El escritor norteamericano R.A. Salvatore y su personaje más conocido, el drow Drizzt Do’Urden, tienen fervientes defensores y acérrimos enemigos. Independientemente de la opinión de unos y otros, es innegable que sus libros han vendido miles de ejemplares y que su última saga, “Transiciones“, y el primer volumen, “El Rey Orco“, bien se merecen una reseña.
Una paz inquietante se ha instaurado entre los enanos de Mithril Hall y los orcos del recientemente creado Reino de Muchas Flechas. Las tribus de orcos unidas bajo el rey Obould, acostumbradas a una situación de conflicto permanente, empiezan a enfrentarse unas con otras. Los enanos reunidos en torno a Bruenor están decididos a poner fin a la guerra que a punto estuvo de destruirlos. Será necesario algo más que espadas y hachas para imponer una paz perdurable en la Columna del Mundo. Puede que incluso Drizzt Do’Urden tenga que aprender a ver su mundo bajo una luz diferente.
Según el diccionario de la Real Academia de la Lengua una transición es una “acción y efecto de pasar de un modo de ser o estar a otro distinto”. Con esta premisa de cambio, de fin de ciclo, un punto y aparte, la trilogía titulada “Transiciones” escrita por R.A. Salvatore recupera de nuevo a su personaje más conocido, el elfo oscuro Drizzt Do’Urden, segundo hijo de la casa drow Do’Urden de Menzoberranzan, nacido en el seno de una raza oscura, retorcida e imprevisible temida en toda la Infraoscuridad, pero exiliado por voluntad propia en el mundo de la superficie de Faerün.
El Drizzt Do’Urden de Salvatore es un personaje que vive entre dos mundos, pero no pertenece a ninguno de ellos. Drizzt es un drow, miembro de una raza caótica, retorcida e imprevisible temida en toda la Infraoscuridad, que ha renunciado a sus raíces, a la sociedad de traiciones y engaños de los elfos oscuros, y se ha establecido en el mundo de la superficie donde se ha labrado una buena reputación por el norte de la Costa de la Espada y la Columna del Mundo como seguidor de la diosa Mielikki, lejos de la Antípoda Oscura aunque sus aventuras a menudo lo obligan a regresar a su antiguo hogar en el mundo subterráneo, donde la raza de la diosa-araña Lloth gobierna con puño de hierro.
Sus aventuras, junto al bárbaro Wulfgar, el enano Bruenor Battlehammer, la joven Cattie-brie, el mediano Regis y la pantera mágica Guenhwyvar se han narrado en el mundo de fantasía de los “Reinos Olvidados”, en docenas de novelas que han vendido miles y miles de volúmenes en todo el mundo (las series “El Elfo Oscuro”, “El Valle del Viento Helado”, “El Legado del Drow”, “Sendas de Tinieblas”, “Las Espadas del Cazador”, “Los Mercenarios” y ésta, “Transiciones”). “El Rey Orco” (“The Orc King”) es el primer volumen de los tres que forman la trilogía, que completan “El Rey Pirata” (“The Pirate King”) y “El Rey Fantasma” (“The Ghost King”).
En ésta “El Rey Orco”, Salvatore da continuidad a los hechos narrados en la trilogía anterior del elfo oscuro, “Las Espadas del Cazador” (formada por “Los Mil Orcos”, “Los Senderos de la Muerte” y “Las Dos Espadas”), casi como si las cuatro historias formaran una unidad, pero aprovecha el prólogo y el epílogo de la narración para “ponerse al día” y adaptar la narración a la continuidad del mundo de los Reinos Olvidados tras la plaga de conjuros Spellplague del 1385 CV, el evento que marcó el paso a la cuarta edición del escenario de campaña del juego de rol de Wizards of the Coast “Dungeons & Dragons”, unos cien años en el futuro más allá de lo que sucede en el resto de la novela, en la trama central del libro, aproximadamente en el 1479 CV. Este escenario de futuro nos sitúa en un mundo muy distinto, donde un Drizzt Do’Urden solitario, resentido por una vida de sacrificios y decisiones complicadas, defiende a la floreciente nación de los orcos de las agresiones del resto de las razas civilizadas del norte. Y el cuerpo principal del libro es un flashback, un largo vistazo al año 1372 CV
En “El Rey Orco”, los orcos se han establecido en una nación medianamente organizada bajo el mando del rey Obould VI Muchas Flechas, agrupando a todas las tribus del norte de la Columna del Mundo y deteniendo su sangrienta expansión hacia el sur, aunque nada es perfecto y la semilla de la rebelión anida en el seno de la caótica raza de los orcos. La paz instaurada con los enanos de Mithril Hall es frágil, y la horda de las tribus unidas de los orcos, acostumbradas a una situación de conflicto permanente, empiezan a enfrentarse las unas con las otras.
