Sigo sin entender como aún somos una minoría los que conocemos la película de animación francesa “Les maîtres du temps“. Una rareza que no debería serlo, una película de culto que merecería mucho más reconocimiento que el de unos pocos, y fieles, espectadores que tuvieron la oportunidad de verla hace muchos años, de forma casi clandestina. Una joya del séptimo arte firmada por el director René Laloux, que cuenta con los diseños del mismísimo Moebius, basada en la novela “L’orphelin de Perdide” de Stefan Wul que ha servido de base para una excelente adaptación al cómic.

Tras la muerte de sus padres, Claudi es ahora el único superviviente de Perdide. Pero, ¿cómo podrá escapar de los peligros de un planeta tan hostil un niño de cuatro años? Intentará, con la ayuda de un dispositivo transmisor muy particular, contactar con Grand Max, un viejo amigo de la familia.

Hace algunos meses dedicamos un artículo a “Los amos del tiempo“, una película de animación dirigida por René Laloux basada en la novela “L’orphelin de Perdide” de Stefan Wul, del año 1958, que contaba con los fascinantes diseños del prolífico, inclasificable y multidisciplinar genio del cómic europeo Moebius. Curiosamente esta película, a la que hemos calificado de rareza en la introducción, es de producción húngara y de un director que solo logró dirigir tres películas y algunos cortos de animación entre los años 1973 y 1987, siempre haciendo malabarismos con el presupuesto, de manera que parece un milagro que llegase a buen fin. A día de hoy, es sorprendente, “Los amos del tiempo” todavía es una película desconocida para el gran público.

Por su parte “L’orphelin de Perdide” del escritor francés Stefan Wul es una novela de ciencia-ficción publicada originalmente en 1958 en la colección Anticipation de la editorial Fleuve Noir que nos contaba el periplo de Claudi, un niño de cuatro años y último superviviente de Perdide, un planeta hostil que ya ha matado a su familia, repleto de frutas envenenadas, avispones gigantes y las cuevas traidoras. Su último vínculo con el mundo de los hombres es un radiotransmisor cuyas señales de socorro han sido captadas por el Grand Max, un viajero de gran corazón que velará por el huérfano mientras prepara su rescate. Pero la mezquindad y la imprudencia de los hombres, sus traiciones, odios y venganzas, pondrán en peligro la operación. El tiempo va pasando, el huérfano sigue expuesto a los peligros del planeta Perdide,… y las paradojas temporales van a complicar las cosas aún más.

Tres fechas, tres formatos: la novela original de 1958, la película de animación de 1982, y el cómic de 2021. De la mano de Spaceman Project nos ha llegado recientemente “El huérfano de Perdide“, una adaptación al cómic del guionista Régis Hautière y el dibujante Adrián Fernández publicada originalmente en Francia por Comix Buro y Glénat en dos tomos (“Claudi” y “Silbad”, en septiembre de 2018 y enero de 2019). Hay que recordar que Spaceman Project es una iniciativa de ECC Ediciones para dar salida a propuestas interesantes de cómic a través de campañas de crowdfunding, para cargar sobre el comprador la financiación de la obra mediante micromecenazgo y para descargar a la editorial del desgaste que significa apostar por proyectos fallidos. En este caso concreto, la obra recibió una financiación de 1.909 euros de la mano de 83 aportaciones.

Tal y como ya nos contaron Stefan Wul primero y René Laloux después, Claudi es un niño de cuatro años y el último superviviente en Perdide tras la muerte de sus padres, Martha y Claude, los únicos colonos del lugar. ¿Cómo va a sobrevivir un niño pequeño y su fiel mascota en un planeta hostil? Con la ayuda de un prototipo de transmisor diseñado por su madre Claudi entrará en contacto con Max, un contrabandista de gran corazón y viejo amigo de la familia, que va a iniciar una misión de rescate de inmediato. Pero su nave ha sufrido un contratiempo escapando de las autoridades y va a tardar más de lo deseado en volver a Perdide. Para complicar más las cosas Max embarcará en su nave a tres extraños pasajeros para que le acompañen a Perdide: el sospechoso Martin, la ingenua Bella y el viejo Silbad, un jardinero que vivió en Perdide durante su infancia y parece tener un extraño vínculo con Claudi. Ellos son la última esperanza del pequeño… y están a millones de kilómetros de distancia.

Es un poco frustrante comenzar una novela, una película o un cómic cuando ya conoces el final. En mi caso debo haber visto media docena de veces la adaptación cinematográfica de René Laloux y Moebius, “Les maîtres du temps“, así que tenía mis dudas cuando empecé la lectura de “El huérfano de Perdide“. Mis dudas eran injustificadas. Régis Hautière y Adrián Fernández realizan una excelente adaptación al cómic de la novela, sin competir ni alterar la esencia de la película, y aprovechan muy bien la fabulosa historia de Stefan Wul, que es mucho más que una simple historia de ciencia.ficción. Por un lado por el uso de la idea de las paradojas temporales que el lector no descubre hasta llegar al final, y también por el excelente diseño de producción, las preciosas y elegantes naves espaciales, la terrible fauna de Perdide o las minas del desértico planeta Gamma 10. Y, por supuesto, los personajes protagonistas. Quizás demasiado estereotipados (el contrabandista bueno como el Han Solo de “Star Wars”, la chica dulce e ingenua y el joven ambicioso cuyo destino funesto parece sellado desde la primera página, como el Viserys de “Juego de Tronos”), pero bien construidos.
El estilo del granadino Adrián Fernández Delgado, dinámico y anguloso, y un color espléndido, se ajusta como anillo al dedo y sabe expresarse con talento tanto en la atmósfera tecnológica de la nave de Max como en los maravillosos e inquietantes paisajes naturales de Perdide. Y aunque conocía el fina de antemano debo aplaudir la forma en la que los autores nos llevan a la conclusión de la aventura de forma sutil, manteniendo la atención del lector en la acción pero dejando suficientes semillas en el camino como para poder cerrar la historia con brillantez.

En resumen, “El huérfano de Perdide” es una buena adaptación de “L’orphelin de Perdide” de Stefan Wul y una digna sucesora de la película de René Laloux y Moebius. Aunque el listón estaba muy alto, este díptico resulta ser una obra muy recomendable para los aficionados a la ciencia-ficción y el reencuentro feliz con una historia maravillosa que me sorprendió en mi juventud.

El huérfano de Perdide
Guión: Régis Hautiere
Dibujo: Adrián Fernández
Fecha de publicación: Marzo de 2022
ISBN: 978-84-18380-33-4
Formato: 29,0×22,0 cm. Cartoné. Color
Páginas: 112
Precio: 23,00 euros