Hay películas de terror y hay comedias, y también hay comedias de terror. Sí, películas de miedo que hacen troncharse de risa, que parten de una premisa aterradora como excusa para que pasásemos un buen rato. No hay nada que case tan bien como el terror y la comedia, un cóctel de géneros que marida mejor que el queso con el vino y del que, sin discusión, “El jovencito Frankenstein” es el mejor ejemplo. Y dentro del género de comedias de terror hay varios subgéneros, como por ejemplo las comedias de terror de serie Z, que hacen reír de lo malas que son, en la que “Yo compré una moto vampiro” encajaría como un guante.
“Yo compré una moto vampiro” (“I bought a vampire motorcycle“) es una película del año 1990 dirigida por Dirk Campbell y protagonizada por Neil Morrissey, Amanda Noar, Michael Elphick, Anthony Daniels (sí, el mismísimo hombre enfundado en el traje dorado de C3PO de “Star Wars“) y Andrew Powell, entre otros, en la que el espíritu maligno de un hombre asesinado por un motorista consigue reeencarnarse en una moto que, después de ser reparada por Noddy, saldrá en busca del motero que causó su muerte y poder vengarse de él, dejando tras de sí un reguero de cadáveres descuartizados. Y es que la moto de Noddy no funciona con gasolina sino con sangre.
La película es mala, no lo vamos a negar, pero verla con la actitud adecuada (entre amigos, borracho y/o fumado) siempre ayudará a posicionarse entre los que la disfrutarán. Los actores son pésimos, los efectos pobres y baratos y el argumento, delirante e hilarante. “Yo compré una moto vampiro” es un perfecto ejemplo de lo que una comedia de terror ofrece a los espectadores que saben lo que buscan: mucha sangre y chistes malos. Y por encima de todas las escenas extrañas ninguna como la del detective que investiga el asunto que mantiene una conversación con su propia mierda durante una pesadilla. Sí, tal y como suena: un tipo que charla con su mojón.
Bufff, TERRIBLE película. Mañik y yo la vimos juntos hace años y recuerdo perfectamente que a falta de 15 minutos para el final DEJABA DE ESTAR DOBLADA AL CASTELLANO para volver al inglés. Y volvía a estar doblada al castellano los últimos 2/3 minutos. Ni los dobladores aguantaron tanto como nosotros viéndola.