Los villanos de Batman son como un catálogo de enfermedades de salud mental. Dos Caras, el Joker, El Espantapájaros, Catwoman, Clayface, Hiedra Venenosa, El Pingüino, El Acertijo, Killer Croc o el Sombrerero Loco,… y también, no podemos negarlo, un vigilante nocturno que, atormentado por un drama de su infancia, lucha contra el crimen y la inseguridad con violencia y sin ofrecer a los villanos un juicio justo. No, Batman no está más cuerdo que el delincuente que atraca una joyería de Gotham City embrutecido por las drogas o para conseguir suficiente dinero y escapar de una vida violenta y sangrienta.
El Asilo Arkham alberga a los peores enemigos de Batman, incluido el más peligroso de todos: el Joker. No ha habido psicólogo ni psiquiatra capaz de adentrarse en la locura que aprisiona la mente del Joker. De hecho, ha habido muchos que han quedado traumatizados en el intento. Sin embargo, el Dr. Ben Arnell se sabe diferente. Está seguro de que será quien encuentre por fin al hombre que hay dentro de la demencia… y de que lo curará.
El Dr. Arnell se cree capaz de erigir un muro infranqueable entre él y esa voz seductora que se encuentra tras los ojos del villano. Y también está completamente seguro de que, a pesar de lo que experimente en el trabajo, mantendrá esa oscuridad al margen de su familia. Está completamente equivocado.
En la galería de villanos del Caballero Oscuro los trastornos psicológicos y desordenes mentales son compañeros de viaje inseparables de los crimenes, y la locura ahoga a los malvados que terminan encerrados tras los muros del Asilo Arkham. En las aventuras de Batman podemos encontrar piscópatas como el Joker, cleptómanos y narcisistas como Selina Kyle, sociopatas como Jonathan Crane, esquizofrenicos como Jervis Tetch, así como el trastorno bipolar de Harvey Dent, el complejo de inferioridad de Edward Nigma, el complejo de Edipo del Oswald Cobblepot y el trastorno límite de la personalidad de Harleen Frances Quinzel. Y Batman, por supuesto. Bruce Wayne tampoco se libra de un buen montón de trastornos mentales.
Y seguramente el peor de ellos, el más difícil de catalogar según los patrones psicológicos, es el Joker. El hombre que ríe. El Payaso del Crimen es un demente, sádico, astuto y peligroso. Un villano tan despreciable y descontrolado que, a nuestro pesar, puede llegar a resultar gracioso, carismático y hasta encantador. Su obra criminal, esos retorcidos planes cargados de sentido del humor macabro, negro, prosaico y sumamente cruel, tienen siempre un toque de genialidad pero también incorporan la inevitable semilla del fracaso, de la recurrente derrota ante el Hombre Murciélago. Sus enfrentamientos se saldan siempre con la victoria del héroe enmascarado y el regreso del villano a las celdas del Asilo Arkham. El guión pocas veces se sale de la senda determinada: el héroe vence y el villano termina entre rejas.
Es, sin la menor duda, el archienemigo más icónico de Batman, aunque el personaje ha ido cambiando con el paso de los años, adaptando su locura a los tiempos que corrían en cada momento. Lo hemos comentado en numerosas ocasiones que hemos reseñado títulos del Joker y quizás ya no es necesario repetirnos. Desde el primer Joker de Jerry Robinson, Bill Finger y Bob Kane en los años cuarenta hasta el de Brian Azzarello y Lee Bermejo en el siglo XXI, sus motivaciones, sus objetivos y su demencia han ido cambiando, pero siempre ha sido el más lunático, imprevisible y peligroso de los villanos de Batman.
