El productor Roger Corman dio su primera oportunidad de dirigir y trabajar en el mundo del cine a Martin Scorsese, James Cameron, Francis Ford Coppola o Ron Howard, pero pasará a la historia como el mayor productor de cine de serie B, trabajando siempre al margen de los grandes estudios. Era un tipo peculiar, responsable de cine barato, de películas rodadas en tiempo récord con cuatro dólares, que cambió la historia del cine por ser capaz de perpetrar “Los siete magníficos del espacio“, dar la primera oportunidad a muchas mujeres cineastas como Penelope Spheeris, Barbara Peters o Carol Frank, y traer a los cines de los EE.UU. lo último de Federico Fellini, Ingmar Bergman, François Truffaut o Akira Kurosawa.
“Los siete magníficos del espacio” (“Battle Beyond the Stars“), surgida a raíz del éxito de “Star Wars“, proponía una trasposición de “Los siete samurais” de Akira Kurosawa en clave de ciencia-ficción igual que “Los siete magníficos” de John Sturges lo hizo con el western. Con guión de John Sayles, dirección artística de James Cameron y música de James Horner, la película nos contaba como, en una galaxia muy muy lejana, los sucesivos y reiterados ataques sufridos por los habitantes del pequeño planeta Akira por parte de déspota galáctico Sador hacen que contraten a un ejército de mercenarios para que les proteja de los invasores. Son un variopinto grupo de guerreros, entre el que se incluye un grupo de clones con mente colmena, los alienígenas Kelvin 1 y Kelvin 2, el reptil Cayman, laexhuberante valkiria Saint Exim, el terrestre Space Cowboy y Gelt, un asesino al que le puso rostro Robert Vaughn y que ya había interpretado al mismo personaje en “Los siete magníficos” (¡incluso pedía la misma compensación por sus servicios: una comida caliente y un lugar donde dormir!). Juntos harán frente a los ejércitos de Sador y liberarán el planeta Akira de su yugo.
Protagonizada por Darlanne Fluegel, George Peppard, John Saxon, Richard Thomas, Robert Vaughn y Sybil Danning, entre otros, la película, como suele suceder con muchas de las películas de la factoría Corman, es torpe, casposa e ingenua, pero está cargada de buenas ideas y garantiza entretenimiento al espectador que no busque nada más que eso. Los efectos especiales eran de una calidad sorprendente (para lo que suele ser habitual en una producción de Roger Corman), aunque el productor compensó los gastos reutilizando los decorados e incluso secuencias enteras de la película, en infinidad de producciones posteriores. Lógico, cuando “Los siete magníficos del espacio” no era más que el burdo intento de aprovecharse y explotar el éxito de “Star Wars” y ganar el máximo dinero posible con la menor inversión.
Pues de empatía con las pelis de zombies entre 0 y nada, así que hice bien en no verla. Y…