método de la rotoscopia, una técnica cinematográfica que consiste en dibujar encima de todo lo filmado. La rotoscopia de “A scanner darkly“, un sistema híbrido de animación 3D e imágenes reales, era un formato evolucionado de lo que ya había hecho años antes Ralph Bakshi con “El Señor de los Anillos” y con “Tygra, Hielo y Fuego“.

A partir de un guion de Ralph Bakshi, Roy Thomas y Gerry Conway, dos guionistas que habían escrito historias para Conan para Marvel Comics durante los años setenta, y con los diseños del maestro de la ilustración de espada y brujería Frank Frazetta como referencia, “Tygra, Hielo y Fuego” nos trasladaba hasta un futuro distópico en el que el mundo ha sufrido cambios catastróficos. Una edad de hielo amenaza al planeta, y la humanidad se ha refugiado en los volcanes para enfrentarse al despiadado frío que controlan el malvado Nekron, señor del Reino del Hielo, y su madre, la malvada Reina Juliana, que dirigen sus fuerzas hostiles hacia la fortaleza del rey Jarol del Reino del Fuego donde residen los supervivientes de la raza humana. Cuando la hermosa hija del rey, la princesa Tygra, es secuestrada por las infrahumanas criaturas que sirven a Nekron el joven guerrero Lam saldrá en su busca. Los reinos del fuego y hielo, el bien y el mal, están condenados a enfrentarse, una vez más y el destino final de la Tierra está en juego.

Tal y como hemos explicado al principio, la película “Tygra, Hielo y Fuego” fue rodada con el sistema de la rotoscopia (primero se filmaron las escenas con intérpretes reales y después se dibujó encima), así que debajo de los dibujos animados habían intérpretes de carne y hueso: la princesa Tygra contaba con el cuerpo real de Cynthia Leake, el guerrero Larn con el de Randy Norton y la voz de William Ostrander, el misterioso Darkwolf con el de Steve Sandor, el malvado Nekron con el de Sean Hannon y la voz de Stephen Mendel, y la hechicera Juliana con el de Eileen O’Neill y la voz de Susan Tyrrell.

En resumen, “Tygra, Hielo y Fuego” es una película de espada y brujería con una historia poco relevante pero que resulta visualmente muy atractiva gracias al estilo Frazetta. Lamentablemente el sistema de la rotoscopia nunca ha convencido a los espectadores, y todas las películas que han utilizado esta técnica han sido siempre un fracaso. Esta película no fue una excepción: costó aproximadamente 1,2 millones de dólares y recaudó poco más de 700.000.

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