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Traducida caprichosamente al castellano como “Los amos de la noche“, en una nueva demostración de los títulos de películas mal traducidos (por ignorancia, aunque también por las circunstancias político-sociales del momento en que se estrenaron o por el intento de hacerla más comercial), “The Warriors” es una película basada en la novela homónima de Sol Yurick, que nos trasladaba al mundo de las bandas callejeras neoyorquinas, jóvenes despreciados por la sociedad obligados a sobrevivir en la jungla urbana y que aprenden el significado de la lealtad bajo el abrigo de un grupo. También está inspirada en la llamada Reunión de Hoe Avenue, un encuentro de bandas callejeras del Bronx en 1973 que buscaba una tregua entre las pandillas.

La película nos contaba como los miembros de los Warriors, una pandilla de la ciudad de Nueva York en un futuro distópico, se veía obligada a regresar a su territorio, en Coney Island, después de ser injustamente inculpados por el asesinato de Cyrus, el respetado líder de una pandilla rival que quería dejar de pelear, reunir a todas las bandas y organizar un ejército con el que tomar la ciudad bajo su control. Tras la muerte de su líder Cleon en la confusión que reinaba durante el asesinato del líder de los Riffs, el resto de los miembros de los Warriors luchaban por sus vidas, escapando de la policía, y cruzando los territorios de las hostiles bandas rivales durante su vuelta a casa, desde el Bronx, pasando por Brooklyn y Manhattan, hasta Coney Island, instigados por los verdaderos culpables del asesinato: Luther y los Rogues.

Dirigida por Walter Hill, admirador y alumno aventajado de Sam Peckimpah, la violencia es la reina de la función de “The Warriors“, y eso provocó un problema más allá de las pantallas de cine: pocos días después del estreno de la película, en febrero de 1979, a causa de un aumento del vandalismo y la violencia callejera en varias ciudades norteamericanas, incluso algun muerto, la productora de la película, Paramount Pictures, detuvo su campaña de publicidad en radio y televisión y eximió a los propietarios de salas de cine de su obligación de exhibir la película. Eso no afectó para nada a la popularidad de la película, que con el paso de los años se ha convertido en un título de culto y una de las obras más destacadas de un director que formó parte de esa generación de directores que revolucionaron el cine americano en los setenta y ochenta junto a Spielberg, Lucas, Scorsese, De Palma, Coppola, Miller o Millius. No es para menos, pues en su curriculum se cuentan joyas como “Límite 48 horas“, “Forajidos de leyenda“, el guion de “La huida” de Sam Peckimpah, la idea para la historia de “Aliens” de James Cameron o haberparticipado como productor en la saga de “Alien“.

Cuenta la historia que la película se rodó en zonas de Nueva York que estaban realmente controladas por auténticas bandas callejeras y que se llegó a contratar a algunas de ellas para garantizar la seguridad del reparto, así como el material técnico, y para evitar problemas mayores.

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