“Joker: Sonrisa Asesina” (“Joker: Killer Smile“) es una miniserie de tres números del guionista Jeff Lemire y el dibujante italiano Andrea Sorrentino (y el color de Jordie Bellaire) publicada originalmente por DC Comics entre octubre de 2019 y enero de 2020 en el sello Black Label. Es un relato de terror psicológico que explora la locura del Joker pero que centra su atención en un personaje que habitualmente asume un papel secundario en cualquier historia de Batman: el psicólogo que atiende al Joker. Y es que el doctor Ben Arnell está convencido de que será el terapeuta que triunfe donde los demás han fracasado, y que conseguirá sacar al Joker de su locura y traerlo de vuelta al mundo de los cuerdos. Ingenuo e imprudente, se cree capaz de erigir un muro infranqueable entre él y el seductor universo de locura que le ofrece el paciente más peligroso del Asilo Arkham. Está completamente seguro de que, por mucho que sufra en el trabajo y por muy difícil que sea su tarea, podrá mantener a su familia a salvo de la oscuridad y no permitirá que la perturbadora personalidad de su paciente afecte a su vida familiar. Pero el doctor está equivocado, y lo arriesgará todo cuando descubra que se está asomando al abismo y que no está curando al demente sinó que la locura del enfermo le está consumiendo a él.
“Joker: Sonrisa Asesina” es la enésima historia que explora el singular perfil psicológico de Joker, pero hay que destacar que esta obra en concreto consigue superar los tópicos más habituales y sumergirse en aguas desconocidas, poco profundas pero realmente interesantes. Y eso lo consigue Jeff Lemire al reflejar la demencia del Joker a través de los ojos del doctor Ben Arnell que, como ya le sucedió a la doctora Harleen Frances Quinzel, se dejará arrastrar al abismo insondable de su locura. Es este Joker, perturbador, frío y manipulador que nos presenta Lemire, el que consigue trasmitir la inquietud al lector, con sus pausadas reflexiones, que se clavan en el cerebro de su psicólogo como afiladas agujas y como juguetea con su cordura del padre de familia. Vemos, angustiados e incapaces de intervenir, como se produce ante nuestros ojos la terrible caída de ‘Benji’. Sin ninguna capacidad más que la de observar, silenciosos testigos de su previsible derrota.
Tras formar equipo creativo en series tan aclamadas como “Green Arrow“, “El viejo Logan” o “Gideon Falls“, el trabajo de Jeff Lemire y Andrea Sorrentino en “Joker: Sonrisa Asesina” merece todos los elogios de los aficionados a las aventuras de Batman más oscuras y aterradoras, como “Batman: Arkham Asylum“. Tampoco se puede ignorar la influencia de obras como “El Silencio de los Corderos” y su Hannibal Lecter, “American Psycho” y su Patrick Bateman, “Seven” y su John Doe, o incluso “El Caballero Oscuro” y su Joker, en esta mirada tan diferente que Lemire y Sorrentino hacen sobre el Joker y su terapeuta, un pobre hombre empeñado en llegar al fondo de su locura que no es más que otra víctima del villano. Un viaje a los infiernos en los que el lector está sentado en el asiento de atrás. Y el Joker se presenta como un demente que solo entiende la relación con el resto del mundo mediante la manipulación y el control, tan brillante y retorcido como siempre.
Este tomo de ECC Ediciones incluye, además de la miniserie que le da nombre, el especial “Batman: Asesino de sonrisas” (“Batman: The Smile Killer“), que complementa a la miniserie y representa una aproximación fascinante a la rivalidad que mantienen el Hombre Murciélago y el Joker con la historia de El guiñol del Sr. Sonrisas, un programa de televisión que veía Bruce Wayne de niño y que, décadas después, ha regresado a su vida de la forma más aterradora posible.
Joker: Sonrisa Asesina
Autor: Jeff Lemire y Andrea Sorrentino
Edición original: “Joker: Killer Smile” núms. 1 a 3 y “Batman: The Smile Killer”
Fecha de publicación: Mayo de 2021
ISBN: 978-84-18660-22-1
Formato: 21,6×27,6cm. Cartoné. Color
Páginas: 152
Precio: 20,95 euros
A ver, yo entiendo que estafa es cuando te quedas tú el dinero, no cuando el dinero es un donativo…