Todos somos aquello que somos por una simple casualidad: haber nacido cuándo y dónde hemos nacido. El destino es caprichoso, y nos podría haber llevado a nacer en cualquier otro sitio, momento o lugar, pero nos adherimos a una sociedad concreta, a una cultura determinada que tiene unas costumbres y reglas. Un católico sería fiel creyente musulmán si hubiese nacido en Irán, un aficionado del Liverpool defendería los colores del Depor si hubiese nacio en A Coruña, y un español enarbolaría la bandera del Líbano si hubiese nacido en Beirut. Pero vivimos en unos tiempos confusos, dónde muchos confunden la nacionalidad y la identidad. Haber nacido en un lugar, en una familia, en una época, no te obliga a ser.
El Caballero Oscuro y el Hombre de Acero cruzan sus destinos en dos deslumbrantes historias. Por un lado, Bruce Wayne tropieza con el espíritu moribundo de Abin Sur y acaba convertido en el Green Lantern de la Tierra. Por otro, la familia Wayne adopta a un huérfano procedente del planeta Krypton. Cuando crezca, ese niño se convertirá en una verdadera pesadilla para los criminales de Gotham, incluido un tal Lex Luthor.
Desde hace muchos años DC Comics cuenta con un sello que le permite presentar historias que tienen lugar fuera de la continuidad general de su universo narrativo, en tiempos y lugares diferentes. Es Elseworlds, los Otros Mundos. Este marco fue creado específicamente para que los creadores pudieran utilizar a los personajes de DC en situaciones radicalmente distintas que, a diferencia de su homólogo en Marvel (los “What… if?”), tienen lugar en continuidades completamente autónomas y desvinculadas de la raíz principal. Son historias que siempre se atreven a aventurarse en territorios desconocidos, sin mapa ni brújula, y nos ofrecen relatos sin los grilletes del cánon establecido, con libertad creativa para sus guionistas, que permiten dar forma a universos alternativos muy originales aprovechando simplemente alguno de sus personajes más populares. Por ejemplo, “Gotham a luz de gas” de Brian Augustyn y Mike Mignola con el Hombre Murciélago en el siglo XIX, “Kingdom Come” de Mark Waid y Alex Ross en un futuro que ningún héroe querría vivir, “Liga de la Justicia de América: El Clavo” de Alan Davis y Mark Farmer en un mundo que jamás conoció a Superman, o “Superman: Hijo Rojo” de Mark Millar, Dave Johnson y Kilian Plunkett que exploraba que hubiese pasado si la nave originaria de Krypton en la que viajaba el pequeño Kal-El que aterrizó en los campos de cereales de Kansas, cerca de la localidad de Smallville, hubiese aterrizado en la fría tundra siberiana. Hay muchas más, la mayoría de ellas publicadas en castellano por ECC Ediciones, y os invitamos a descubrirlas.
La última de ellas que hemos mencionado, “Superman: Hijo Rojo“, es relevante destacarla y recordarla a la hora de hablar de este “Batman/Superman: Otros destinos“, un volumen que contiene dos de las mejores historias de la línea Otros Mundos: “Superman: Straight Bullets” de J.M. DeMatteis y Eduardo Barreto y “Batman: In Darkest Knight” de Mike W. Barr y Jerry Bingham, que fabulan con la idea de que dos de los personajes principales de la editorial, Batman y Superman, no se hubiesen convertido en el Hombre Murciélago y el Hombre de Acero. En ambos casos la trama de las historias transcurre en un mundo alternativo, un lugar y un tiempo distinto al que se llegó a partir de un punto en el pasado en el que algún acontecimiento sucedió de forma diferente a como nos lo habían contado antes. Y es a partir de este punto (que suele llamarse el punto de divergencia) que los autores desarrollan sus historias, excusas para poder profundizar acerca de los dos personajes, y juguetear con los mundos imaginarios que se construyen a partir de los cambios. Son, efectivamente, juguetes al servicio de los guionistas para poder explorar universos alternativos y en “Batman/Superman: Otros destinos” ni J.M. DeMatteis ni Mike W. Barr desaprovechan su ocasión.
Tanto “Superman: Balas Veloces” como “Batman: El caballero más oscuro” son relatos fascinantes que recurren al efecto mariposa, un concepto de la teoría del caos (“el aleteo de una mariposa en Hong Kong puede desatar una tormenta en Nueva York“) y que llevan a los dos personajes por derroteros inesperados por el lector, que disfrutará con las sorpresas que le esperan detrás de cada página: mientras el primer relato Bruce Wayne terminará con un anillo de poder en su dedo y convertido en un Green Lantern, el segundo relato empieza con la nave de Kal-El aterrizando en la mansión de los Wayne. Como decíamos al principio de esta reseña, el destino es caprichoso y todos somos hijos de dónde y cuándo hemos nacido, aunque todos luchamos con vehemencia, durante toda nuestra vida, para ir un poco más allá de adónde se supone que hemos dirigirnos.
Como conclusión, confesar que ninguna de las dos historias de “Batman/Superman: Otros destinos” nos ha parecido de lo mejor del sello Otros Mundos pero eso no significa que se ensombrezca nuestra devoción por este sello tan original, que desde su creación en 1989 ha explorado en numerosas ocasiones qué habría ocurrido con los superhéroes de la editorial norteamericana si hubieran vivido en otra época, en otro lugar, en otro contexto. En esta ocasión el resultado es un poco decepcionante, con una premisa interesante pero un desarrollo que no está a la altura.
Batman/Superman: Otros destinos.
Guión: J.M. DeMatteis y Mike W. Barr
Dibujo: Eduardo Barreto y Jerry Bingham
Edición original: “Superman: Speeding Bullets” y “Batman: In Darkest Knight”
Fecha de publicación: Noviembre de 2018
ISBN: 978-84-17644-04-8
Formato: Rústica, color. Páginas: 104
Precio: 10,50 euros
Curioso porque justo ahora ando enganchado a la trilogía de los Arquitectos... y en cuanto acabe con ella iré a…