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Los americanos dicen que su football, al que nosotros llamamos fútbol americano para diferenciarlo del nuestro, al que ellos llaman soccer, es el deporte más popular de los EE.UU. La Super Bowl, la final de liga, reúne cada año aproximadamente unos 100 millones de espectadores en todo el mundo para ver a dos equipos luchar en un único partido por el trofeo de campeón. De hecho todos los encuentros, desde que arranca la temporada en septiembre hasta que finaliza en febrero, tienen 15,8 millones de espectadores de media. Los ingresos rondan los 15.000 millones de dólares al año, mientras que la MLB (béisbol) se mueve en torno a los 10.000 millones y la NBA (baloncesto), algo por encima de los 8.000 millones. Y el cine ha intentado en muchas ocasiones contarnos historias acerca de este deporte que atrae a las masas enfervorecidas de norteamericanos a los estadios y ante las pantallas de televisión, pero los resultados han sido francamente malos.

Quizás podemos destacar “Rompehuesos” (1974), de Robert Aldrich, “Lobos universitarios” (1993), de David S. Ward, “Titanes” (2000), de Boaz Yakin y “Un domingo cualquiera” (1999), de Oliver Stone,… y podríamos atrevernos a incluir en esta breve lista también “El cielo puede esperar” (1978), de Warren Beatty, o “Jerry Maguire” (1996) de Cameron Crowe aunque la competición en el terreno de juego tiene un papel secundario en la función.

Protagonizada por Tom Cruise, Cuba Gooding Jr. (que ganó el Oscar a mejor actor de reparto), Renée Zellweger, Eric Stoltz, Kelly Preston, Jay Mohr y Bonnie Hunt “Jerry Maguire” nos contaba la historia de Jerry Maguire, un representante de deportistas cínico y prometedor que, de repente, un día sufre una crisis de conciencia y escribe una idealista declaración criticando a las empresas del sector, a las que considera que carecen de humanidad y priorizan los ingresos por delante de las personas. Inmediatamente es despedido por la prestigiosa agencia en la que trabaja y se convierte en un paria, rechazado por compañeros y amigos, de manera que no le queda más remedio que empezar de cero, con un futbolista de segunda como único cliente, que le reprocha continuamente su incapacidad para conseguirle un contrato en condiciones, y una madre soltera como secretaria.

La película se convirtió en todo un éxito de crítica y público, recaudando más de 273 millones de dólares en todo el mundo, y fue nominada nada menos que a cinco premios Oscar, de los cuales consiguió solamente uno (el ya mencionado de Gooding Jr.). Con el paso del tiempo, algunas de las frases de la película se convirtieron en clásicos que forman parte de la cultura popular, empezando con esa “Show me the money!” (“¡Enséñame la pasta!“) que Cuba Gooding Jr. grita con euforia.

Y llegados a este punto nosotros nos preguntamos, otra vez, ¿que tiene Tom Cruise que sigue siempre ahí, en primera línea? Aunque se le ha cuestionado mucho por su vida privada el rendimiento de sus películas, los resultados en taquilla, la respuesta del público ante sus trabajos, no han sufrido apenas por sus idas y venidas. Ya puede ser un tipo extraño, siniestro, incluso excéntrico, y fiel a la iglesia de la Cienciología de L. Ron Hubbard, que sus películas siguen funcionando en el box-office. Sus números le convierten en uno de los intérpretes más rentables de Hollywood en los últimos cuarenta años, y casi nadie discute su extraña vida fuera de la gran pantalla. A día de hoy ya ha abandonado la lucha por un Oscar por sus interpretaciones, por el que luchó con esfuerzo durante varios años y al que se acercó en “Nacido el 4 de Julio“, “Magnolia” o esta “Jerry Maguire” con nominaciones que, quizás, hubiesen merecido el galardón.

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Where to watch Jerry Maguire