“Men in Black II” (Barry Sonnenfeld, 2002)

En el año 1997 nos presentaron por primera vez al agente de la policía de Nueva York James Darrell Edwards III, al que pronto ibamos a conocer como el agente K, de la organización secreta de los Hombres de Negro. Estamos hablando, por supuesto, del actor Will Smith en la película “Men in black“. Tras esta primera película, un gran éxito que recaudó casi 600 millones de dólares en todo el mundo, tuvimos que esperar cinco años para reencontrarnos con K en “Men in Black II“. Más de 400 millones de dólares fueron el resultado de esa secuela. Diez años después la saga se cerró con buen sabor de boca gracias a “Men in Black 3“, pero no fue el final de la franquicia: en 2018 nos llegó la prescindible “Men in Black International“.

“Men in Black II” repitió director (Barry Sonnenfeld) y protagonistas (Tommy Lee Jones y Will Smith, de nuevo como K y J), a los que se añadieron Rip Torn, Lara Flynn Boyle, Rosario Dawson, Tony Shalhoub y Patrick Warburton, entre otros, para contarnos como el agente J ya es todo un veterano de los Hombres de Negro, un experto en lo que a materia extraterrestre se refiere. Desde que K dejó el trabajo tiene un nuevo compañero llamado T, pero no resulta ser todo lo eficiente que se esperaba, así que cuando la villana Serleena quiere destruir la Tierra y el tiempo apremia para resolver el asunto, no quedará más remedio que recuperar a K de su retiro y devolverle la memoria para que vuelva al trabajo.

Si “Men in black” te pareció divertida, “MIIB” es una nueva ración de la misma diversión. Más de lo mismo, y eso no es para nada algo malo. Una gamberrada fiel a los clásicos de serie B, tan entretenida como desenfadada, que solamente busca una hora y media de entretenimiento con muchos efectos visuales, muchos gags y un sentido del humor que hará las delicias de los aficionados a la ciencia-ficción. Una nueva dosis de Will Smith y Tommy Lee Jones, con sus elegantes trajes negros y sus impolutas camisas blancas, con sus sofisticados gadgets de última generación, que podan borrar la memoria de los testigos incómodos apretando un simple botón.