El éxito de “Gremlins“, la película de Joe Dante que en el año 1984 nos presentó al adorable Gizmo y a sus contrapartidas maléficas que aparecían tras incumplir las normas sobre el cuidado de los mogwai (no mojarlo y no darle de comer después de medianoche), llenó los cines de copias malas y baratas. “Munchies”, “Hobgoblins”, “Critters” o “Ghoulies” son cuatro ejemplos de imitaciones de la maravillosa película de Joe Dante y solamente las dos primeras se podrían salvar de la quema.
Sí, “Ghoulies” es una copia mala de “Gremlins“, una película de serie Z con un presupuesto escasísimo (apenas costó 1 millón de dólares), actores nefastos, un guión ridículo,… y pese a ello se convirtió en un inesperado éxito, sobretodo en el mercado del vídeo doméstico, y generó una franquicia de hasta cuatro películas (“Ghoulies II”, “Ghoulies III: Ghoulies Go to College” y “Ghoulies IV”), a cuál peor. Hay artículos acerca de la película que defienden que “Ghoulies” no copió “Gremlins” pues el proyecto había echado a andar antes del estreno de la película de Joe Dante, pero uno no puede evitar ver en sus cutres monstruos de látex barato una versión fea de los bichos gamberros de “Gremlins“. No nos lo creemos, lo lamento.
Dirigida por Luca Bercovici y protagonizada por Jack Nance, Peter Liapis, Lisa Pelikan, Michael Des Barres y Peter Risch, entre otros, “Ghoulies” nos contó como Jonathan Graves hereda la mansión de su tío, el satanista Malcolm Graves. En la fiesta de inauguración de su nueva casa junto a su prometida Rebecca, Jonathan decide improvisar una especie de rito satánico siguiendo un pequeño cuaderno de notas que había en la casa, pero algo terrible sucede… El conjuro atrae a un grupo de seis pequeños y malévolos goblins llamados Ghoulies.
Una de las escenas más recordadas de “Ghoulies” es aquella en la que uno de los monstruitos aparece de dentro del inodoro, imagen que llegó a servir para el cartel de la película. El productor Charles Band contaba en su libro “Full Moon Horror Road Show” que recibieron multitud de cartas de queja de espectadores que les recriminaban que la escena les había traumatizado y tenían problemas para ir al baño. Es una buena metáfora de lo que es “Ghoulies“: una película que debería formar parte del género de terror pero que se desliza inevitablemente hacia el género humorístico, que es como más se puede disfrutar.
A ver, yo entiendo que estafa es cuando te quedas tú el dinero, no cuando el dinero es un donativo…