A la política británica no le ha costado nunca mirarse al espejo. El sentido del humor de los ingleses ha sido muy dado a burlarse de su sociedad y de sus dirigentes, de sus líderes politicos y, en resumen, del poder. Y aunque hay muchas series con mensajes políticos más o menos explícitos, no hay tantas que de verdad exploren los entresijos del mundo de la política y que se rían de ello. Y aunque los norteamericanos quieran presumir de su “El ala oeste de la Casa Blanca” de Aaron Sorkin, una de las mejores series de los años noventa, o de “Veep“, la primera en abrirse camino en este género fue “Sí, Ministro“.
La británica “Sí, Ministro” (“Yes, Minister“) fue una de las primeras series sobre política, coescrita por Antony Jay y Jonathan Lynn y protagonizada por Paul Eddington, Nigel Hawthorne y Derek Fowlds, y su objetivo era hacer humor a partir de todo lo que sucedía en el número 10 de Downing Street y en las entrañas del gobierno del Reino Unido. La serie seguía al recientemente nombrado Ministro de Asuntos Administrativos, James Hacker, que llegaba al ficticio gabinete ministerial para encontrarse asesorado por un maquiavélico y veterano secretario del ministerio, Sir Humphrey Appleby, y un tímido, respetuoso e irónico secretario personal, Bernard Woolley. Los intentos del ministro para hacer política, tomar decisiones, promulgar leyes o realizar cambios en su ministerio siempre se encontrarán con la oposición de los funcionarios, y sobretodo de Sir Humphrey, para quien el statu quo y el “siempre se ha hecho así” es un dogma sagrado.
“Sí, Ministro” fue emitida por la cadena británica BBC entre 1980 y 1984 (la BBC había dado luz verde a la serie en el año 1979 pero el primer capítulo no fue emitido hasta un año después para no influir en las elecciones británicas), durante los años más duros del tatcherismo, y contó con tres temporadas de siete capítulos cada una. Tras estos veintidós capítulos llegó una secuela, “Sí, Primer Ministro“, en la que James Hacker se convertía en el inquilino del número 10 de Downing Street como Primer Ministro del Reino Unido. Y un cargo más grande conlleva problemas más grandes. Ambas series destacan como las sátiras políticas más inteligentes de la historia de la televisión y sentaron las bases de las que vendrían posteriormente.
Cuentan que en el número 10 de Downing Street, durante los mandatos de Margaret Thatcher, John Major y Tony Blair, hubo un gato que se encargaba de cazar los ratones. Le llamaron Humphrey, en alusión personaje interpretado por Nigel Hawthorne.
A ver, yo entiendo que estafa es cuando te quedas tú el dinero, no cuando el dinero es un donativo…