La duda también anida en el bando contrario. Los gobernantes de la Marca Argéntea, Alustriel de Luna Plateada, Galen Firth de Nesme, y también el rey Bruenor Battlehammer de Mithril Hall, deben decidir si convivir en paz con el nuevo poder establecido del rey orco o lanzarse a la guerra con los ejércitos reunidos de la Marca Argéntea.
R.A. Salvatore profundiza más en los personajes que en novelas precedentes, analiza el camino seguido hasta ahora y deshace nudos que llevan largo tiempo enredados. Y es que muchos nudos habían quedado sin cerrar en “Las Dos Espadas”: Catti-Brie, herida de gravedad por la piedra de un gigante, decide dedicarse al aprendizaje de la magia junto a Alustriel; el bárbaro Wulfgar, recuperado ya de sus periplos emocionales y personales narrados en “El Estigma de Errtu”, “La Columna del Mundo” o “El Mar de las Espadas”, liberado su tormento interior, sigue la pista de su hija adoptiva desaparecida Colson entre la multitud de refugiados que abandonaron el reino enano ante el avance de los orcos para llevarla de vuelta a los brazos de su madre, Meralda de Auckney; Bruenor busca con ahínco el perdido reino de los enanos, Gauntlgrim, como única respuesta a su conflicto con la horda de los orcos, aunque en realidad termina por darse de bruces con la perdida urbe de Baffenburg; Drizzt ayuda al rey enano en su búsqueda y a la vez que drow Tos’Un Armgo, el elfo oscuro que tiene la espada Cercenadora,… Y a los personajes habituales de Salvatore antes mencionados se añaden viejos conocidos y nuevos protagonistas, que se ganan su hueco y que generan nuevas semillas de aventuras para futuras narraciones, como el drow renegado Tos’Un Armgo, el líder de los elfos del Bosque de la Luna Hralien, el enano exiliado Torgar Hammerstriker, el funesto destino de Delly Curtie, el inteligente gnomo Jack, Thibbledorf Pwent de los Revientabuches, el semiogro Grunch y el rey Obould VI que, como ya pudimos ver en la saga precedente, es un orco poco común y un formidable enemigo. Quizás demasiados personajes, demasiados frentes abiertos.
“El Rey Orco”, primer volumen de la trilogía titulada “Transiciones” publicada por Timun Mas en castellano en Septiembre del 2008 y que coincidió con el vigésimo aniversario de la creación del personaje Drizzt Do’Urden es, como su nombre indica, un libro de transición, de cambios en los sentimientos y afectos, en las tradiciones y los hábitos, en los enemigos y aliados, el equilibrio de poderes del Norte de Faerün, las vidas de los personajes, los mismos Reinos Olvidados ante el cataclismo mágico que se avecina. Todo cambia.
El Rey Orco.
Serie: Transiciones 1
Autor: Robert Anthony Salvatore
Título Original: The Orc King
Editorial: Timun Mas
Colección: Reinos Olvidados
Fecha Publicación: 04/09/2008
ISBN: 978-84-480-3794-9
Traducción: Emma Fondevila
Portada: Todd Lockwood
Páginas: 428
Cubierta: Cartoné
Precio: 22,50€
A ver, la de abogados cristianos (me la agarras con la mano) me parece tan estúpido... en fin, además ahora,…