La segunda Estrella de la Muerte ha sido reducida a pedazos en los cielos de la luna de Endor. El emperador Palpatine ha muerto y su sirviente más leal, el lord oscuro del Sith Lord Darth Vader, ha caído con él. Ha sido un golpe devastador para el Imperio Galáctico y una gran victoria para la Alianza Rebelde, pero lucha por la libertad no ha terminado todavía.

sw_imperiodestruido_portadaHace mucho tiempo, en una galaxia muy muy lejana…

Las cenizas de la pira funeraria de Darth Vader aún estan calientes, y su casco quemado todavía está en la boscosa luna de Endor donde lo dejó su hijo, Luke Skywalker. Quedan muchos años para que Kylo Ren se lamente de su destino con los restos del traje de su abuelo entre las manos. Los rebeldes celebran la destrucción de la Estrella de la Muerte junto a los entrañables ewoks, pero solamente se ha ganado una batalla. La guerra no ha terminado aún.

Como venimos explicando cada vez que reseñamos algún producto de “Star Wars“, tras la compra de LucasFilm Ltd. y la franquicia de “Star Wars” en el año 2009, la compañía Walt Disney Pictures decidió dar carpetazo al ‘Universo Expandido’ que nos había explicado en cómics, novelas, series de televisión y videojuegos todo lo que había sucedido antes del encuentro de Qui-Gon Jinn con el niño esclavo Anakin Skywalker en el planeta Tatooine y después de la muerte del malvado Emperador Palpatine a manos de Darth Vader en la segunda Estrella de la Muerte, sobre las lunas de Endor. Así, la compañía tenia campo libre para poner en marcha varios proyectos ambientados en el universo de “La Guerra de la Galaxias”, como nuevas colecciones de cómics, renovadas series de televisión, secuelas cinematográficas como “Star Wars VII: El despertar de la Fuerza” de J.J. Abrams y varios spin-off centrados en las aventuras de personajes secundarios de las seis películas de la saga cinematográfica, como ese “Rogue One: A Star Wars Story” de Gareth Edwards que se estrenará el próximo mes de diciembre.

Star Wars: Imperio Destruido” (“Star Wars: Shattered Empire”) es una serie limitada de cuatro números de 24 páginas, escrita por Greg Rucka (“Queen and Country”, “Lazarus”, “Gotham Central”, “Whiteout”,… y de la novela “Antes del Despertar” ambientada poco antes de los acontecimientos narrados en “Star Wars VII: El Despertar de la Fuerza”) y dibujada por el solvente Marco Checchetto (“Spider-Man”, “Punisher”, “Daredevil”, “Avengers”,…), con el color de Andres Mossa y las portadas de Phil Noto, publicada originalmente por Marvel Comics (que recuperó los derechos para editar cómics de “Star Wars” de manos de Dark Horse Comics) y que en nuestro idioma publica Planeta Cómic en formato grapa. Un equipo creativo contrastado y con cierto pedigrí para dar forma al esperado retorno de “Star Wars” a la Casa de las Ideas.
Su argumento enlaza directamente con los acontecimientos narrados en “Star Wars VI: El Retorno del Jedi“, siguiendo la historia allí donde terminaba la tercera película de la trilogía original, en la fiesta de celebración de la aldea ewok. En esta ocasión, sin embargo, el foco de atención de centra en Shara Bey, piloto rebelde de un A-Wing durante el asalto final a la Estrella de la Muerte y, en menor medida, en su marido, el comando Kes Dameron (¡los padres del piloto Poe Cameron de “Star Wars VII: El despertar de la Fuerza“!) aunque, por supuesto y nadie hubiese imaginado lo contrario, las peripecias de esta valerosa piloto de la Rebelión cuentan con conocidos y relevantes invitados especiales, empezando por el pícaro bribón Han Solo, un contrabandista reconvertido en héroe de la Alianza Rebelde, al que Bey deberá acompañar en la primera entrega de “Star Wars: Imperio Destruido” en una misión para acabar con un grupo de resistencia imperial que se ha acuartelado en una zona apartada de la luna de Endor a la espera de una oportunidad para contraatacar.
Una vez presentados en el primer número los personajes protagonistas, sus habilidades y sus debilidades, sus conflictos personales y su compromiso con la causa, la historia toma nuevos derroteros a partir del segundo número, cuando se pone en evidencia que el Emperador Palpatine estaba preparado para cualquier eventualidad, incluso para su muerte. Con el nombre de Operación Cenizas, pocos días después de la catástrofe de Endor, un puñado de oficiales del Imperio reciben el encargo de reunir a las fuerzas imperiales diseminadas y contraatacar con fuerza y sin piedad, empezando por el planeta Naboo a donde Shara y la princesa Leia Organa se han desplazado en misión diplomática.
Finalmente el cuarto y último número cuenta con el tercer invitado de la función, el joven Jedi de Tatooine Luke Skywalker, al que Shara Bey deberá acompañar hasta una lejana base imperial donde se guarda un valioso objeto relacionado con el Templo Jedi, ese lugar sagrado del Lado Luminoso de la Fuerza que su propio padre, ya como fiel acólito de Darth Sidious, arrasó hasta los cimientos en la oscura “Star Wars III: La Venganza de los Sith“.

