Cuando hace unos años leí el relato de Neil Gaiman “Corazón de Arlequín” incluido en una antología titulada “Objetos Frágiles” no me dejó un buen sabor de boca. La verdad, y para ser sincero, ni me acordaba de él cuando llegó a mis manos el cómic homónimo de ECC Ediciones, dibujado por John Bolton. Con la lectura de esta novela gráfica mi opinión inicial ha mejorado notablemente.
Quienes han pasado a solas el día de San Valentín son conscientes de que esa fría festividad de febrero puede ser muy difícil de soportar.
De Neil Gaiman creo que ya he dicho todo lo que podía decir en anteriores reseñas y referencias a su obra, puesto que no he escondido jamás mi devoción por este autor, uno de los grandes maestros de la ficción especulativa moderna. En ViaNews siempre nos hemos mostrado incapaces de abarcar la totalidad de su figura, e impotentes ante la imposibilidad de desgranar con justicia su amplio curriculum, su brillante carrera, los numerosos premios que lucen en la repisa sobre la chimenea de su casa victoriana en Wisconsin, las adaptaciones cinematográficas de varios de sus relatos, su capacidad creativa, sus brillantes textos para cómics (¿o son novelas gráficas?), obras teatrales, ensayos, novelas de ciencia-ficción y fantasía, o su inmenso y galardonado trabajo en el cómic “The Sandman“.
“Objetos Frágiles” (“Fragile Things”) es una antología que recoge treinta y un relatos breves e historias cortas de Neil Gaiman, que incluye también cuentos y poesías, pequeñas bromas y homenajes, dedicatorias y secuelas, publicado originalmente en el año 2006 y reeditado en formato bolsillo, en castellano, por Roca Editorial en el año 2009. En todos y cada uno de ellos Gaiman nos regala un nuevo punto de vista sobre el mundo, sobre su mundo. Un universo cargado de miedos, nostálgico, extraño pero, a la vez, cotidiano, fantástico y rural, cargado de un oscuro sentido del humor y, sobre todo, de una imaginación desbordante y fuera de lo común con la que Gaiman rinde homenaje a su arte, la narración, y a sus herramientas de trabajo con su estilo peculiar y particular, ese inconfundible sello del autor repleto de un imaginario característico a medio camino entre el romanticismo inglés (entendido como referencia al movimiento artístico de Byron, Shelley, Keats y compañía) y la novela gótica, salpicadas con referencias y personajes de la cultura popular y la mitología.
Uno de los relatos de la antología “Objetos Frágiles” era “Corazón de Arlequín” (“Harlequin Valentine”), escrita en el año 1999, y en la introducción del libro el propio Gaiman nos explicaba como el encargo para esta historia le había llegado de la escultora Lisa Snellings-Clark, que le había pedido un relato breve para los pasajeros de una noria basado en el personaje que vendía las entradas, un arlequín sonriente. Y nos explica como el texto le salió sin el menor esfuerzo, y escribió de un tirón una versión moderna del Arlequín, un personaje burlón de la Commedia dell’Arte, un tipo de teatro popular nacido a mediados del siglo XVI en Italia que mezclaba improvisación, tradiciones carnavalescas, recursos mímicos y pequeñas habilidades acrobáticas. El Arlequín de la Commedia, y el de la versión actualizada de Gaiman, es un bromista invisible ataviado con un traje de rombos, una máscara y un palo mágico, que estaba locamente enamorado de Colombina y, mientras la perseguía, se iba encontrando con otros personajes como el Doctor y el Pierrot, provocando su tranformación a lo largo de la obra. En la versión moderna, el bufón mágico persigue a su sensible e inconsciente Missy, su Colombina, por las calles de una ciudad contemporánea cualquiera, tras haberle entregado su corazón por voluntad propia. Consumido por el amor, el impulsivo payaso verá su corazón arrastrado por todo el municipio, arriba abajo sin rumbo fijo, con una fascinante sorpresa final que dota de un giro moderno al relato. Un cierre adaptado a los tiempos actuales, en los cuales la mujer ya no es ni un sujeto pasivo ni la presa del juego de la seducción.
Esta revisión contemporánea de Gaiman de un mito clásico de la Commedia dell’Arte, repleto de locuras y payasadas, de amor desesperado y de amor, vivió una adaptación al cómic en el año 2001 dibujado por el maestro John Bolton, que ya había trabajado con el escritor de Porchester en “Los Libros de Magia” en los años noventa, en el primer episodio de la miniserie, y que ECC Ediciones ha reeditado en febrero del año 2016. Hay otra edición en castellano, del año 2004, de Norma Editorial.
Los habituales ya sabéis que el británico Neil Gaiman es un autor que me tiene robado el corazón y me arrancó el alma hace muchos años. A mi y a tantos otros miles de lectores alrededor del mundo. Sus obras nos suelen ofrecer un billete de ida y vuelta a un universo da fantasía muy particular, inclasificable e inimitable, a menudo un lugar oscuro y misterioso habitado por gente poco común, un mundo paralelo al nuestro que se encuentra a un solo paso y al que se llega a través de un umbral mágico y escondido. En esta versión moderna de la Commedia dell’Arte el texto, de Gaiman, se combina con el estilo peculiar e inimitable de John Bolton, realista, que mezcla la fotografía digital y los pinceles de colores brillantes con fondos difuminados, que permite que los personajes resalten por encima de la escena que los enmarca. Y ambos, texto e imagen, encajan como un guante y mejoran, en mi opinión, el texto original de la antología “Objetos Frágiles“.
Por San Valentín lo único que hace falta es un cuchillo para cortar carne, un tenedor y un frasco de kétchup de buena calidad…
Corazón de Arlequín.
Guión: Neil Gaiman
Dibujo: John Bolton
Título original: Harlequin Valentine
Fecha de publicación: Febrero de 2016
Formato: Cartoné. Color.
Páginas: 40
Precio: 8,95 euros
Curioso porque justo ahora ando enganchado a la trilogía de los Arquitectos... y en cuanto acabe con ella iré a…