Uno de los genios más recientes del anime es el director nipón Mamoru Hosoda, un creador al que ya llevan años llamando, quizás exageradamente, “el nuevo Miyazaki“. Y decimos quizás porqué “La chica que saltaba a través del tiempo“, “Mirai, mi hermana pequeña“, nominada al Oscar a mejor película de animación del año 2019, “Wolf Children“, la más reciente “Belle” o “El niño y la bestia” demuestran que Hosoda tiene un talento descomunal y pronto podría recoger el testigo del maestro de Studio Ghibli. Más pronto que tarde. Sería justo, una suerte de justicia poética, pues Studio Ghibli le ofreció dirigir “El castillo ambulante” y el director insistió en tener total libertad creativa, cosa que desembocó en un enfrentamiento con Hayao Miyazaki y el despido de Hosoda.
“El niño y la bestia” (“Bakemono no Ko“) nos contaba la historia de Ren, un joven solitario que descubre una puerta mágica en las calles de Tokio, que une el mundo de los humanos y el de las criaturas fantásticas. A través de esa entrada, el chico accede a un mundo mágico donde conoce a Kumatetsu, una criatura sobrenatural con aspecto de oso que, a su pesar, acabará acogiéndolo y se convierte en su amigo y guía espiritual. Su relación empezará por tomar la forma de maestro y aprendiz, aunque los sentimientos paternales de Kumatetsu por el renombrado Kyuta acabarán aflorando mientras viven multitud de aventuras. Un conmovedor relato de fantasía que se construye sobre algo tan real como camino de obstáculos que es la relación entre padres e hijos. De hecho este era el objetivo de Hosoda, como él mismo explicaba: “reflexionar cómo los niños crecen y maduran en este mundo“.
En “El niño y la bestia” Mamoru Hosoda mezcla con aparente normalidad el género fantástico con la cotidianidad, el mundo mágico de Kumatetsu y las populosas calles de Shibuya de Kyuta, y obtiene una película excelente. Ahora solamente queda por saber quien se queda con el título de “el nuevo Miyazaki“, con dos candidatos bien posicionados: Makoto Shinkai y Mamoru Hosoda. ¡Que empiece la lucha!
A ver, yo entiendo que estafa es cuando te quedas tú el dinero, no cuando el dinero es un donativo…