La mitología y la religión han alimentado las artes y la cultura desde siempre, y muchas de las historias que nos han relatado desde la Antigüedad hasta la actualidad han bebido de las leyendas y los mitos de los griegos, de los escandinavos o de los chinos. En el caso de la “Atalanta” de Didier Crisse, por ejemplo, es evidente que el autor se ha sumergido en la mitología que comprende la religión, creencias y leyendas de los pueblos helenos, sus criaturas, sus monstruos y sus héroes. Sí, la mitología clásica posee grandes historias con todos esos elementos esenciales que gustan entre los lectores del genero fantástico.
Abandonada al nacer por su padre y condenada a vivir sin amor por la diosa Hera, Atalanta fue adoptada por los habitantes del bosque sagrado y criada entre un grupo de cazadores humanos, hasta que se une al príncipe Jasón y sus argonautas para ir en busca del mítico vellocino de oro.
La mitología griega es el conjunto de mitos y leyendas pertenecientes a la antigua civilización del Mediterráneo oriental que tratan de sus dioses y héroes, la naturaleza del mundo, la cosmogonía y la cosmología (o el intento por hacer comprensible el universo en términos humanos y explicar el origen del mundo), los orígenes y el significado de sus propios cultos y prácticas rituales.
Estas historias son, de hecho, la cultura que sirvió de base a la civilización occidental y la semilla del árbol sobre el que se asienta nuestra sociedad contemporanea. Nadie puede negar que muchos de sus mitos, cuentos y leyendas han abastecido el imaginario popular durante siglos y aún hoy lo siguen haciendo a través de la literatura y el cómic o medios audiovisuales como el cine o la televisión pero resulta paradójico ciertamente cómo historias tan lejanas para el hombre contemporáneo sigan siendo la semilla germinal de muchos de los argumentos de obras recientes, si bien se van actualizando con el tiempo y adaptando su formato al género de moda.
En este contexto aparece la Atalanta de Didier Crissé, una mortal en un mundo de criaturas mágicas, dioses y monstruos, en una era extraña en la que los seres mitológicos conviven con la joven raza de los hombres mortales, un tiempo en el cual los griegos han perdido el miedo y se atreven a viajar más allá del horizonte, a pulir sus espadas de bronce y luchar contra los monstruos del Hades, a enfrentarse a los mismísimos dioses que, sentados en su trono en la cima del monte Olimpo, empiezan a dudar de su omnipotencia. Los hombres, piezas de un juego de mesa entre divinidades impredecibles, han decidido salir del tablero y decidir su propio camino, dejar de ser títeres y labrar su propio destino.
Y es que aunque los dioses podían explicar el origen de muchas cosas, el ser humano necesitaba de otros personajes con los que identificarse. Así aparecieron los héroes como Jason, Aquiles o Ulises. Mortales, pero con alguna relación con los dioses, que sirven de ejemplo para el hombre, abriendo caminos y ejemplificado, en la catástrofe, la visión del dolor.
Es en este tiempo, en este lugar imaginario, en el que la bella Atalanta nace y crece, para convertirse en leyenda. Según la mitología, era una heroína consagrada a Artemisa y reconocida por sus inmejorables habilidades para la caza. Decidió no casarse nunca y mantenerse virgen para consagrarse a la diosa de la cacería y los montes, pues un oráculo le predijo que el día en que se casara sería convertida en animal, pero un apuesto joven, llamado Hipómenes, consiguió obtener la mano de Atalanta gracias a un ardid. La pareja, muy enamorada, vivió feliz durante un tiempo pero el destino terminó por alcanzarla: la diosa Cibeles los transformó en dos leones y los condenó a una vida separada.
Su historia la hace ser valorada, desde nuestra perspectiva contemporánea, como un precedente del feminismo y el papel que le otorga Crisse en “Atalanta“, incide en este aspecto.
