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Reír es sano. Según la ciencia, la risa nos aporta una gran variedad de beneficios. Al reírnos, el córtex del cerebro se activa y libera impulsos eléctricos tan solo un segundo después de empezar a reír, expulsando así toda la energía negativa de nuestro cuerpo. En este proceso se liberan endorfinas y una hormona llamada dopamina. Al mismo tiempo, se ha demostrado que los niveles de cortisol, la hormona relacionada con el estrés, disminuyen notablemente.

Y si uno quiere reír, cualquiera de las películas de Austin Powers es una buena elección. Los tres films del agente secreto británico interpretado por Mike Myers, y doblado en castellano por Florentino Fernández con bastante habilidad, son mucho más que una parodia gamberra de James Bond. Que lo son, por supuesto, pero el humor de las películas de Austin Powers va más allá que reirse de las películas del agente secreto al servicio de Su Majestad y nos ofrece una sucesión de gags hilarantes y personajes carismáticos que ya quisieran otras comedias.

Protagonizada por Mike Myers, Mimi Rogers, Elizabeth Hurley, Robert Wagner, Michael York, Seth Green, Charles Napier, Fabiana Udenio y Will Ferrell, entre otros, “Austin Powers” (“Austin Powers: International Man of Mystery“) nos presentó en el año 1997 al agente del gobierno británico del mismo nombre, la estrella más rutilante del Londres en los años sesenta. Cuando descubría que su némesis, el perverso doctor Maligno, se congelaba a bordo de la nave espacial en la que había escapado para volver a la vida en un futuro y seguir adelante con sus planes malignos (valga la redundancia), Powers decidía someterse al mismo proceso. Ambos despiertan treinta años después en un mundo donde poco queda del ‘swinging London’ de los años sesenta. No hay vestidos de flores, ni minifalda, ni sexo libre, y nadie se acuerda de quién es Austin Powers. En este futuro el doctor Maligno reúne a sus viejos aliados, el Número 2 y Frau Farbissina, y conocerá a su hijo Scott, mientras que Austin se unirá a Vanessa Kensington, la hija de su compañera del pasado, para tratar de detenerlo.

Mike Myers interpreta en la película a Austin Powers y al doctor Maligno (un papel que se le ofreció a Jim Carrey y rechazó). Y si Austin Powers nos hace reír, el doctor Maligno nos hace retorcernos de risa por el suelo del salón. Calvo, gordo, con una cicatriz en el ojo, de voz aflautada, el genio malvado de risa traviesa quedó inmortalizado por su popular gesto con el meñique junto al labio o el de las comillas con los dedos. Mientras el agente secreto no sabe encontrar su sitio en los años noventa, y su estilo de macho alfa está muy pasado de moda, el estilo maligno del doctor Maligno (valga la redundancia) sigue tan fresco como en los sesenta.

El enorme éxito de “Austin Powers” nos regaló una segunda parte, “Austin Powers 2: La espía que me achuchó” (1999) que confirmó el éxito de la franquicia y se refrescó con la aparición de Mini Yo y el Gordo Cabrón. Lamentablemente la tercera parte, “Austin Powers 3: El miembro de oro” (2002) intentó, sin mucho éxito, repetir por tercera vez la fórmula y la cosa no terminó de funcionar. Aquí se acabó el recorrido del agente secreto Austin Powers.

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