Lamentablemente, las últimas noticias que se han publicado en los medios acerca de Stan Sakai no tenían nada que ver con su trabajo, ni con su conejo samurai Usagi Yojimbo, ni siquiera esta magnífica adaptación al cómic de la clásica historia japonesa de honor y venganza “47 Ronin“. Su vida personal y sus problemas familiares no dejaron espacio para nada más.

image1Es inevitable empezar esta reseña con una mención a la situación personal del dibujante estadounidense de ascendencia japonesa Stan Sakai, creador del popular conejo samurái Usagi Yojimbo, cuya esposa Sharon sufre una enfermedad terminal cuya atención sanitaria y medicación no cubre el seguro médico. Una nueva demostración de las carencias del denostado sistema sanitario de la primera potencia mundial. Ante esta situación crítica, la Asociación Profesional de Ilustradores de Cómic (Cartoon Art Professional Society CAPS) ha organizado una subasta de dibujos donde los fondos recaudados irán destinados a la familia de Stan Sakai. A la enfermedad de su esposa se le ha añadido, además, la triste noticia del repentino fallecimiento de su nieto, de solamente veinte meses de edad. Desde esta página, pese a nuestras evidentes limitaciones en cuanto a repercusión e influencia, invitamos a todos los que puedan a participar en la campaña Help the Sakais y les deseamos salud y fortaleza en estos momentos tan duros.

Dicho esto…

Una de las culturas más enigmáticas del mundo conocido, y por ende más seductoras, es la japonesa. Los expertos en la cultura nipona afirman que no es suficiente vivir junto a ellos durante muchos años como ‘gaijin’, ni siquiera entender su ‘yamato damashii’, tratar a tus semejantes según el ‘giri’, y conocer sus costumbres artísticas, gastronómicas y sociales, o estudiar su historia. La complejidad, la profundidad y la singularidad de esta nación milenaria convierte la voluntad de los no-japoneses de convertirse en japoneses en un imposible. Parecer japonés, quizás. Ser japonés, jamás.

“Conocer esta historia es conocer Japón” reza la leyenda sobre los cuarenta y siete ronin, también conocida como el Incidente de Ako, la venganza de los Ako Gishi o el Accidente de Genroku Ako, considerada como una leyenda nacional en ese país asiático aunque los acontecimientos están basados en un hecho real acontecido entre 1701 y 1703, durante la era Genroku (1688-1703).
Cuenta esta historia que un grupo de samurais se vieron obligados a convertirse en ronin, samurais errantes y sin señor, después de que su daimyo Asano Takumi-no-Kami, señor del castillo de Ako de la provincia de Harima, se viera obligado a cometer el suicido ritual conocido como seppuku, como sentencia por haber agredido a un alto funcionario del Estado, el maestro de protocolo Kira Kotsuke-no-Suke, en el palacio del shogun Tokugawa Tsunayoshi. Todo ello, de acuerdo al código de honor de los samurais conocido como el Bushido. 
Cuarenta y siete de los samurais de Asano, fieles servidores de su señor capitaneados por su consejero principal Oishi Yoshio, idearon un cuidadoso y paciente plan para vengar a su señor y limpiar el honor mancillado por el malvado Kira Kozukenosuke, asesinando al responsable de su desgracia. Para ello los ronin esperaron hasta un año y medio para no despertar sospechas ni entre el responsable ni entre la justicia japonesa antes de acometer su plan. Después del asesinato de Kira, el decimocuarto día del duodécimo mes de 1702 en su residencia fortificada en Edo, llevaron la cabeza de Kira al templo de Sengakuji, donde estaba enterrado Asano Naganori, y se entregaron a la justicia. Todos los ronin supervivientes, cuarenta y seis, fueron sentenciados a cometer seppuku, de manera que fallecieron pero mantuvieron intacto su preciado honor.
A día de hoy, si uno se acerca al templo de Sengakuji en Tokio, podrá visitar las tumbas de los cuarenta y siete ronin condenados al seppuku (además de dos más en memoria de Terasaka Kichiemon y Kayano Sanpei, uno de los hombres de Asano que no pudo participar en la venganza a causa de la oposición de su familia pero cometió seppuku antes del ataque por lealtad a sus compañeros). Los japoneses siguen venerando su memoria, poniéndo incienso en sus tumbas y celebrando un festival anual en el aniversario de su muerte.

