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La serie de televisión “Patoaventuras” fue una afortunada idea de Walt Disney Television que hizo las delicias de los más pequeños de la casa, y también de los más mayores, desde 1987 hasta 1990, sumando un total de cien capítulos. En ellos, a lo largo de media hora escasa, nos contaban las aventuras del Tío Gilito McPato (Scrooge McDuck en la versión original en inglés) y sus tres sobrinos del Pato Donald Jorgito, Jaimito y Juanito (Huey, Dewey y Louie en la versión original en inglés) alrededor del mundo, en busca de fortuna (más bien de ampliar la fortuna del pato más rico del mundo) o bien para resolver algunos problemas que surgían con su enorme patrimonio. A menudo acompañados por el patoso piloto Joe McQuack, la sirvienta de McPato, la señora Beakley, y la nieta de ésta, Rosita Vanderquack, estaba inspirada libremente en las aventuras de Indiana Jones y seguía el hilo de los cómics del legendario Carl Barks. Su éxito fue tal que dio pie a una película que se estrenó en los cines: “Patoaventuras: La Película. El tesoro de la lámpara perdida“.

Esta película animada, destinada a un público familiar, de aventuras, con grandes dosis de humor y numerosas referencias cinematográficas para que los papás y las mamás disfruten en la sala de cine acompañando a sus pequeños, “Patoaventuras: La Película. El tesoro de la lámpara perdida” (“DuckTales: The Movie. Treasure of the Lost Lamp“), dirigida por Bob Hathcook y los hermanos Gaëttan y Paul Brizzi, nos contó como Gilito McPato y sus sobrinos encuentran el legendario tesoro de la pirámide de Collie Baba. Entre sus tesoros, la pequeña Rosita descubre una sencilla lámpara de aceite que se lleva de vuelta a Patolandia. Ya en casa la pandilla descubre que la lámpara de Rosita es mágica y que en su interior se esconde un genio que concede deseos. En concreto tres deseos a cada uno, sumando un total de doce. Lamentablemente un malvado mago llamado Merlock también desea poner sus manos sobre la lámpara mágica.

No se puede negar que la película de “Patoaventuras” era de factura sencilla, con un presupuesto mucho menor que las grandes producciones de la factoría Disney de la época como “La Sirenita“, “La Bella y la Bestia” o “El Rey León“. No aspiraba a mucho. Llegó justo después del final de la serie animada, y no funcionó bastante bien como para que Walt Disney Television se plantease recuperarla pero sí como para abrir el camino a una nueva ola de series animadas de televisión como “Chip y Chop: Rescatadores“, “Pato Darkwing” o “Quack Pack“, que era un spin-off de las “Patoaventuras”.

Al cabo de unos años, ya en 2017, la serie de televisión de “Patoaventuras” regresó con tres nuevas temporadas y casi setenta capítulos.

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