Parece que no debería quedar ningún hueco en la cronología del universo galáctico de “Star Wars” que no haya sido explicado, bien en alguna de las seis películas canónicas, bien en la serie de televisión animada, en los videojuegos, en los cómics y en las novelas que conforman el llamado ‘Universo Expandido’ pero, aunque parezca increíble, aún quedaban en el tintero aventuras sin contar de Luke, Han, Leia y compañía.
Después de la destrucción de la Estrella de la Muerte, los Rebeldes son perseguidos por el Imperio. Sospechando de un posible topo en sus filas, la princesa Leia forma un Escuadrón X en secreto (su hermano gemelo Luke Skywalker incluido) que destape quién es el espía y ayude a encontrar un hogar seguro. Mientras Han Solo y Chewbacca se embarcan en una nueva misión.
La mayoría de los cómics de “Star Wars” no se suelen caracterizar por un guión complejo sino que recurren a una buena historia, con pocos personajes y un desarrollo lineal al estilo tradicional del inicio/nudo/desenlace. Esto no es una crítica hacia su simplicidad sino la exposición de un hecho, de una decisión editorial que prioriza el entretenimiento, el ritmo rápido y las ventas como si fuesen un producto de consumo fast-food. Esto, por delante de apostar por trabajos más elaborados, dignos de los elogios de la crítica y de los premios de prestigio que reconocen la innovación y el talento de sus autores.
El material de trabajo de Dark Horse Comics, la arcilla a partir de la cual moldear las historias de “Star Wars”, es de lo mejor de lo que se puede disponer. Es rico y heterogéneo, y puesto en las manos adecuadas, en las de un guionista con experiencia y aptitud, el resultado no puede ser otro que un buen cómic. Pero, claro, esto no siempre sucede, y en el caso de los cómics de “Star Wars” la excepción es la norma. Se podían contar con los dedos de una mano los cómics de calidad, mientras que abundan las mediocridades y los fuegos artificiales sin sustancia: mucho ruido, mucha luz, y luego el silencio. Es fácil pretender obtener un producto resultón si se tienen personajes protagonistas tan potentes como el cazarrecompensas Boba Fett o el Lord Oscuro del Sith Darth Vader, pero creer que con ellos al frente la mitad del trabajo ya está hecho es un gran error. La otra mitad del tapiz debe estar bien tejida, y esto suele brillar por su ausencia, por desgana, por prisas o por comodidad.
Así, entre los cómics de “Star Wars” hay trabajos magníficos, como “Los Jedis contra los Sith” de Macan, Bachs y Fernández o la adaptación al cómic de la trilogía literaria de Timothy Zahn “Heredero del Imperio”, pero también hay verdaderas bazofias que no están a la altura del precedente al que deben rendir pleitesía. ¿De qué títulos estoy hablando? Es cuestión de opiniones, pero yo recomiendo no invertir ni un euro en las dos entregas de “Imperio Oscuro” o en el “Imperio Carmesí”. Entre lo mejor y lo peor, con algunos detalles que merecen la pena pero sin alcanzar la brillantez, títulos como “Tiempos Oscuros”, “Purga”, “Caballeros de la Antigua República”, “Legado”, “Imperio”, o “Rebelión”.
Como nos gusta explicar siempre que reseñamos algún cómic de “Star Wars” que nos cuentan historias al margen de lo narrado en las seis películas oficiales, se denomina ‘Universo Expandido’ a los acontecimientos de la saga galáctica que sucedieron antes, durante y después de las entregas cinematográficas, desde el lejano pasado hasta el ignoto futuro, desde los ancestros de los Sith hasta los descendientes de los descendientes de los Jedi, pasando por el encuentro del maestro Jedi Qui-Gon Jinn con el niño esclavo Anakin Skywalker en Tatooine en el 32 aBY, por las Guerras Clon entre la República Galáctica y la Confederación de Sistemas Independientes o Separatistas, del 22 aBY al 19 aBY, hasta la derrota del Emperador Palpatine en la batalla de Endor, en el año 4 dBY.
El crecimiento de este llamado ‘Universo Expandido’ en los últimos veinte años ha sido abrumador y se ha sostenido en tres pilares fundamentales, ramas de esa semilla inicial que antes hemos mencionado. La primera rama sería los libros, centrados sobretodo en los acontecimientos inmediatamente posteriores a la caída del Emperador como la lucha contra los restos de las fuerzas imperiales reunidas alrededor del Gran Almirante Thrawn, la boda de Han Solo y la princesa Leia, el nacimiento sus hijos Jaina, Jacen y Anakin, la relación de Luke Skywalker con la asesina Mara Jade, la muerte del wookie Chewbacca, la instauración de la Nueva República, la creación de la Nueva Orden Jedi… La segunda rama sería los cómics, que en su mayoría trasladan a su formato historias narradas en videojuegos y libros. Y la tercera y última rama sería la de los videojuegos, que desde principios de los años noventa se convirtieron en la experiencia más directa para trasladar a los aficionados a la saga ideada por George Lucas hasta el Universo Expandido (“X-Wing”, “TIE Fighter”, “Jedi Knight”,…), y que tienen sus ejemplos más recientes en las dos entregas de “Star Wars: El poder de la fuerza”, el MMORPG “Star Wars: The Old Republic” de Bioware y el frustrado “Star Wars 1313”, que desapareció con el cierre de LucasArts. Todo este material del Universo Expandido ampliaba y continuaba las historias contadas en las películas canónicas (tres al principio, seis tras el estreno de la segunda trilogía en forma de precuela, nueve con las próximas aventuras que está desarrollando J.J. Abrams), y añade otras muchas, siempre dentro de la cronología oficial y sin contradecir a cualquier otro elemento del Universo Expandido ni a las películas.
