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No hay criatura más letal en todo el universo que la horda xenomorfa ideada por H.R. Giger que nos presentó Ridley Scott en el clásico de la ciencia-ficción “Alien, el octavo pasajero“, y ni los marines espaciales más preparados, ni siquiera los depredadores, han sido capaces de sobrevivir a su avance.

En el año 1979 se estrenó una película que revolucionó la ciencia-ficción y que hoy está considerada una obra maestra. Es, por supuesto, “Alien, el octavo pasajero” de Ridley Scott, con guión de Dan O’Bannon y protagonizada por Sigourney Weaver, John Hurt, Yaphet Kotto, Tom Skerritt, Veronica Cartwright, Harry Dean Stanton e Ian Holm, entre otros, que nos narraba como de regreso a la Tierra, la nave de carga Nostromo interrumpía su viaje y despertaba a sus siete tripulantes. El ordenador central había detectado una misteriosa transmisión de una forma de vida desconocida, procedente de un planeta cercano y allí les esperaba un horror sin rostro tan mortal y despiadado como el mismo vacío del espacio. Y en el espacio, nadie puede oír tus gritos.

Hay varios nombres que es necesario destacar de “Alien, el octavo pasajero“. Uno es Ridley Scott, un cineasta único y visionario, infravalorado e injustamente tratado por Hollywood, es responsable de dos obras maestras del cine contemporáneo como “Alien” y “Blade Runner“, que dieron forma a un nuevo género y son merecidas películas de culto imitadas y homenajeadas hasta la saciedad. En su curriculum se mezclan de forma desordenada e incomprensible los éxitos y los fracasos, las joyas y las mediocridades, donde destacan títulos como “Los duelistas“, “Legend“, “Black Rain“, “Gladiator” o “Black Hawk Down” que cualquier director hubiera soñado con incorporar a su carrera cinematográfica. Ninguno de ellos, lamentablemente, a la altura de “Alien” y “Blade Runner“. Y aunque Ridley Scott ha intentado regresar al género que ayudó a definir, al universo oscuro y peligroso de “Alien“, creando un original y épico título de ciencia-ficción situado en los lugares más remotos y peligrosos del universo, el resultado no ha sido satisfactorio.

Otro nombre relevante de la película es el del artista suizo H.R. Giger, un creador de arte orgánico y biomecánico que, a su pesar, alcanzó la celebridad por sus colaboraciones en el mundo del cine y, en concreto, por la creación junto a Carlo Rambaldi, de la terrorífica criatura xenomórfica y algunos de los escenarios de la película. Sí, el monstruo de Giger superó los límites de la película de Scott, y tuvo un impacto duradero en los géneros de ciencia-ficción y del terror tanto dentro de la industria cinematográfica como en el mundo del cómic o los videojuegos, que usaron con profusión los elementos narrativos y visuales de la película, sus personajes y sus escenarios.

El éxito de “Alien” generó una lucrativa franquicia de novelas, cómics, videojuegos y juguetes, así como tres secuelas de James Cameron, David Fincher y Jean-Pierre Jeunet, dos crossovers con los Predators y un par de precuelas muy decepcionantes tituladas “Prometheus” y “Covenant“.

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