Nuestro querido gato de negro pelaje regresa en el ansiado tercer volumen de la colección Fuera Borda, editada por Dolmen Editorial para traernos historietas de antaño con gran calidad de reproducción. Una vez más, Pumby vivirá nuevas y alocadas aventuras aptas para todos los públicos.
Prosigue la recopilación de las mejores aventuras de Pumby, más viajeras y fantásticas que nunca, pues no solo le acompañaremos a dar la vuelta al mundo con 80 céntimos, visitaremos con él el País de las Cosas Animadas y también conoceremos a los extraños habitantes de los planetas de Fuego, de Agua y de Aire.
En este tomo, la fantasía infinita creada por José Sanchis nos hará recorrer el Reino Musical y el de la Literatura,desentrañar el misterio de la Casa de las siete puertas e impedir la invasión de la Tierra por los Hombres Insectos de Mercurio.
Además, Super-Pumby combatirá al Doctor Ciclotrón junto a su gemelo de Tierra Bis de la Novena Dimensión y, como plato extra, presentamos en sociedad al Capitán Mostachete, otra magna creación del autor valenciano, en su feliz encuentro con nuestro protagonista gatuno. Y, por supuesto, no faltarán suculentos extras sobre esta obra cumbre del tebeo español, con historietas nunca antes reeditadas y presentadas ahora en una cuidada edición.
“Pumby: La vuelta al mundo con 80 céntimos“, vuelve a demostrarnos que este personaje creado por José Sanchís Grau en el año 1954 merecía una reedición en condiciones. Y es así, porque la creatividad que derrocha cada página, la imaginación y el propio arte en sí, hacen de “Pumby, el gatito feliz“, uno de los mejores cómics pergeñados en nuestro país, y sin duda, la creación más popular de la escuela valenciana de la historieta. Analicemos este tomo para demostrar estas conclusiones.
Antes de nada, hay que alabar la labor de Dolmen Editorial para reunir este material añejo con la mayor calidad en cada página, gracias a la colaboración externa de coleccionistas como Javier Torres Herrera, que ha escaneado las historietas para su restauración, y Antonio Busquets, que desarrolla un artículo al final del libro lleno de erudición y curiosidades.
Las historietas elegidas para este tomo abarcan dos décadas del personaje, desde 1955 a 1975. Podemos ver la evolución del mismo en forma y fondo, a la vez que la evolución de su autor en el apartado artístico. Así, nos encontramos con los primeros pasos del gatito, ya con su nombre definitivo (antes apareció anónimamente) y con un aspecto diferente. Breves historietas de una sola página con claras influencias de los cartoons o dibujos animados de aquellos años, Tom y Jerry y el gato Silvestre, por poner dos ejemplos. Pumby es un gato vengativo y algo malencarado, a diferencia del sempiterno gatito feliz, que aparece seguidamente en la historia “La vuelta al mundo con 80 céntimos“, una revisitación de la novela de Julio Verne, de apenas cinco páginas. Se publicó originalmente en Pumby número 19, segundo año de andadura de la cabecera, en 1956. En apenas un año el gato ya casi ha adoptado su personalidad y aspecto definitivos. Creo que el material de reproducción usado proviene del “Libros Ilustrados Pumby” de 1969, ya en color (espero no equivocarme). “Pumby y el Capitán Mosquete” se encarga ahora de parodiar a la creación de Dumas, muy sutilmente. Un mosquetero recibe un golpe fortuito y sueña con su visita a Villa Rabitos, donde se encuentra con Pumby, que le hará apreciar a los felinos a los que tanto odiaba antes. Pumby en Flash Rabon parodia al famoso aventurero espacial, Flash Gordon. Esta historia contiene páginas en bitono como en su publicación original.
Regresa Super Pumby con una aventura titulada “¡Frente a frente!” de trece páginas, longitud habitual de la cabecera “Super Pumby“. Al estilo de las otras, que se fijan en grandes obras de la literatura juvenil, aquí se inspira en los viajes Gulliver, aclamada novela de Jonathan Swift.
La siguiente historieta se compone de cuatro partes, cada una dedicada a una ‘Bella Arte’, a saber: la música, la pintura, la escultura y la literatura. Sanchís siempre se preocupó en aderezar la fantasía de sus páginas, con la pedagogía (siempre dentro del entretenimiento más placentero). La primera viñeta nos muestra al gatito algo enfadado cuando el vecindario le molesta en su lectura de un libro de Jaimito. Uno con la tele, otro con la radio y otro tocando la guitarra sin mucho tino. Será cuando intenta acabar con las notas musicales de cualquier manera, cuando estas se le rebelen y lo lleven a su dimensión.
Otra aventura en cuatro partes es “X-Pumby, policía sideral“, presentada a modo de gran película de ciencia ficción. Muy imaginativa esta historia de 1964, que bebe de los seriales de Flash Gordon y que contiene toda la parafernalia habitual en este tipo de cuentos, con la particularidad de que Pumby es acompañado en todo el trayecto por un conejo especialista en disfraces.
“La casa de las siete puertas” vuelve a demostrar que la imaginación de Sanchís no tiene límites, obstaculizando los avances del gatito con toda clase de peligros, sin dar respiro al lector, con cliffhangers que lo dejarían ansioso por comprar el siguiente número, pero siempre con final feliz al acabar el periplo. Tal cual es “El país de las cosas animadas” (1969) a la que se le puede aplicar la misma descripción que la anterior.
La última historia es de 1975, “Receso al amanecer“, donde en apenas cinco páginas, Sanchís nos ofrece una aventura tierna y ecológica, dibujada con un trazo más suelto.
Además, se incluyen ilustraciones y portadas varias, y el ya mencionado artículo final, muy interesante.
Esta recuperación de Pumby se antojaba necesaria, y Dolmen Editorial ha cumplido con creces a todos los niveles, y que siga. Ojalá los niños de ahora leyeran este tebeo en su formato original. Lamentablemente, este libro no está hecho para cumplir esta función. Sí para alegrarnos a los coleccionistas, claro está.
Pumby 3: La vuelta al mundo con 80 céntimos
Autor: José Sanchís
Fecha de publicación: Febrero de 2019
Formato: 21x28cm. Tapa dura. Color.
Páginas: 144
Precio: 29,90 euros
Pues yo la disfruté, no me pareció tan absurda porque, bueno, ya se veía que algo raro iba a pasar.…