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Aunque pueda parecer sorprendente, hay muchas más películas sobre monjas y con monjas de las que podríamos creer. Quizás las apacibles y pacíficas siervas de Dios no parezcan las candidatas más interesantes para protagonizar un film, más aún cuando la realidad hoy en día es que hay pocas religiosas y las pocas que hay tienen una elevada edad. Pero lo cierto es que si empezamos a contar nos saldrá un buen montón de películas: “Benedetta“, “Sister Act“, “Entre tinieblas“, “Las campanas de Santa María“, “Las inocentes“, “Pena de muerte“, “Dos mulas y una mujer“, “Sor Citroen“, “Sonrisas y lágrimas“, “Narciso Negro“… ¿”Monjas a la carrera“? No exactamente, pero haberlas, haylas. Con sor(presa) debajo del hábito.

La comedia británica “Monjas a la carrera” (“Nuns on the run“), dirigida por el británico Jonathan Lynn, creador y guionista de populares series de televisión inglesas como “Sí, ministro” y “Sí, primer ministro”, y protagonizada por el ex-Monty Phyton Eric Idle, junto a Robbie Coltrane, Robert Patterson, Janet Suzman y Camille Coduri, nos cuenta las andanzas de Brian Hope y Charlie McManus, dos pobres desgraciados que trabajan a sueldo para un gángster y que deciden quedarse con el botín de su último golpe y escapar a Brasil. Huyendo de todos los que andan tras sus pasos, incluyendo su antiguo jefe, las triadas chinas a quienes robaron, la policía y la novia de Brian, deciden ocultarse en un convento y disfrazarse de monjas.

El humor británico es especial. Bebe del teatro clásico de William Shakespeare, de la tradición del absurdo que lidera Lewis Carroll, de la fina ironía de Oscar Wilde o de la crítica social de Charles Dickens. Es difícil identificar los elementos exactos del “sentido del humor británico” pero, a grandes rasgos, se puede caracterizar en la incongruencia, algo de mal gusto, la riqueza de la lengua inglesa como herramienta, la singularidad de la cultura inglesa como objetivo y poco sentido del ridículo, con protagonistas excéntricos y lunáticos que caen en el absurdo. Todos estos elementos están en “Monjas a la carrera“. Un humor hecho por británicos, sobre británicos y para británicos… pero que disfruta todo el mundo con un mínimo de sensibilidad.

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