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Hay actores que tienen un carisma especial, un nosequé, un quéseyo, que en pantalla siempre funcionan. Es el caso del actor británico Jason Statham, que figura entre los hombres duros del cine contemporáneo, los ‘action heros‘ del siglo XXI, heredero de Sylvester Stallone y Arnold Schwarzenegger, y rival de Vin Diesel o Dwayne Johnson para el trono. Su camino hasta el estrellato es curioso y merece la pena ser mencionado: miembro del Equipo Nacional Británico de salto de natación durante más de una década y atleta olímpico (en los Juegos Olímpicos de Barcelona de 1992 quedó duodécimo en la final de salto de trampolín), modelo y actor ocasional, obtuvo un papel en la primera película de Guy Ritchie, “Lock & Stock“, junto al que siguió en “Snatch: Cerdos y diamantes” para alcanzar cierto prestigio en el mundo del cine, que le abrió las puertas para ser Arthur Bishop (“The Mechanic”), Deckard Shaw (“Fast & Furious”), Lee Christmas (“Los mercenarios“), Parker (“Parker”), Luke Wright (“Safe”), Tom Brandt (“Blitz”), Frank Martin (“Transporter”), Handsome Rob (“The Italian Job”), Jake Greene (“Revolver”) o Chev Chelios (“Crank“). ¡Pon un Jason Statham en tu película de acción y no te vas a equivocar!

Apenas cuatro años después de su debut en “Lock & Stock“, Jason Statham ya se había ubicado convenientemente como actor de cine de acción, y Luc Besson, Corey Yuen y Louis Leterrier no dudaron en ofrecerle el papel del ex-mercenario Frank Martin en “Transporter” (“Le Transporteur“), un tipo duro que se dedica a transportar en su BMW E38 735i negro lo que sea. Cualquier cosa (persona o mercancía), sin hacer preguntas y sin mirar la carga. Un día, tras un inoportuno pinchazo que le obliga a abrir el maletero para coger la rueda de recambio, incumple una de sus reglas (“Nunca abras el paquete“) y se encuentra con la joven Lai Kwai amordazada, que se ha metido en un lío con los tipos equivocados.

Uno de los tipos a los que más detestamos en ViaNews es Luc Besson, un ególatra sobrevalorado pero no podemos negar que el enfant terrible del cine francés tiene talento. En su faceta como director tiene obras fascinantes (“El Gran Azul”, “Nikita” o “León“), como productor tiene un olfato finísimo, pero también es un poco víctima de sí mismo, del personaje que se ha construido, y de algunas de sus decisiones. En “Transporter“, donde ejerce de productor y guionista, volvió a demostrar que, por muy imbécil que nos parezca, el tipo sabe de cine.

El éxito de “Transporter” dió luz verde a dos secuelas con Jason Statham, dirigidas por Louis Leterrier en solitario (“Transporter 2“, 2005) y Olivier Megaton (“Transporter 3“, 2008) en las que Frank Martin vuelve a retomar su trabajo como especialista en entregas de alto riesgo, a una serie de televisión protagonizada por Chris Vance y a una precuela titulada “Transporter Legacy“, dirigida por Camille Delamarre y con el rapero Ed Skrein en el papel de Frank Martin. De todas ellas solamente recomendamos “Transporter 3”, en la que nuestro transportista preferido debe trasladar dos voluminosas bolsas y a una joven ucraniana desde Marsella hasta Odessa.

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