Después de los buenos ratos que me han proporcionado las relecturas del Hellblazer de Garth Ennis (de los dos volúmenes publicados recientemente por ECC) lo cierto es que esperaba este Hellblazer de Warren Ellis con muchas ganas y las expectativas muy altas, así que quizás me haya sentido más decepcionado de lo que debería.

Hellblazer: Warren Ellis

Edición original: Hellblazer núms. 134 a 145 USA, Hellblazer: Shoot USA, Vertigo: Winter’s Edge núm. 3 USA
Guión: Warren Ellis
Dibujo: John Higgins, Phil Jimenez, Javier Pulido, Marcelo Frusin, James Romberger, Frank Teran, Tim Bradstreet, Gary Erskine
Tinta: Marcelo Frusin, Javier Pulido, James Romberger, Frank Teran, Tim Bradstreet, John Higgins
Color: James Sinclair, Grant Goleash
Formato: Libro cartoné, 312 págs., color.
Precio: 30 €

En 1999, el guionista Warren Ellis (Transmetropolitan, Planetary, The Authority) firmó una decena de episodios de Hellblazer que figuran por méritos propios entre los más controvertidos de la serie. Para empezar, John Constantine investiga el brutal asesinato de una ex novia. A continuación, se enfrenta a torturadores, asesinos en serie y toda clase de teorías conspiratorias. Y como broche de oro, la célebre historia Dispara, donde el guionista británico polemiza sobre las masacres en las aulas de los institutos estadounidenses.

Artistas de la talla de Dave Gibbons, Javier Pulido, Phil Jiménez, Andy Lanning, John Higgins, Darko Macan o Gary Erskine ponen su talento al servicio de una obra imprescindible que incluye los números del 134 al 145 de la serie original y los especiales Shoot y Vertigo: Winter’s Edge núm. 3.

Tras publicar los dos primeros volúmenes de la colección de Hellbazer destinados a recopilar la etapa de Garth Ennis (volumen 1 y volumen 2) ECC Ediciones ha publicado un volumen destinado a recopilar la etapa de Warren Ellis en la serie de John Constantine y aunque he disfrutado con su lectura ha pesado, y mucho, el que la etapa de Ennis apostase por establecer argumentos que iban más allá de unos pocos números mientras que Ellis se decantó por números más autoconclusivos (a pesar de que el primer arco argumental dure 6 números no se ve a John hacer otra cosa que manipular a propios y extraños para que las cosas salgan como él quiere) en los que Constantine carga con el peso de la trama, normalmente de un sólo número, y sin “companions” que le ayuden o con los que desahogarse del peso que soporta por sus acciones y sus consecuencias.

Las historias que Ellis nos ofrece son, en la mayoría de las ocasiones, números únicos donde nos encontramos a un John más chulo, confiado y seguro de sí mismo, un Constantine que va a su bola, que pasa de un “caso” a otro pero al que parece que no “empapa” lo que le va sucediendo, John es, como decía, un chulo en la versión de Ellis, pose que mantiene en todo momento (aunque puede que el estilo de dibujo de John Higgins sea el que provoca esta sensación), un personaje que se oculta tras una máscara de indiferencia y que continúa adelante con sus planes por “un bien mayor” a pesar del dolor que eso cause a los cercanos a sí… o más bien que continúa adelante cargando con el dolor que ha causado a los demás. De cualquier manera Ellis no es tan eficaz como Ennis para mostrarnos sus “tripas”, sus emociones, sí que nos ofrece una versión interesante, pero que no llega a la altura de la de Ennis y la comparativa.

Y la cosa tiene miga porque a Ellis le gusta tanto Constantine que siempre que puede lo mete en sus trabajos (Pete Wisdom, Authority, Planetary, etc, incluso en Transmetropolitan, buscad, buscad y veréis), pero su versión de John, en estos números, no parece la más interesante de sus “versiones”, seguramente porque la decisión de DC de no publicar en su día el número Hellblazer: Shoot (“Dispara”) acabó por sacarlo de la serie, y es que tuvo la mala fortuna de coincidir en fechas con la matanza de la Escuela Secundaria de Columbine, Colorado (15 muertos, más de 24 heridos y los dos asesinos que se suicidaron como buenos cobardes) y en DC decidieron que no era el mejor momento para publicar este cómic… y tenían razón, ya que la historia es muy dura y en aquél momento los ánimos estaban encrespados, pero eso llevó a que Ellis se lo tomase como se lo toman algunos autores y dijese adiós a John Constantine.

Quizás el otro problema que tengo con esta etapa está en que Ellis no cuenta con un compañero adecuado, John Higgins tiene un estilo demasiado limpio, no es mal dibujante (a pesar de ser más conocido por su trabajo como entintador), pero es que Constantine se mueve por lo más oscuro de Londres, por las zonas a las que no querrías ir… y sin embargo el estilo de Higgins es más propio del brillante Nueva York por el que se mueve Spider-man. Como ejemplo no hay más que ver el trabajo de Frank Teran, el excelente trabajo de Tim Bradstreet, el fantástico trabajo de Javier Pulido (un genio, como siempre), incluso el trabajo de James Romberger me parece mejor que el de Higgins, al menos para este personaje. El de Phil Jimenez, en “Dispara”, quizás resulte también demasiado “claro”, pero tremendamente efectivo por la historia. Para acabar tenemos el trabajo de Gary Erskine que vuelve a recordarnos cómo se dibuja a John y su mundo.

La edición de ECC me parece espectacular, es una gozada tener recopiladas las etapas de autores por volúmenes y es innegable que les ha quedado una edición muy bonita, al hilo de la colección que ya nos ha ofrecido dos volúmenes (volumen 1 y volumen 2), pero toca compararla con la antigua edición de Planeta que contenía los números Hellblazer Haunted nº 134-143 y Setting Sun USA, para un total de 240 páginas en formato rústica y a un precio de 15,95 euros. Esta edición, la de ECC, cuenta con un total de 312 páginas y con los números 134 a 145 USA, Hellblazer: Shoot USA, Vertigo: Winter’s Edge núm. 3 USA. Es más cara, cierto, pero también ofrece más material, cartoné y un papel de gran calidad. Si ya tenéis la edición de Planeta os recomiendo hacer comparaciones, aunque yo lo tengo claro…

En definitiva, puede que Warren Ellis no lograse dejar su sello personal en Hellblazer ni establecer un hito, pero no es menos cierto que su etapa se vio interrumpida y que éste no logró desarrollar todo lo que tenía pensado. Aún así, entretiene a la par que incita a seguir leyendo más y más aventuras de John Constantine.