No ha podido ser. Me había prometido acabar antes un par de reseñas pendientes pero John Constantine me ganó la mano. Este primer volumen que recopila la etapa de Garth Ennis al frente de “Hellblazer” es tan bueno que, después de resistirme diez días, he sucumbido a esta maravilla. Y tú también lo harás.

 

Hellblazer: Garth Ennis 1 (de 3)
Guión: Garth Ennis, John Smith
Dibujo: Mike Hoffman, Sean Phillips, Steve Dillon, Will Simpson
Edición original: Hellblazer núms. 41 a 55 USA
Formato: Cartoné, 392 págs. A color.
35,00 €

En mayo de 1991, el guionista irlandés  Garth Ennis irrumpe en las páginas de Hellblazer dejando al protagonista, literalmente, sin aliento. John Constantine contrae un cáncer terminal y está dispuesto a todo Con tal de salvarse: suplicar, arrastrarse e incluso pactar con el diablo. Pero, aunque logre sobrevivir a la enfermedad, el destino le tiene reservados nuevos desafíos. Por un lado, vampiros, fantasmas y posesiones infernales. por otro, la aparición en su vida del mayor de todos los retos: el amor.

Se inicia así la reedición de Hellblazer, que ocupará un total de 17 tomos agrupados por autores. En este, el primero de los dedicados a Garth Ennis, se recopilan los números del 41 al 55 de la colección original. Los dibujantes Will Simpson, Mike Hoffman, Steve Dillon y Sean Phillips acompañan al guionista de Predicador en un puñado de historias irrepetibles.

La decisión de ECC de publicar 17 volúmenes recopilando todo el material de la extinta serie Hellblazer supuso una notable alegría para muchos, yo entre ellos, y es que a pesar de que fui conociendo a Constantine por la Cosa del Pantano de Alan Moore y por alguna que otra aparición esporádica no llegué a poder echarle la mano encima a su serie regular hasta, precisamente, la publicación de su trabajo en Hellblazer por parte de Norma Editorial. No es que la edición fuese precisamente económica para el precio que tenía, pero el trabajo de Ennis (ya que no el del dibujo, al menos no hasta la llegada oficial de Steve Dillon) me atrapó cuando, ingenuo de mí, decidí saciar mi curiosidad sobre Constantine ojeando, precisamente, los primeros números de este volumen. Fue un grave error porque ya no hubo vuelta atrás, me hice con todos los números guionizados por Ennis que publicó Norma Editorial (menudo agujero me supuso en el bolsillo). Eso sí, con la de veces que releí no lamenté ese gasto (es lo que tenía tener trabajo, podías comprar cómics) y sólo me preocupa que no recuerdo dónde, o a quién, le dejé esos cómics. Así que esta nueva edición me viene como anillo al dedo, eso sí, una curiosidad, en los USA les cuesta bastante tragar con Ennis, ya que de 4 nominaciones a los Eisner (dos por esta etapa) no ha ganado ninguna, debe ser que lo de que se hable de alcohol, sexo, drogas, adornado con una gran cantidad de tacos les toca la fibra…

Seguramente no habrá nadie que desconozca quién es John Constantine, ya que no sólo cuenta con una serie de televisión (aunque esté teniendo problemas para renovar) sino que tuvo el dudoso honor de ser adaptada a la gran pantalla por Keanu Reeves (mis dudas van por el actor, la película me parece de lo mejorcito que ha hecho DC en el cine dejando las películas de Batman y las clásicas de Superman aparte, claro… sí, exactamente, el nivel es tan bajo que una película normalita como Constantine supuso un paso adelante). El problema con Constantine es que es un personaje que ha pasado por tantas manos que cada uno de los guionistas se ha cuidado mucho en dejar su huella. Naturalmente la culpa de todo la tiene Alan Moore quién creó a John en La Cosa del Pantano allá por el 1985. El carisma de este hechicero manipulador e intrigante superó todas las expectativas y tres años después obtenía una serie regular: John Constantine: Hellblazer.

