El artista francés Matthieu Bonhomme nos dejó anonadados hace cinco años con su valiente y moderna reinterpretación de uno de los personajes más emblemáticos del cómic. Su “El hombre que mató a Lucky Luke“, publicado por Ediciones Kraken, nos demostró que se podía dar una necesaria y brillante puesta al día al ‘lonesome cowboy‘ pero seguir siendo fiel a la obra original de Morris. Y ahora lo ha vuelto a hacer.
Angie, Bonnie y Cherry son tres hermanas en busca de su fortuna atravesando el territorio apache en dirección a Liberty. Lucky Luke se ofrece a escoltarlas, poniendo a su servicio sus talentos de vaquero y pistolero, y juntos huyen de los indios que les pisan los talones. Las tres hermanas pronto se sienten atraídas por la fuerza y el valor del vaquero, y comienzan a competir por su afecto.
La Fundación Hergé, conocida también como Moulinsart SA, dirigida por los herederos de Georges Remi ‘Hergé’, es la organización oficial que custodia y gestiona los derechos de la obra de Hergé y su creación más destacada, Tintín. Su control es férreo. La meticulosidad, el rigor, la severidad y hasta la intransigencia en defender y promover la obra de Hergé es bien conocida y cumplen con mano de hierro lo establecido por el dibujante belga, que no quería que otros artistas crearan nuevas historias del personaje después de su muerte. El caso de Maurice de Bevere ‘Morris’ es diferente, pues el creador de Lucky Luke nunca tuvo reparos en que otros heredaran el personaje y lo llevaran más allá de donde él lo había dejado, tal y como él mismo hizo cuando desapareció René Goscinny. Tras 87 álbumes, cuatro largometrajes y más de cien episodios para la serie de televisión animada sobre el audaz vaquero, cualquier autor podía seguir adelante con su legado.
Lucky Luke es un cowboy solitario, conocido por ser ‘más rápido que su propia sombra‘ con su revólver, que se enfrenta al crimen y la injusticia, deteniendo forajidos, escoltando caravanas de pioneros o de mujeres, protegiendo a los inocentes, dialogando con las tribus de indios asentadas en las praderas, o ejerciendo de mediador del Gobierno de EE.UU. en misiones diplomáticas por todo el Viejo Oeste. Fue creado en 1946 por el dibujante belga Maurice de Bevere ‘Morris’ (1923-2001) y ha contado con numerosos guionistas, entre los que destaca René Goscinny (1926-1977), aunque no deben ignorarse las aportaciones de Bob de Groot o Claude Guylois, editados por Dupuis (treinta y un álbumes, desde 1946 a 1967) y Dargaud (de 1968 a 2002). Sus historias siempre acababan bien, o al menos terminaban como deseaba el protagonista que terminasen: con los cuatro hermanos Dalton encerrados en el penal y con Lucky Luke cabalgando sobre su fiel Jolly Jumper con destino a ninguna parte, iluminados por el sol anaranjado del ocaso mientras el héroe canta una triste balada sobre su vida solitaria.
Setenta años después de su primera aparición, el mito creado por Morris se mantiene como referente de un género, el ‘western‘, que nació para parodiar pero que por el camino se contagió de sus propios guiños para acabar influyéndolo directamente… con algunos matices: Lucky Luke hace tiempo que cambió el cigarro en los labios por una espiga de trigo en aras de la corrección política (en concreto en el año 1983, lo que le valió a Morris el reconocimiento de la Organización Mundial de la Salud).
De todos los autores que han seguido adelante con el legado de Morris, hay que diferenciar dos modelos: los que son fieles al estilo del autor original y aquellos que se atreven a ir un poco más allá, a romper los esquemas establecidos. En el primer grupo podemos encontrar a Laurent Gerra y Achdé, o Daniel Pennac y Tonino Benacquista, autores de “Luky Luke contra Pinkerton”, “Con la soga al cuello”, “La Coartada”, “Lucky Luke: La batalla del arroz”, “Lucky Luke: El jinete solitario” o “Lucky Luke. El hombre de Washington”, entre otros, mientras que en el segundo podemos encontrar a Guillaume Bouzard y Matthieu Bonhomme, quizás influenciados por la excelente colección especial de álbumes ‘one-shot‘ titulada “Una aventura de Spirou y Fantasio por…” que desarrollaba aventuras de Spirou al margen de la serie principal del personaje. Y en las páginas de “Se busca Lucky Luke” se nos demuestra una vez más que es posible hacerlo bien, renovando las historias para acercarlas al siglo XXI pero siendo fiel al espíritu original de sus creadores.
En “Se busca Lucky Luke” el protagonista vivirá dos aventuras a la vez. Por un lado se topará con tres hermanas de armas tomar, valientes e independientes, que quieren atravesar el árido territorio apache con su ganado para venderlo en la próspera ciudad de Liberty. Ellas encuentran en Lucky Luke al que podría ser el hombre de su vida, y comienzan a competir entre ellas por su afecto. Las relaciones de Lucky Luke con el sexo opuesto han sido siempre un poco complicadas, por decirlo de alguna manera. Sin pareja estable conocida, salvo quien quiera ver a Jolly Jumper como algo más que su montura, el cowboy ha escapado siempre de las mujeres y del compromiso salvo una aventura a finales de los ochenta, titulada “La novia de Luky Luke“, en la que el protagonista se veía metido, si quererlo ni beberlo, en una relación mientras escoltaba a un grupo de jóvenes solteras casaderas hasta una ciudad fronteriza poblada solo por hombres. En “Se busca Lucky Luke” la historia de Luke con Angie, Bonnie y Cherry no tiene el mismo sentido del humor que la obra mencionada, ni el mismo tono naif, pero no renuncia a poner a Lucky Luke en dificultades, sacando a la luz sus debilidades y sus puntos flacos, y a obligarnos a pensar y debatir sobre su sexualidad.
Por otro lado Lucky Luke descubrirá que han puesto precio a su cabeza y que el cowboy ‘más rápido que su propia sombra‘ es ahora uno de los forajidos más buscados del oeste. Las dos historias, inevitablemente, se irán cruzando en una madeja espesa, con ritmo y emoción a raudales, en la que viejos conocidos del cowboy regresarán del olvido, como el hijo de Phil Defer, un primo de los Dalton, los apaches de Patromino o la banda de Joss Jamon, para ponerle las cosas difíciles y reclamar el botín que ofrecen por su cabeza. También encontraremos numerosas referencias a la propia serie, a los títulos clásicos de Morris y Goscinny, y también al cine, a los westerns de John Ford, Anthony Mann, Howard Hawks o Clint Eastwood, que podremos encontrar diseminadas a lo largo del tomo sin interferir en la lectura de quienes no están familiarizados con ellas. Por suerte Bohomme prescinde del estándar clásico del cómic europeo de las 48 páginas, y sube hasta las 68 páginas para poder contarnos la historia con más espacio y menos prisa.
En resumen, y como ya sucedió con “El hombre que mató a Lucky Luke“, “Se busca Lucky Luke” de Matthieu Bonhomme es uno de los grandes títulos del cómic que nos han llegado en los últimos meses, en una edición excelente de la mano de Ediciones Kraken. Muy recomendable.
Se busca Lucky Luke
Autor: Matthieu Bonhomme
Fecha de Publicación: Noviembre de 2021
Formato: 23,5x31cm. Cartoné. Color
ISBN: 978-84-16086-17-7
Páginas: 68
Precio: 20,00 euros
Curioso porque justo ahora ando enganchado a la trilogía de los Arquitectos... y en cuanto acabe con ella iré a…