Durante los cuatro años (0-4 dBY) que se sucedieron entre el asalto imperial a la corbeta coreliana rebelde Tantive IV de la Princesa Leia y la derrota del Emperador Palpatine en Endor, donde se destruyó la flota imperial y la segunda Estrella de la Muerte, Luke Skywalker, Han Solo y Leia Organa viajaron a Yavin, destruyeron la primera Estrella de la Muerte, se escondieron en el planeta helado de Hoth de donde tuvieron que huir ante el asalto de los imperiales, viajaron a los pantanos de Dagobah donde Luke se convirtió en aprendiz de Yoda y a la ciudad de las nubes de Bespin donde Han quedó congelado en carbonita, planearon una misión de rescate en el palacio de Jabba el Hutt en Tatooine, se infiltraron en los bosques de la luna de Endor para destruir el campo de fuerza que protegía la Estrella de la Muerte y participaron en el último enfrentamiento de la Guerra Civil Galáctica entre la Alianza Rebelde y el Imperio Galáctico. ¡Estuvieron muy ocupados! Pero, entre unas cosas y las otras, el ‘Universo Expandido’ nos contó que tuvieron tiempo para vivir muchas aventuras más. Por ejemplo, cuando Luke y Leia se enfrentaron a Darth Vader en un duelo de espadas de luz en Mimbam en la novela “Splinter of the Mind’s Eye” (“El Ojo de la Mente”) de Alan Dean Foster publicada en 1978 por DelRey (que fue escrita como secuela de la primera película por si no llegaba a fructificar la trilogía que George Lucas tenía prevista), o el proyecto multimedia “Sombras del Imperio” creado por Lucasfilm Ltd. en 1996, en forma de cómic, libro y videojuegos, donde la organización criminal Sol Negro dirigida por el falleen Xizor se convertía en un poderoso adversario de la Rebelión, pero también del Imperio.
“Star Wars: En la Sombra de Yavin” empieza allí donde terminó la película “Star Wars IV: Una nueva esperanza”. La Rebelión ha ganado su primera gran batalla y ha destruido el arma de destrucción conocida como la Estrella de la Muerte, pero ha perdido su base de operaciones en Yavin y deben encontrar un nuevo refugio desde donde organizar su guerra contra el Imperio Galáctico de los Sith. Por su parte, Darth Vader ha caído en desgracia ante el Emperador. No supo prevenir el ataque a la poderosa estación espacial imperial ni impedir que los rebeldes destruyeran el orgullo de Palpatine, billones de créditos y dos años de trabajo. El pícaro Han Solo ha sumado al mismísmo Imperio a su lista de adversarios que han puesto precio a su cabeza, el granjero Luke Skywalker se ha convertido en un héroe de la Rebelión de la noche a la mañana y Leia Organa debe lidiar con el alma guerrera que arde en su interior tras la destrucción de su planeta natal Alderaan.
“Star Wars: En la Sombra de Yavin” está firmada por uno de los mejores autores de la editorial Vertigo, Brian Wood (Essex Junction, Vermont, 1972) , que ha cambiado el cómic independiente por la compañía del ratón que ahora rige los destinos de la saga galáctica. Guionista, dibujante, portadista, incluso diseñador de videojuegos, Wood empezó su andadura en Rockstar, pero desde 1997 empezó a realizar cómics. En 2006 firmó un contracto en exclusiva con DC, y en Vertigo firmó sus mejores trabajos (por ejemplo, “DMZ” con Ricardo Burchielli o “Northlanders” con Davide Gianfelice). Pasó por Marvel, con sus propuestas para “X-Men” de Marvel Now! con Olivier Coipel y “Ultimate X-Men”, y ahora en Dark Horse Comics ha revitalizado al bárbaro creado por Robert E. Howard en la nueva serie de Conan y ha sorprendido con su “The Massive”. Su ‘fichaje’ por “La Guerra de las Galaxias” sorprendió al mundo del cómic, más aún cuando el mismo autor se reconocía poco aficionado a la saga, pero cuando LucasFilm le ofreció el proyecto a Wood no lo dudó. Su único miedo eran los fans, fanáticos obsesivos, incluso agresivos, defensores a ultranza de su patrimonio, pero la acogida ha sido francamente positiva y, según sus propias declaraciones, le han motivado a seguir adelante. De hecho ya ha anunciado que escribirá esta colección hasta el número 20.
