Publicada originalmente en 2011 en la ya desaparecida Sinsentido llega una nueva edición de 5000 kilómetros por segundo, del ya consagrado Manuele Fior, premiada como mejor obra en el Festival de Angoulême de 2011, esta vez a cargo de Salamandra Graphic.


5000 kilómetros por segundoFicha técnica

  • Título: 5000 kilómetros por segundo
  • Autor: Manuele Fior
  • Páginas: 144
  • Target de edad: Adultos
  • Tipo de encuadernación: Tapa blanda con solapas
  • Idioma: ES
  • Fecha de publicación: 10-02-2022
  • Editorial: SALAMANDRA GRAPHIC

Manuele Fior nos regala una emotiva historia de amor y una auténtica joya visual que mereció el premio Fauve d’Or al mejor álbum en el Festival de Angulema.

Publicada originalmente en 2011 en la ya desaparecida Sinsentido llega una nueva edición de 5000 kilómetros por segundo, del ya consagrado Manuele Fior, premiada como mejor obra en el Festival de Angoulême de 2011, esta vez a cargo de Salamandra Graphic.

Piero y Lucia se conocieron de chavales, terminado el instituto preparándose para los exámenes de acceso a la universidad y decidiendo su futuro. Se liaron en una relación intensa, propia de la edad, terminaron cortando y con el paso de los años su relación se convirtió en esa cosa bonita que recordamos con mucha intensidad pero de manera muy difuminada 20 o 30 años después.

5000 kilómetros por segundo acude a un lugar común para todos: el primer amor “importante”, ese que tenemos al alcanzar la mayoría de edad, intenso, que a pesar de no haber durado mucho tiempo se nos queda agarrado como pocos y nos acompaña en nuestra vida adulta (¡uno se descuida y han pasado 20 o 30 años!).

No hay apenas detalles de cómo fue la relación de Lucia y Piero, apenas sabemos cómo se conocieron y ya el libro salta adelante cuando ambos continuaron sus vidas por caminos separados. No importa en realidad, porque aquí lo central no es la historia de amor que tuvieron (si es que fue una historia de amor), lo importante aquí es qué hacemos les cuarentones, cincuentones, etc. con esos recuerdos. Se difumina el recuerdo, se pierden casi todos los detalles, de ninguna manera recordamos todos los días que pasamos junto a aquella persona pero queda lo intenso pero posiblemente adornado por el paso el tiempo.

Me viene a la cabeza, no puedo evitarlo, Marta y Alan, de Emmanuel Guibert, si bien en aquella ocasión se centraba en un recuerdo mucho más lejano, una amistad siendo niño. Los dos tebeos se centran en esa nostalgia (mal o bien llevada, y teniendo en cuenta que son relaciones distintas) que nos acompaña a los 40, 50, 60… y que hace nuestros recuerdos sobre nuestras relaciones en la niñez o adolescencia más difusos pero también muy bonitos. Los años pasan, el pasado se desdibuja y ayuda a tener un recuerdo precioso de algo que quizás no lo fue tanto.

Un final de la historia inconcluso para los personajes, que tratan de dar un final cerrado a su relación. Sin conseguirlo claro, ninguno de los dos son los veinteañeros de antes y ambos tienen sus largas vidas ya vividas. Se reencuentran años después con el lastre del recuerdo de su relación pero la cosa ha cambiado.

Pero es bonito, y aquí es donde el autor de 5000 kilómetros por segundo atina totalmente, quizás aquello no fue Romeo y Julieta ni os queríais como nadie en el mundo, pero… ¿Cómo hubiera sido nuestra vida si hubiéramos continuado aquella relación? Paula y Piero tienen la posibilidad de responderse al final de la historia, pero es un intento torpe y arrastrado por los recuerdos. Por respuesta únicamente queda un intento de polvo en el lavabo del bar donde han acabado terminada una cena de reencuentro después de siglos sin verse, un torpe intento de folleteo que no llega a completarse parece poner punto y final a la relación de ambos.

Su relación, que ya terminó hace años, se ha mantenido por parte de ambos a base de recuerdos re-creando al fin y al cabo su propia relación, puede que de espaldas a cómo fue realmente.

Las acuarelas de Manuele Fior acompañan el devenir de la historia: de colores cálidos y brillantes cuando Lucía y Piero se conocen con apenas 20 años, tonos amarillos y verdes para un año que empieza. Colores más azules, melancólicos, tristes de alguna manera para el final de la historia cuando ambos se despiden para volver a sus vidas de adultos con todo ya hecho.