Con el encabezado de “Rumbo al Despertar de la Fuerza“, estos cuatro numeros de “Star Wars: Imperio Destruido” podrían haber sido, perfectamente, parte de ese ‘Universo Extendido’ que Walt Disney Pictures se cargó de un plumazo y muy poco tiene que ver con la película de J.J. Abrams a la que hace referencia.
En Disney desecharon todo el material conocido como ‘Universo Expandido’ en abril del año 2014, incluyendo a personajes tan emblemáticos como el Gran Almirante Thrawn, Darth Bane, la sith Asajj Ventress, la Mano del Emperador Mara Jade, el falleen Xizor de la organización criminal Sol Negro, Talzin de Dathomir, Kyle Katarn, los zombies de “Las tropas de la muerte”, Jorus C’Baoth, los hijos de Leia Organa y Han Solo Jacen y Jaina, el renacido Darth Maul con piernas robóticas de “Las Guerras Clon” o Darth Revan, para construir desde cero nuevo material canónico, aquel que Walt Disney Pictures iba a señalar como oficial y del cual “Star Wars: Imperio Destruido” tenía que ser referencia ineludible.
Ni los personajes, ni el marco temporal, ni las aventuras, ni las referencias, ni las citas y ni siquiera los guiños tienen nada que ver con la séptima película de la saga cinematográfica salvo un apellido: Dameron. El resto, los cuatro números de la serie limitada, noventa y seis páginas, sucede a lo largo de un mes escaso de la destrucción de la Estrella de la Muerte y sorprende por su desorden, la carencia de un hilo argumental sólido y la intrascencia de las aventuras que nos cuentan. Ni siquiera una propuesta tan sugerente y con potencial como la Operación Cenizas se desarrolla con algo de coherencia, y queda reducida a una triste mención sin continuidad. En conjunto, un grupo de ideas diseminadas, algunas de ellas interesantes, que se agrupan de forma patosa para construir una obra irregular.

Como conclusión, y como recurrente reflexión final en las reseñas de cómics de “Star Wars”, señalaremos “Star Wars: Imperio Destruido” es recomendable principalmente, por no decir exclusivamente, para los aficionados y seguidores de la saga aunque su lectura se tendría que acometer con el listón bajo. El entretenimiento está garantizado, pero el resultado queda lejos de lo que se esperaba cuando se anunció en su momento. Lástima.

Star Wars: Imperio Destruido 1-4.
Guión: Greg Rucka
Dibujo: Marco Checchetto
Título original: Star Wars: Shattered Empire
Fecha de publicación: Noviembre y Diciembre de 2015
Formato: 16,8×25,7cm. Grapa
Páginas: 32 páginas cada número
Precio: 2,50 euros