Si dentro del mundo de la ciencia-ficción existe un premio que garantiza calidad en sus galardonados ese es el Premio Hugo que en 2020 premió a Una memoria llamada Imperio, de Arkady Martine, libro que por fin ha visto la luz en castellano de la mano de Nocturna Ediciones y que es una absoluta maravilla.
Una memoria llamada Imperio
Arkady Martine
Traducción: Ismael Attrache
ISBN: 978-84-19680-64-8
Fecha de publicación: Septiembre 2024
Encuadernación: Rústica con solapas
Páginas: 480
Precio: 20,95 €
Cuando la embajadora Mahit Dzmare llega al centro del multisistema imperio teixcalaanlí, descubre que su predecesor, el anterior embajador de su pequeña y ferozmente independiente estación minera, ha muerto en extrañas circunstancias. Y nadie parece dispuesto a admitir lo innegable: su muerte no ha sido accidental y ella podría ser la siguiente.
En medio de la tensa atmósfera que se respira en los niveles más altos de la corte imperial, Mahit debe averiguar quién está detrás del asesinato y proteger su estación de la incesante expansión de Teixcalaán, al mismo tiempo que investiga una fascinante cultura alienígena, manipula sus engranajes políticos y se esfuerza por preservar el letal secreto tecnológico que esconde; uno que podría rescatar su estación de la aniquilación… o sepultarla para siempre.
Aún estábamos a comienzos de agosto cuando Noren publicó la noticia de que Nocturna Ediciones iba a publicar Una memoria llamada imperio, de Arkady Martine, novela debut y ganadora del Premio Hugo 2020, y nominada también a los otros grandes premios. Hubo que esperar a finales de septiembre para que el libro fuese publicado y unas pocas semanas más hasta que lo tuve en mis manos. El hecho de ser uno de los ganadores de los prestigiosos Premios Hugo es, para mí, una absoluta garantía y el hecho de que la trama del libro nos obligase a rememorar otras grandes sagas de space opera era para mi algo fundamental. Otro día hablaremos del hecho de tener que esperar CUATRO AÑOS para que este libro nos haya llegado.
Una memoria llamada imperio nos presenta a la embajadora Mahit Dzmare quien llega al centro del multisistema imperio teixcalaanlí enviada desde su pequeña estación espacial, Lsel, para relevar a su predecesor que ha fallecido en muy extrañas circunstancias. Desde el primer momento se hace evidente que ha sido asesinado y Mahit debería poder aprovechar su imago, una copia digital de toda la línea de embajadores que los estacioneros han enviado durante los siglos a negociar con el imperio teixcalaanlí (aunque ella sea la segunda embajadora presente en la Ciudad en toda su historia), pero éste ha sido saboteado y no puede comunicarse con la copia digital del anterior embajador: Yskandr, lo que la obligará a confiar en el enlace teixcalaanlí que le ha sido asignada con quien desarrollará una gran complicidad.
Conforme avanza Una memoria llamada imperio vamos descubriendo qué motivos podrían haber propiciado la muerte de Yskandr y la presencia de Mahit en la Ciudad y también descubrimos lo peculiar de la sociedad teixcalaanlí y cómo esta está obsesionada con la poesía y, en estos momentos, especialmente volcada e interesada por la posible sucesión del emperador que, aunque ha nombrado a 3 coemperadores, tiene a un militar deseoso de ocupar el cargo. La sociedad teixcalaanlí es muy particular y puede llegar a escoger sus emperadores por aclamación popular, por lo que puede que se esté gestando una guerra civil en pleno corazón del imperio teixcalaanlí o puede que antes éstos decidan conquistar la estación Lsel si Mahit no logra hacer bien su trabajo, algo complicado al haber perdido el acceso al imago, lo que la obligará a depender de sí misma y de los pocos aliados que ha podido hacer en los escasos días que lleva en la Ciudad.
Lo cierto es que es difícil no disfrutar y engancharse con el libro de Arkady Martine, que forma parte de una bilogía cuya segunda entrega se titula A Desolation Called Peace (Una Desolación llamada Paz) que espero que en Nocturna se den mucha prisa por publicar, y es que los amantes de la space opera clásica, de títulos como Fundación o Dune, especialmente sus últimas adaptaciones a pequeña y gran pantalla, disfrutarán sobremanera con este libro donde las referencias históricas nos pueden llevar desde el imperio romano-bizantino a culturas centroamericanas mientras juguetea con la diplomacia y las conspiraciones entregando un libro de una factura soberbia en el que la conquista, que no colonización, o el lenguaje son puntos esenciales de la trama. Eso sí, la trama romántica, al igual que en la cifi clásica, es muy ligera y el libro podría sobrevivir perfectamente sin ella.
Tengo que dar un pequeño tirón de orejas a Nocturna porque, para empezar, el papel es demasiado fino, tanto que se transparenta en exceso, y por otra parte he detectado que el periodo de no-actualización del imago del embajador Yskandr de quince años varía a lo largo del libro entre los cinco, diez y, los correctos, quince. También quiero agradecer sobremanera que hayan publicado Una memoria llamada Imperio, aún si hay un par de errores aquí y allá el apostar por la ciencia-ficción es difícil, pero con libros tan redondos como este…
En definitiva, recomiendo, muchísimo, leer Una memoria llamada Imperio, una space opera que se mueve por territorios ya conocidos pero que logra una sobrada originalidad para sorprender al lector a la par que nos hace soñar con el Imperio de Teixcalaan y sus infinitas posibilidades así como del futuro que leeremos en la siguiente entrega, con el giro argumental de las últimas páginas que dejará al lector especialmente interesado en leer A Desolation called Peace.
Pues yo recuerdo está película con mucho cariño. Quizás no llegue al nivel de Toy Story o Gremlins pero... ¿qué…