El nombre del dibujante y guionista belga Didier Chrispeels ‘Crisse’ no es desconocido para los lectores y aficionados al bande dessinée de fantasía, e incluso más de uno no dudará en señalarlo como uno de sus principales exponentes y un referente ineludible. De hecho, cuando en ViaNews hacemos un repaso de las que consideramos que son las obras esenciales del cómic de fantasía francés aparecen “Lanfeust de Troy” de Arleston y Tarquin, “Las Leyendas de los Pueblos Olvidados” de Chevalier y Segur, “La Búsqueda del Pájaro del Tiempo” de Serge Le Tendre y Regis Loisel, “La Espada de Cristal” de Crisse, Goupil y Anik, el “Elric de Melniboné” de Blondel, Cano, Poli, Recht y Telo, el “Okko” de Hub y también esta “Atalanta” de Crisse. Pero en la carrera de Crissé sobresalen muchos otros títulos, como “Kookaburra“, “Luuna” (que también publica en castellano Yermo Editorial), “Cañari” o “Ishanti“, y en la mayoría de ellos Crisse tiene la costumbre de contar con protagonistas femeninas, siempre mujeres libres, independientes y fuertes, capaces de enfrentarse a las dificultades con valor y decisión, sin depender para nada de la ayuda masculina. No son, en ningún caso, las clásicas princesas de Disney desválidas y débiles sino heroínas. Como su Atalanta.
En este año 2016, a pocos meses de celebrar su tercer aniversario, nuestra estimada Yermo Ediciones ha recuperado esta serie del BD francobelga escrita y dibujada por Didier Crisse para Éditions Soleil que, en su momento, Norma Editorial publicó en la colección Pandora y dejó a medias. No fue la primera, y no será la última vez que una colección de Norma Editorial se quede interrumpida y me quede con la miel en los labios pero en esta ocasión parte de la responsabilidad se puede atribuir a su autor, Crisse, que dejó la serie interrumpida durante seis largos años.
Este primer volúmen integral recoge un primer ciclo, los primeros cinco álbumes (“Le Pacte” del año 2000, “Nautiliaa” del 2002, “Les Mystères de Samothrace” del 2003, “L’Envol des Boréades” del 2009 y “Calaïs et Zétès” del 2012) de los ocho aparecidos en su edición original hasta el momento (“Le Labyrinthe d’Hadès” del año 2013, “Le dernier des Grands Anciens” del 2014 y “Les Taureaux de Colchide” del 2015) además del álbum-homenaje de ilustraciones de dibujantes amigos “Les Amis d’Atalante”.
A partir de la sexta aventura de la amazona Atalanta hubo un cambio substancial en el reparto de autores, pues el dibujante francés Grey recogió el guante de Crissé y el belga se limitó a firmar el guión y respecto a la tarea del color Anyk se encargó de colorear los dos primeros números, y Frédéric Besson se han encargado del color en las entregas siguientes.
De hecho Crisse no está haciendo nada nuevo al ceder el lápiz a Grey. Por ejemplo, el maestro Regis Loisel tampoco dibujó ninguna de las entregas de la precuela de “La búsqueda del pájaro del tiempo”, y se limitó a dejar la labor creativa en manos de dibujantes que mimetizaban su estilo con absoluto respeto siguiendo sus storyboards, o redibujando sus bocetos a lápiz, y Loisel se reservaba únicamente el papel de bocetar y de la “dirección gráfica”. Como los grandes maestros de la pintura del Renacimiento, que solían tener un grupo de aprendices y alumnos a su alrededor, bajo su tutela, que muy a menudo se encargaban de completar el trabajo del artista, de pintar sus cuadros siguiendo las indicaciones y el estilo del maestro. Con este sistema de trabajo Crisse, como antes Loisel, se reserva la parte que más le gusta (montar la historia, la composición de las viñetas y la puesta en página) y cede la parte más compleja del proceso de dibujo a Grey, que intenta mimetizar el estilo y la precisión detallista de Didier Crisse y esconder su propio gesto. Pero, bueno, esto lo podremos comprobar en el segundo volumen de la edición integral de “Atalanta“.