Esta venganza de los Ako Gishi es una historia popular en su país de origen, que ha sido novelada en numerosas ocasiones, ha sido representada en obras de teatro ‘kabuki’ y de marionetas ‘bunraku’, y que se ha adaptado a la gran pantalla en Japón ¡en más de ochenta ocasiones! En Occidente se dio a conocer de la mano de “Tales of Old Japan” escrito en 1871 por el diplomático británico destinado a Japón A.B. Mitford, y recientemente Hollywood la ‘occidentalizó’ con la mediocre producción “La leyenda del samurai”, dirigida por Carl Erik Rinsch, un prestigioso creador de cortos (“The Gift”, “The Quiz” y “Lovely Weather for Rain”), director de publicidad y vídeos musicales, con un guión de Chris Morgan (“Fast & Furious 6”) y Hossein Amini (“Drive”), y poniendo a una superestrella como Keanu Reeves al frente (aunque lejos de sus mejores años, cuando “The Matrix” o “Speed” reinaban en el box-office).

El fundador de Dark Horse Comics y ocasional guionista Mike Richardson (“Star Wars: Imperio Carmesí”) y Stan Sakai (“Usagi Yojimbo”) retratan de forma emotiva esta historia, bajo la erudita dirección editorial de la leyenda del manga Kazuo Koike (“Lobo solitario y su cachorro”). Una versión dibujada de la épica misión de unos leales guerreros japoneses que buscan vengar a su señor falsamente acusado por las malas artes de un funcionario. Merece la pena destacar el trabajo de Sakai, dibujante norteamericano de ascendencia japonesa por tercera generación nacido en Kioto y criado en Hawaii, ganador de varios Premio Eisner y de numerosas nominaciones por su trabajo en “Usagi Yojimbo”, su creación más célebre y reconocida, la épica saga de Miyamoto Usagi, un samurái del siglo XVII, explicada mediante de animales antropomórficos y reconocidamente inspirada en “Lobo solitario y su cachorro” que es capaz de representar con simplicidad y fidelidad a una narración que obsesionaba a Richardson, un apasionado de la cultura nipona, desde hacía muchísimos años. Un trabajo hecho, sobretodo, con cariño y respeto.
Para redondear la edición, el volumen publicado por Planeta DeAgostini Comics en marzo del 2014 incluye los cinco números de la serie “47 Ronin” editada originalmente por Dark Horse entre noviembre de 2012 y julio de 2013, además de quince páginas repletas de extras como las portadas originales de Stan Sakai, el artículo “El largo camino hasta los 47 Ronin” de Mike Richardson sobre el proceso de creación de la obra basada en el folklore popular japonés, una entrevista con Sakai, artículos escritos por Richardson sobre Kazuo Koike y sobre los grabados de Ogata Gekko y una breve biografía de los autores.

En conclusión, esta novela gráfica meticulosamente documentada y hermosamente ilustrada de Richardson y Sakai es una obra ideal para descubrir la popular ‘Chu-shin-gura’, la historia de los leales samuráis, o para profundizar en ella desde una óptica diferente para quienes ya conocían éste paradigma del código de honor del samurái, una muestra de la lealtad, el sacrificio, la persistencia y el honor que rigen la exótica sociedad japonesa.

47 Ronin.
Guión: Mike Richardson
Dibujo: Stan Sakai
Color: Lovern Kindzierski
Traducción: Ignacio Bentz
Edición original: “47 Ronin” nums.1 a 5  (USA)
ISBN: 978-84-16051-00-7
Formato: 15x23cm. Rústica. Color.
Páginas: 152
Precio: 12,95 euros