El primer autor encargado de coger el relevo de lo que Alan Moore había hecho con Constantine en La Cosa del Pantano fue Jamie Delano, quien se mantuvo en la serie durante 40 números e introdujo la crítica social y política en la colección. De la etapa de Delano hablaremos más adelante, cuando ECC publique estos números, ahora lo único nos interesa saber es que a partir del 41 un nuevo guionista británico tomó el control de la serie: Garth Ennis, y le dio un giro bestial a la serie, logrando que, poco a poco, el personaje fuese gozando de una mayor popularidad y recogiendo el testigo dejado por Moore y Delano. Así sorprende abrir las primeras páginas para encontrarnos con un Constantine que se está muriendo de algo tan mundano como un cáncer de pulmón, pero John no es un tipo mundano y tras darse una buena pataleta y cuatro o cinco cogorzas pone manos en el asunto y…

No quiero desvelar cómo sigue la historia, muchos ya la habréis leído pero de verdad que es impresionante ver cómo los primeros número de Ennis tienen esa fuerza, esa potencia, esa mala leche y ese factor sorpresa que nos hará patente, una vez más, que no estamos ante un “mago más”, no, lo que Constantine no puede solucionar por medios mágicos lo soluciona mediante el engaño, los trucos, los chantajes y las amenazas. Y no dejará de hablar durante todo el tiempo mientras se queja, maldice y blasfema, pero hace su trabajo porque ninguno más lo hace. El Constantine de Ennis es, sin duda, una maravilla, un personaje que no hace otra cosa sino lamentarse de su suerte y de la pérdida de tantos amigos (algo que siempre le martiriza) entre jarra y jarra de cerveza mientras va de peligro en peligro por la simple razón de que nadie más lo haría.

Otro aspecto que también me gusta (no hay ninguno que no lo haga) es que Constantine es un agente independiente, ambos lados (Bien y Mal) pueden acabar recurriendo a él, pero no es menos cierto que la mayor parte de ellos estaría feliz de verlo muerto… o eso es lo que siempre piensa él y no está demasiado alejado de la realidad.

Finalmente, y es algo a destacar, este volumen marca el inicio del amor para Constantine, seguro, a lo largo de los años le hemos visto u oído hablar de relaciones absolutamente superficiales, así que cuando Ennis hizo aparecer a Kit, ex-novia de un amigo de John, Brendan, al que veremos “partir” en este mismo volumen, nos dio el contrapunto perfecto a tanta borrachera y tanta juerga con los amigos, le dio a John alguien a quien amar, y lo cierto es que Ennis puede ser bastante “basto”, pero nadie puede negar que hay algo de romántico en él, viendo cómo se construye la llegada de Kit.

Gráficamente Ennis comenzó su etapa junto a Will Simpson (un viejo amigo de Ennis acostumbrado a dibujar bárbaros o historias ci-fi y al que Ennis “obligó” a acompañarle en esta serie) y aunque me parece un autor adecuado para el estilo de Vertigo no estoy del todo convencido de que Hellblazer fuese el lugar apropiado para él (aunque para aquél entonces todo el que tuviese un estilo similar al que Simpson muestra aquí entraba fácilmente en Vertigo). Me explico, el trazo de Simpson es genial para recrear monstruos y demonios, se le da genial crear atmósferas tétricas y regodearse con el gore y las escenas brutales, pero es un dibujante tan tan feísta que el único número de este volumen dibujado por Steve Dillon resulta un rayo de sol (además de una historia preciosa, de esas de borrachos que tanto les gusta a Ennis y Dillon). No sería justo no reconocer que los primeros planos de Simpson son muy buenos, es capaz de deformar las expresiones (mucho) para resultar aún más expresivo, pero por desgracia remata esas viñetas con muchísima rayita para simular que ha dibujado los fondos (cosa que no hace, o que hace poco) y eso, en una página repleta de primeros planos, acaba por fatigar un poco. Aún así es un buen narrador, sus primeros planos (dejando la ausencia de fondos aparte) son muy efectivos y aunque estoy más acostumbrado a un estilo tipo Steve Dillon o Darick Robertson para los guiones de Ennis, estos números siguen resultando especiales.

En cuanto a la edición de ECC, bueno, es inevitable que en casi 400 páginas se cuele alguna errata (yo he detectado dos pequeñas erratas, en 400 páginas, y me ha costado ¿eh?) pero por lo demás la edición es una maravilla y estoy deseando ver cómo quedan varios tomos en mis estanterías (ni de coña dejo estos cómics a nadie, ¡me encantan!), el precio me parece muy correcto y aunque echo en falta algún artículo más (no hay sitio material donde colocarlo), aunque la introducción de Ennis es una delicia yo quería más artículos sobre Ennis, Simpson (quien, por cierto, acabó trabajando para Hollywood)… pero imagino que esto se solucionará en próximos números donde dispongan de más páginas.

Acabo ya, pues, con una fervorosa recomendación de este volumen (y del resto de la etapa de Ennis, marzo y septiembre), si el tener a un cabrón de mago manipulador como protagonista no os echa para atrás y tenéis el tipo de humor negro que gasta Garth Ennis vais a disfrutar muchísimo.