La leyenda del Rey Arturo y sus caballeros se considera uno de los mitos fundacionales de Gran Bretaña, con profundas raíces que llegan hasta la dominación romana de Britania y los enfrentamientos de los invasores con pictos, escotos y sajones, y por ese motivo, tras muchos siglos de tradición, tanto la historia como los personajes han sufrido numerosas y relevantes modificaciones con el paso del tiempo. Los relatos acerca del Rey Arturo y los Caballeros de la Mesa Redonda, la mítica ciudad de Camelot, la traición de la reina Ginebra y el caballero Lancelot, la búsqueda del Santo Grial, el papel de la traicionera Morgana Le Fay y la guerra contra Mordred, los poderes de Merlín, la treta de Uther Pendragon para poseer a Igraine y concebir a Arturo, la espada Excalibur y la Dama del Lago,… son algunas de las historias más conocidas de la literatura universal en la que se han inspirado numerosas versiones del mito, algunas más cercanas a una hipotética versión histórica y otras que, por decirlo de forma suave, se aventuraban en territorios desconocidos con el mito del Rey Arturo como excusa.
“Taliesin” es la primera novela del llamado Ciclo Pendragon de Stephen R. Lawhead, una saga donde el escritor norteamericano intentó presentar las leyendas artúricas en un marco histórico real, para que el lector pudiese asociar la mitología con los hechos acontecidos. Para eso Stephen R. Lawhead basó sus historias en textos históricos reales como los manuscritos medievales galeses del “Mabinogion“, la monumental crónica escrita por el galés Godofredo de Monmouth entre los años 1130 y 1136 “Historia Regum Britanniae“, y los escritos de poetas medievales como Taliesin, Gildas y Nennius, entre otros. No es, ni mucho menos, una novela de alta fantasía ni sigue los postulados de la literatura fantástica establecidos por J.R.R. Tolkien.
En su primera novela, publicada en 1987, Stephen R. Lawhead nos presentó al príncipe Taliesin, hijo del rey Elphin ap Gwyddno Garanhir y príncipe-bardo del pueblo Cymry, y de Charis, hija del rey Avallach y superviviente del hundimiento de la Atlántida, que reunía toda la grandeza humana, nobleza y bondad, mansedumbre majestad y sinceridad, cautivaba a los más encumbrados personajes con sus poemas y canciones. El libro, de más de seiscientas páginas, nos cuenta como solo tres barcos consiguieron zarpar a tiempo de la isla de los altivos atlantes antes de que las aguas se tragaran la ignota y maravillosa Atlántida. Las tres embarcaciones, en las que viajaban el rey Avallach y su hija Charis, emprenden un largo peregrinaje que finaliza en las costas de Britannia, en la brumosa isla de Inys Prydein. Allí existe un mundo diferente, en el que los jefes celtas luchan por sobrevivir durante el ocaso del Imperio de Roma y donde la incomparable belleza de la princesa Charis enciende la llama de un amor sublime que será el vínculo entre dos reinos. Es pues una historia que abarca dos mundos, uno que queda atrás bajo las aguas y otro que se presenta como mucho más que un nuevo reino.
La saga del Ciclo Pendragon está formada por seis novelas (“Taliesin“, “Merlín“, “Arturo“, “Pendragon“, “Grial” y “Avalon“) y sigue de forma cronológica la mitología del rey Arturo, empezando en la infancia de Taliesin, el padre de Merlin, y terminando con Arturo y la leyenda del Grial, sin olvidar elementos tan esenciales de la mitología artúrica como la espada Excalibur, los Caballeros de la Mesa Redonda, Mordred, Lancelot, la taimada Morgana, la infiel Ginebra, Avalon o la búsqueda del Santo Grial.
Pues yo recuerdo está película con mucho cariño. Quizás no llegue al nivel de Toy Story o Gremlins pero... ¿qué…