Después de más de una década muchos se habrán olvidado esta película, que contaba con un director solvente como Richard Linklater que ha hecho muy buenas películas, que tomaba como inspiración un relato del maestro Philip K. Dick y que tenía al mismísimo Keanu Reeves como protagonista, pero alguien decidió que la mejor forma de hacerla era en forma de película animada y utilizando el sistema de la rotoscopia,… y ahí la cosa se fue al traste.
La rotoscopia es una técnica cinematográfica que utiliza un sistema híbrido de animación 3D e imágenes reales, que consiste en dibujar encima de todo lo filmado, un formato evolucionado de lo que ya intentó Ralph Bakshi en 1978 con “El Señor de los Anillos“, y que el público recibió con muy poco entusiasmo. No había muchos precedentes de películas así (el mismo Linklater en “Walking Life“), y no hubo nadie que lo volviera a intentar.
Dicho esto, “A scanner darkly” era una película interesante que nos trasladaba hasta un futuro distópico, no muy lejano, en el que los EE.UU. han perdido la lucha contra el narcotráfico y donde un agente de policía, que padecía un trastorno de personalidad causado por las drogas, recibía el encargo de vigilar a sus amigos… y a sí mismo. A partir de ese momento el policía se adentraba en un viaje paranoico por un mundo absurdo, donde es imposible descifrar las identidades y las lealtades.
Protagonizada por Keanu Reeves, Winona Ryder, Robert Downey Jr., Woody Harrelson, Rory Cochrane y Ellen Burstyn, la película adaptaba con respeto reverencial la novela homónima de Philip K. Dick del año 1977 que, se dice, tenía algo de autobiográfica. En cierto modo, como en “Blade Runner” (“¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?“), la novela de Dick era una mirada oscura al destino apocalíptico de nuestra sociedad, degradada y deshauciada, y la propuesta cinematográfica de Richard Linklater era un fiel eco de esa voz.
Curioso porque justo ahora ando enganchado a la trilogía de los Arquitectos... y en cuanto acabe con ella iré a…