LetraBlanka Editorial nos trae la serie titulada “Green Class“, cuyo primer número lleva como subtítulo “Pandemia“. ¿Se trata de un cómic premonitorio? Analizamos la obra de los autores David Tako y Jérome Hamon por si nos resuelve esta cuestión.

Un virus ha transformado a una parte de la humanidad en seres desprovistos de voluntad, en criaturas deformes extremadamente contagiosas.
Atrapados en una zona de cuarentena a 2000 KM de su hogar, un grupo de jóvenes canadienses se encuentra sumido en plena pesadilla. Una batalla aún más complicada cuando uno de ellos está contaminado…
Sea el fin del mundo o no, lo harán todo para ser dueños de su propio destino.

Todos hemos acabado hasta el gorro de la pandemia. Aún está dando los últimos coletazos y los más agoreros nos aseguran que está aquí para quedarse. El tema de infecciones víricas ha sido un recurrente en decenas de obras de ciencia-ficción. Muchas de ellas nos llevan al resultado que los contagios han conseguido. Suelen mostrarnos ciudades asoladas y sociedades rotas. “Green Class” no se aleja mucho de esta premisa pues se trata de una historia salpicada de momentos de acción con gente intentando huir y ciudades tomadas por el ejército. Con todo, la obra basada en una idea y tratamiento original de David Tako y Jérome Hamon, tiene su punto de originalidad.
¿Estamos ante una obra de terror? Contiene varios elementos que la acercarían a este género. Algo similar a lo sucedido en “Alien, el octavo pasajero“, que mezclaba con maestría terror y ciencia ficción. La similitud con las historias de zombis es algo más que evidente, siendo los contagios y la consiguiente mutación de los contagiados un calco de la típica transformación de los zombis a causa de las heridas. Aquí el cambio está en que se alarga más en el tiempo, y el monstruo resultante es una criatura emparentada con La Cosa del Pantano, El hombre Fluorónico o incluso Groot. De ahí lo del ‘verde’ de su título.
La historia arranca con un grupo de jóvenes que se encuentran de excursión en Luisiana, el hogar de los pantanos, donde el profesor ha querido llevarlos para darles una clase maestra sobre evolución. Estos chavales canadienses alejados de su hogar tienen la mala suerte de quedarse aislados en la zona de cuarentena por culpa de un contagiosísimo y demoledor virus. En su viaje de vuelta descubren los efectos de ese virus en las personas. También observan cómo actúa el ejército estadounidense para atajarlo, sin ningún miramiento. Serán llevados a unas instalaciones para chequear su estado, descubriendo que uno de ellos está infectado.
A partir de aquí la aventura deviene en road movie, un viaje de regreso de los jóvenes, sin dejar de lado a su amigo, que debe tomar un medicamento de nueva creación para ralentizar el efecto del contagio. Podemos comprobar que en las ciudades reina la ley del más fuerte, siendo en su mayoría gente joven la que se ha quedado para saquear y apropiarse de cualquier lugar. Durante todo el periplo los autores se centran en el grupo de protagonistas, de raza y sexos variopintos. Así pueden tratar temas como la xenofobia y la inmigración, acentuada con la aparición de un muro que no permite al grupo poder acceder a su hogar canadiense. Claramente se reflejan las preocupaciones de la sociedad moderna de la era Trump que hace poco dejamos atrás.
Según los autores, los monstruos no son la amenaza real. Es cada personaje del elenco principal el que se cuida en la historia con el objetivo de lanzar un mensaje de tolerancia. Sato, uno de los chavales, es de origen japonés, lo que permite al dibujante justificar un grafismo en algunas secuencias que bebe del manga. También se remarca la diferencia de clases entre ellos, pero se enfatiza el compañerismo. Son los personajes femeninos los que tienen mayor peso, junto al infectado Noah. Conforme avanza el relato podemos encariñarnos con estos resueltos chavales, aunque a veces se muestren irascibles y algo empalagosos. “Green Class” nos engancha y nos mueve a conseguir el segundo álbum, ya que la historia termina con un ‘continuará’ de órdago.
Jerome Hamon hace un trabajo correcto en la escritura. Es David Tako el rey de la fiesta con su estilo de dibujo moderno pero que resulta clásico por la composición de cada página, sin estridencia alguna. El color es muy elaborado, brillante y luminoso al principio y más oscuro en algunos tramos, que reflejan el estado de ánimo de los chicos y chicas. Como ya comentamos más arriba, este tipo de dibujo es una mezcla del europeo y el japonés, sobre todo en las escenas de acción.
La edición de “Green Class“, publicado en Francia por Editions du Lombard en 2019, es sublime. La tapa dura está rematada con una textura tipo piel de altísima calidad. El papel es el adecuado para un álbum europeo. Además, se incluyen como extras varias ilustraciones de David Tako.
Green Class #1: Pandemia” es perfecto para el público joven amante de las historias de acción apocalípticas y también para los que disfrutan de productos realizados con calidad. Veremos cómo continúa la historia y si nos sorprende.

Green Class #1: Pandemia
Autores: David Tako y Jérôme Hamon
Colección: Colección Letrablanka
ISBN: 978-84-949749-2-2
Formato: 22,2×29,5cm. Tapa dura. Color.
Páginas: 72
Precio: 18,00 euros