En el primer capítulo, “El Pacto“, conoceremos a la recién nacida Atalanta, despreciada y sentenciada por su padre, el rey Yaso de Arcadia que esperaba un hijo varón, que salva la vida por la intervención de tres diosas del Olimpo que la bendicen con tres dones… y una maldición: la rapidez de Hécate, la fuerza de Artemisa y la belleza de Afrodita, pero virgen por mandato de Hera, esposa y hermana de Zeus, que le augura la ira de los dioses si un ser viviente la posee algún día. La niña es acogida por las criaturas mágicas del bosque, faunos, sátiros, ninfas y demás, y crece ignorante de sus orígenes y su destino. Una vez llega a la madurez, ya junto a los seres humanos, Atalanta unirá su camino a Jason y los argonautas, Hércules incluido, que a bordo del Argos zarpan rumbo a Cólquida en busca del mítico vellocino de oro.
¿Quién no conoce esta historia? El rey Pelias, que ha usurpado el trono a Esón, vive temeroso del cumplimiento de una profecía que anuncia que será destronado por un hombre que se presentará ante él con una sola sandalia. Jasón, hijo de Esón, cumplirá esta profecía. Para alejarlo del reino, Pelias le asigna una misión: conseguir el Vellocino de oro. Si se lo presenta, será proclamado rey en su lugar. Jasón emprende entonces un viaje lleno de aventuras y peligros acompañado de un grupo de héroes, los Argonautas. Y Crisse sabe aprovechar esta narración maravillosa de la antigua Grecia y darle nueva vida, color textura, ritmo y modernidad (añadir un personaje femenino como protagonista) de forma brillante.
En “Nautiliaa“, los tripulantes del Argos llegarán a la isla de Lemnos, una tierra poblada solamente por mujeres donde los hombres fueron reclamados, a petición de ellas, por el dios Poseidón. Allí se verán envueltos en una guerra de sexos, una lucha entre hermanas hechiceras y una historia de amor de tintes trágicos. Y es que, lo que han hecho los dioses no se puede deshacer.
En la tercera entrega, “Los misterios de Samotracia“, una tormenta arrastra al maltrecho bajel Argos hasta las costas de la isla de Samotracia y a sus tripulantes hasta los laberintos del palacio de los Cabiros, donde serán acechados por esfinges, minotauros e hidras, y se enfrentarán a sus propios reflejos oscuros para desvelar los secretos de un antiguo culto que tuvo que huir de los desiertos ardientes de Egipto y buscar un nuevo hogar en las aguas del Mediterráneo. Al final del relato un nuevo personaje se unirá a los Argonautas… para su desconsuelo.
El cuarto y el quinto episodio, “El vuelo de los boreadas” y “Calais y Zetes” forman una única historia en la cual la desgracia se abatirá sobre los argonautas en la ciudad de Salmideso. Al ayudar a los hambrientos habbitantes contra una horda de arpías que destruye sus campos y masacra sus rebaños, los voladores hijos de Bóreas, Calais y Zetes, caen en manos de la reconrosa reina de las arpías en su ciudad que descansa en un lecho de nubes, flotando sobre el cielo, que pretenden hacer pagar los crímenes de su progenitor en los dos jóvenes guerreros alados. La muerte acecha, y ni las quimeras, ni los grifos, ni ninguno de los nuevos aliados que se unirán a Atalanta y los argonautas en su lucha podrán evitar el destino funesto.
El talento de Crisse con el lápiz y su profundo conocimiento de la mitología griega, bien documentada (como nos demostró también de la amerindia en “Luuna” o de la egipcia en “Ishanti“, nos presentan el mundo de Atalanta, imaginario, soleado, colorido y coherente, tal y como Homero se lo habría imaginado, un Mediterráno mítico repleto de monstruos y criaturas mágicas, dioses que juegan con el destino de los hombres y semidioses que se enfrentan a los caprichos del Olimpo, reyes despóticos, guerreros valerosos y aventureros sedientos de gloria. Sobre el escenario, un repertorio comedido de personajes principales con motivaciones claras y comprensibles que evolucionan al son del desarrollo de los acontecimientos y también, como no podía ser de otra manera en un cómic de fantasía épica de BD, un extenso reparto coral de personajes secundarios que acompañan y enriquecen la narración y proporcionan los detalles necesarios, las claves y los secretos que esconde la historia.