La parte gráfica, por su parte, corresponde al dibujante y entintador norteamericano Carlos D’Anda, surgido de Wildstorm, conocido por sus diseños para videojuegos como “Batman: Arkham City” y su adaptación al cómic con Pau Dini, aunque antes de llegar al mundo virtual ya había llamado la atención del gran público por su trabajo en series como “Deathblow” o “Resident Evil”. Junto a D’Anda, que realiza aquí un trabajo solvente, más que correcto cuando dibuja las naves, Gabe Eltaeb se encarga del color y el mítico Alex Ross de las portadas.
La historia que propone Brian Wood se ubica entre el final del “Episodio IV” y los sucesos del “Episodio V”, y lidia con la dificultad de mantener el equilibro de respetar una historia conocida ya establecida y la introducción de elementos nuevos en los escasos huecos de los que dispone. De hecho Wood presenta varios hilos argumentales diferentes. Uno, la búsqueda de una nueva localización para ubicar una base rebelde operativa desde donde seguir luchando contra el Imperio, misión para la cual la senadora Leia Organa colabora con los pilotos de Ala-X Wedge Antilles y Luke Skywalker. Otro, la presencia de un espía infiltrado entre las tropas de la Rebelión que desvela a las fuerzas imperiales los movimientos de los rebeldes con antelación que, en consecuencia, obligará a Leia a crear un grupo secreto, que operará al margen del resto de las fuerzas de la Alianza Rebelde. Otro más, Han Solo y Chewbacca enviados a la capital imperial de Coruscant para una misión encargada por Mon Mothma, con Bobba Fett y los imperiales pisándoles los talones. Y por el lado del Imperio, por otra parte, un Darth Vader ‘castigado’ por el Emperador, es enviado a las lunas de Endor a supervisar los trabajos de construcción de la segunda Estrella de Muerte.
Junto a estos hilos, Wood profundiza en reflexiones personales de los personajes y les añade una dimensión más humana que los enriquece como personajes, como las dudas de Leia Organa como líder capaz y el alma guerrera que lleva en el interior, o la relación ‘incestuosa’ entre Leia y Luke (que a estas alturas de la saga aún nadie sabía como iba a terminar) y los celos de la primera ante la aparición de una tercera persona, o como el Lord Oscuro del Sith se muestra intrigado por el joven piloto apellidado Skywalker que derribó las defensas de la Estrella de la Muerte en Yavin y como reacciona ante la humillación por la derrota.
En este tomo editado por Planeta DeAgostini Comics se recogen los seis primeros números de la serie “Star Wars: En la Sombra de Yavin” publicados entre enero y junio del 2013, pero también el número especial para el Free Comic Book Day del año 2013, titulado “Star Wars: The Assassination of Darth Vader”, con una breve historia acerca de un complot para asesinar al más fiel colaborador del Emperador Palpatine escrita por Wood pero dibujada por Ryan Odagawa.
Como conclusión, y como habitual reflexión final en las reseñas de cómics de “Star Wars”, señalar que la toda colección de cómics de “Star Wars” de Planeta DeAgostini Comics (y las novelas de Timun Mas) es recomendable principalmente para los aficionados y seguidores de la saga cinematográfica creada por George Lucas, sobretodo para quienes siguen, conocen, valoran y aprecian las singulares aportaciones del Universo Expandido a la historia que nos presentó las películas ‘canónicas’, pero suele ser de poco interés para quienes ni siguen ni conocen “Star Wars” o se quedaron en las tres (o seis) películas para no profundizar más allá.
Dicho esto, “Star Wars: En la Sombra de Yavin” se presenta como una lectura perfecta para iniciarse en los cómics de la saga. Tras deambular mucho tiempo con historias pobres y sin ningún sabor, la editorial Dark Horse ha conseguido revitalizar la franquicia con esta nueva serie protagonizada por los personajes de la trilogía clásica, con historias completamente nuevas a cargo de un nombre de prestigio como el cada vez más popular Brian Wood. El resultado es muy interesante, de lo mejor que se ha publicado de “La Guerra de las Galaxias” en los últimos años, pero es que además esta serie se ha convertido en la de más éxito de los cómics de “Star Wars” en la última década, el más vendido del año 2012 con hasta cinco reediciones. No hay mejor confirmación que unas buenas ventas.
Star Wars 1. A la Sombra de Yavin.
Dibujo: Carlos d’Anda
Guión: Brian Wood
Color: Gabe Eltaeb
Portada: Alex Ross
Traducción: V.M. García de Isusi
Colección: Cómics Star Wars
Edición original: “Star Wars: In the Shadow of Yavin” nums. 1 a 6 (Dark Horse Comics)
Fecha de publicación: Septiembre de 2013
ISBN: 978-84-15821-66-3
Formato: 16,8×25,7 cm. Rústica sin solapas. Color. 0,34 kg
Páginas: 152
Pues de empatía con las pelis de zombies entre 0 y nada, así que hice bien en no verla. Y…