Nunca el título de un cómic había descrito con tanta exactitud a su protagonista. “El Cabronazo: Flipando en colores” lo hace. Ernie Ray Clementine es lo peor, y así nos lo cuenta Rick Remender junto a toda una pléyade de ilustradores en este tomo editado en castellano por Panini Cómics.
El destino del mundo descansa sobre la peor persona sobre la faz de la Tierra. Rick Remender se une con un conjunto de los mejores artistas del cómic estadounidense para narrar la historia de Ernie Ray Clementine, un motorista adicto a las drogas que accidentalmente recibe el suero que le convierte en el más poderoso espía del mundo. La encarnación viviente del “Sexo, drogas y Rock and Roll”, integrada en una organización de inteligencia mundial.
Image Comics publicó a finales de 2020 el primer número de una serie abierta titulada “The Scumbag“. Literalmente, se puede traducir por bolsa de escoria, aunque Panini Cómics ha optado por el descriptivo “El Cabronazo“, más apropiado como insulto en nuestra lengua. Anunciada como una comedia de espías, la particularidad de esta serie es la crítica a la sociedad actual, por encima de otras consideraciones. En este tomo se recoge el primer arco, “Flipando en colores” compuesto por las cinco primeras grapas americanas.
Conceder el protagonismo a un tipo tan despreciable como Ernie Ray Clementine puede resultar una jugada peligrosa. Pero no es nada nuevo, y hemos visto en obras de la cultura popular a gente odiosa como foco de atención, la mayoría de las veces obligadas a reformar su conducta tras pasar por las pruebas vitales de rigor. Por ejemplo, el Mister Scrooge dickensiano es uno de los más conocidos. En el cómic, aparte de su símil pato tenemos unos cuantos “cabronías” pululando por aquí y por allí. Por ejemplo, DC tiene a Lobo y Marvel a Masacre, personajes ciertamente bordes, pero que no llegan a la altura de la asquerosidad demostrada por ‘El Cabronazo‘.
Rick Remender ha tirado de un estereotipo exagerado para generar esta nueva serie, poniendo la vista en comportamientos actuales. Los participantes en las redes sociales, de uno y otro bando se verán retratados aquí. Incluso los equidistantes reciben su rapapolvo en este cómic. Gracias a este protagonista el escritor puede exponer temas espinosos que en boca de un tipo más moderado no sonarían tan paródicos y sufrirían una férrea censura. Ernie es el comodín para que Remender opine sobre unos temas y sobre otros, creando un diálogo constante con otros personajes para contradecirse o apoyarse en sus teorías.
A estas alturas que nos suelten sermones camuflados como comedia de espías puede resultar algo cansino. Y en efecto, así es este cómic, un panfleto exagerado que no avanza y cuando lo hace, no nos llama la atención. Veamos el argumento: Ernie Ray es lo peor de la sociedad, un drogadicto, analfabeto, roñoso, misógino, salido, etc. Todo lo malo cabe en él. Resulta que, por una serie de circunstancias, se convierte en la última esperanza para salvarnos de un terrible Armagedón que está a la vuelta de la esquina. Una Agencia llamada la Autoridad Central, deberá convencerle para que ayude a salvar Nueva York y después el mundo.
Estamos ante el típico cómic a lo ‘buddy movie‘, o sea, que crea compañeros que no se llevan nada bien de primeras, donde uno es muy listo y el otro un degenerado que debe ir cediendo para lograr el objetivo final. La parte cómica del tema son la multitud de tacos y situaciones grotescas en las que se ven envueltos el héroe de la historia. Tenemos situaciones nunca antes vistas en cómic mainstream como Ernie preparándose un chute mientras, con los calzoncillos abajo, defeca, todo esto en una atestada calle. O como cuando accede a una orgía en la que no le dan cancha de ningún tipo.
Ernie va pidiendo cosas como requisito para ayudar a la sufrida agente: un coche volador, una muñeca hinchable, un maletín de drogas… Los malos, gente rica y poderosa de raza blanca, están bien definidos y sabemos a quién referencian. Un tercer grupo vigila desde el lado luminoso de la luna y suponemos aparecerá en futuras recopilaciones. Tal cual una película de espías, se van sucediendo las situaciones, con acción a raudales cuando toca o diálogos empalagosos según toca.
En “El Cabronazo: Flipando en colores” chirrían varios aspectos. Parece una parodia de una parodia y el humor que destila no es tan gracioso como debiera. El personaje y la trama dejan de interesar pasadas unas cuantas páginas. También hay otro tipo de problemas. La traducción es muy libre y a veces se escapa el sentido original, como cuando se usa la famosa frase de El Fary sobre los blandengues que no viene muy a cuento. Y de esas hay varias. La fuente de letra usada es muy pequeña, por otro lado.
Si hay algo que destaca en “El Cabronazo: Flipando en colores” es la lista de dibujantes con las que cuenta Rick Remender, ya que su intención es usar uno diferente cada número. Estos artistas son realmente buenos: Lewis LaRosa, Eric Powell, Andrew Robinson, Roland Boschi y Wes Craig. Todos ellos hacen de este cómic una experiencia visual satisfactoria y por la que merece la pena seguir la serie. La parte gráfica es muy elaborada y cuenta con el color de Moreno Dinisio para dar unidad. Las portadas también son muy buenas.La edición de Panini Cómics es en tapa dura y tiene un papel adecuado de gran calidad. Además, como extras vemos las portadas alternativas y los textos de Lidia Castillo.
Si bien “El Cabronazo: Flipando en colores” no pasa del aprobado raspado siendo generosos, podemos decir que es un cómic ciertamente curioso y muy bestia. Llama la atención por reflejar en viñetas lo que podemos ver en Twitter. Es decir, que Ernie no está solo en el mundo, hay muchos como él, que se ocultan bajo nicks.
El Cabronazo: Flipando en colores
Guión: Rick Remender
Dibujo: Varios autores
Edición original: “The Scumbag” núms. 1 a 4
Fecha de publicación: Abril de 2022
Formato: Cartoné. Color.
Páginas: 152
Precio: 22,00 euros
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