Y en las islas, rocas flotado entre el profundo azul del mar y el infinito azul del cielo, Crisse no olvida disponer con pulcritud una múltiple imaginería fantástica de objetos, edificios, lugares, artefactos y paisajes, detalladamente reproducidos a lo largo de las cinco entregas de este primer ciclo de “Atalanta“. Todo detalle merece la atención del dibujante. Este aspecto es uno de los elementos característicos en las creaciones de Didier Crisse, así como el extenso muestrario de monstruos y criaturas míticas que pueblan el mundo, y el extenso repertorio de personajes principales algunos con motivaciones claras y comprensibles, de perfiles claros y definidos sin claroscuros ni medias sombras pero otros, los dioses, tan volubles y caprichosos, turbadores e indescifrables, como nos los ha descrito siempre la literatura clásica.
¡Y las criaturas, exquisitas! Infinito catálogo de la mitología helénica, un muestrario de monstruos, criaturas, seres fantásticos, bestias mitológicas y razas imaginarias digna del manual más extenso de la Tierra Media de Tolkien, el Ackbar de LeTendre y Loisel en “La Búsqueda del Pájaro del Tiempo”, la saga de Troy de Christophe Arleston o los Reinos Olvidados de Ed Greenwood y R.A. Salvatore: desde los sátiros hasta los dos boreadas que acompañan a los Argonautas, pasando por la quimera y los grifos de “El vuelo de los boreadas”, la esfinge y los chacales de las tinieblas de “Los misterios de Samotracia”, los pegasos y las arpías de “Calais y Zetes”, los centauros de “El Pacto”, faunos como Piros, el minotauro y la hidra de “Los misterios de Samotracia”, las piezas de ajedrez de los dioses del Olimpo, y animales tan cotidianos como pulpos, ballenas, delfines, pájaros de todos los tipos, tamaños y colores,… ¡Dios, qué talento más enorme alberga Crisse en la mano derecha!
“Atalanta” es una nueva demostración del buen ojo de Yermo Ediciones, del olfato fino que tienen desde hace tres años cuando desembarcaron en el mercado del cómic, una editorial que se ha consolidado en el panorama nacional con su cuidada selección de BD francobelga de fantasía e histórico que publican siempre con mucho esmero y gran cariño por el producto, en ediciones de gran calidad que, claro, elevan algo el precio. No todo podía ser perfecto, pero tampoco se esconden ni pretenden engañar a nadie.
Sí, tras una larga espera por fin dispondremos de una edición integral de “Atalanta”, la obra maestra de Crisse, que incluye los volúmenes “El Pacto“, “Nautiliaa“, “Los misterios de Samotracia“, “El vuelo de los boreadas” y “Calais y Zetes“. Una actualización de la mitología griega en la que acción y humor se entremezclan para formar un gran relato de aventuras. No usamos la palabra ‘clásico’ muy a menudo, pero en este caso y hablando de la fantasía, creo que es adecuado. El humor, la épica y la intriga están en el guión de esta historia. La belleza, la compleja sencillez y la expresividad en su dibujo.
Y es que “Atalanta” es un recomendable cómic de fantasía, un entretenimiento que garantiza al lector la inmersión en un mundo de aventuras mágico pero cercano y conocido. De nuevo, un magnífico ejemplo de la fantasía épica que tan bien dominan al otro lado de los Pirineos.
Atalanta. La leyenda. Volumen 1.
Autor: Crisse
Fecha de Publicación: Marzo de 2016
ISBN: 978-84-16428-50-2
Formato: 22,3×31,2cm. Cartoné. Color
Páginas: 245
Precio: 43,00 euros
A ver, la de abogados cristianos (me la agarras con la mano) me parece tan estúpido... en fin, además ahora,…