“Nosferrata“, editado por Aleta Ediciones, toma un clásico del cine mudo y lo somete a una dosis de humor tan retorcido como los colmillos del vampiro que lo inspira. Esta adaptación libre de “Nosferatu, eine Symphonie des Grauens” convierte el terror expresionista en un festín de carcajadas, sin dejar de rendir homenaje a sus raíces cinematográficas y literarias.
Javi Alfonso, autor de Catbeth, y Majo Giménez adaptan el Nosferatu de Murnau en su versión más colorida. Una comedia para todos los públicos que te sorprenderá y te hincará el diente desde la primera página.
Estamos a las puertas de una nueva adaptación cinematográfica del clásico de cine mudo “Nosferatu” (Robert Eggers, 2024). Qué mejor manera de celebrarlo que acudiendo a este cómic para todos los públicos que publica Aleta Ediciones en un bonito tomo en tapa dura y que protagonizan unos animalillos antropomorfos, en su mayoría ratones, aunque también hay patos.
Para poner las cosas en perspectiva, volvamos al “Nosferatu“ original. Esta película, dirigida por F. W. Murnau, es una adaptación no autorizada de “Drácula“ de Bram Stoker, lo que obligó a cambiar nombres y detalles para esquivar demandas (aunque la viuda de Stoker logró que se destruyeran muchas copias originales). En la película, el conde Orlok, interpretado magistralmente por Max Schreck, es un vampiro de rostro cadavérico que aterroriza con su sola presencia. La historia sigue a Thomas Hutter, un agente inmobiliario que viaja a los Cárpatos para cerrar un trato con Orlok, solo para descubrir que su cliente tiene hábitos alimenticios poco convencionales (léase: sed de sangre). La película brilla por su atmósfera opresiva, sus sombras inquietantes y un estilo visual que define al cine expresionista alemán. No hay comedia aquí; cada fotograma respira fatalismo y horror.
Ahora bien, el cómic “Nosferrata” decide tomar este esquema sombrío y darle un giro total hacia el humor. El título ya es un guiño juguetón, que sugiere no solo una parodia del vampiro sino una invitación al absurdo. La trama del cómic sigue una estructura básica similar: un pobre tipo se cruza con un vampiro, y las cosas se complican. Sin embargo, aquí el conde no da miedo; es un maestro del sarcasmo y la incompetencia, más cerca de un antihéroe cómico que de un monstruo aterrador. Las situaciones están llenas de diálogos mordaces, gags visuales y un ritmo narrativo que prioriza el absurdo sobre la tensión.
En la destartalada Cheeseborg, Thomas Ratter y su pareja Ellen intentan sobrevivir a base de ingenio y escasas provisiones. Sus días de penurias toman un giro inesperado cuando Mock, un agente inmobiliario de pocas luces y muchas malas artes, decide enviar a Thomas a Transilrrabia, ciudad de Budapeste, con una misión: convencer al Conde Gouda de comprar una mansión en Cheeseborg. Y así comienza una aventura que mezcla terror clásico con carcajadas modernas en “Nosferrata“, el cómic de Javi Alfonso y Majo Giménez que revierte el mito del vampiro con humor y corazón.
La premisa no tarda en enredarse. Thomas llega al castillo del conde, un lugar que parece sacado de una caricatura de novela gótica. Allí se enfrenta a un anfitrión que es todo lo contrario a lo que esperaba: el Conde Gouda es un vampiro excéntrico y melancólico, que ha llegado a una revelación tras siglos de vagar en la ultratumba. Más que sangre, lo que necesita es un amigo, alguien que lo entienda y que no se asuste de sus colmillos y de sus peculiares maneras. Pero claro, el pobre Thomas no tiene tiempo para esas profundidades emocionales cuando despierta con un par de misteriosas marcas en el cuello y empieza a sospechar que vender una casa no es el mayor de sus problemas.
Esta parodia no se contenta con reírse de los elementos del “Nosferatu” de F. W. Murnau; los abraza y los subvierte. Mientras el conde Orlok de la película aterroriza con su aspecto cadavérico y su silenciosa amenaza, el Conde Gouda de Javi Alfonso es todo lo contrario: un personaje cargado de ironía y carisma, que usa su inmortalidad para reflexionar sobre la soledad y protagonizar gags visuales brillantes.
El cómic también es una delicia en el aspecto visual, gracias al talento de Javi Alfonso y la colorista Majo Giménez. La propuesta de color es un homenaje directo a una de las versiones coloreadas más queridas de “Nosferatu“. Como en la película, los distintos pasajes de la historia están teñidos con tonos que transmiten significado: cálidos para los momentos más humanos, sombríos y fríos para el castillo del Conde Gouda, y una gama intermedia que refuerza el tono cómico. Este tratamiento cromático añade profundidad a la narrativa y convierte cada página en un festín para los ojos. El desenlace, en el que vemos un corcho de pared repleto de diverso material, palpita a pleno color y está lleno de homenajes que nos sacarán una sonrisa.
Javi Alfonso, conocido por sus trabajos como “Catbeth“ (otra parodia ingeniosa, publicada también por Aleta y que reseñamos en su momento) y por ilustrar la novela “Corsaurios” y el álbum infantil “Perro verde“, despliega aquí una comedia que sabe cuándo ser absurda y cuándo jugar con los clichés del género vampírico. El resultado es un equilibrio perfecto entre homenaje y burla. Los diálogos afilados y las situaciones hilarantes capturan al lector desde la primera página, mientras que las referencias a los elementos clásicos del horror son lo suficientemente sutiles para que los fans del cine mudo y la literatura gótica las aprecien.
“Nosferrata” es más que una parodia; es un trabajo que reflexiona, aunque sea con una sonrisa torcida, sobre la naturaleza de los monstruos. El Conde Gouda, con toda su excentricidad, es un recordatorio de que incluso las criaturas más terroríficas tienen un lado humano (o vampírico) que solo necesita un poco de comprensión. Y en esta reinterpretación del vampiro, que pasa de ser un depredador implacable a un incomprendido en busca de amistad, radica uno de los mayores logros del cómic.
En conclusión, “Nosferrata” no solo hinca el diente en el legado del vampiro, sino que lo mastica, lo digiere y lo devuelve como una comedia única para todos los públicos que mezcla lo clásico con lo contemporáneo. Es un imprescindible para quienes disfrutan del humor inteligente, las reinterpretaciones creativas y, por supuesto, las historias de vampiros que no se toman a sí mismas demasiado en serio. Si el Conde Gouda necesitaba un amigo, seguro encontrará muchos entre sus lectores.
Nosferrata
Dibujo: Javi Alfonso
Color: Majo Giménez
ISBN: 978-84-18589-34-8
Formato: 17×24 cm. Cartoné. Color
Páginas: 80
Precio: 19,90 euros
Curioso porque justo ahora ando enganchado a la trilogía de los Arquitectos... y en cuanto acabe con ella iré a…