linea_separadora

Del aclamado y añorado director Satoshi Kon nos llegó esta película navideña de animación que nos contaba como las vidas de Gin, Hana y Miyuki, tres vagabundos de Tokyo, cambian para siempre cuando descubren a una niña en un contenedor de basura la noche de Nochebuena. Gin insiste en llevarlo a la policía y que ellos se encarguen de él pero Hana, que siempre ha tenido la ilusión de tener un bebé, insiste que sean ellos mismos los que busquen el paradero de sus padres. A medida que se acerca el año nuevo, estos tres miembros olvidados de la sociedad se unen para resolver el misterio de la niña abandonada y encontrar a la familia del bebé. A lo largo de todo su camino se encuentran con sucesos aparentemente inconexos y con personas que les obligan a enfrentarse a su pasado, a las razones que les llevaron a su mísera vida, a la vez que aprenden a afrontar juntos su futuro.

Demasiado a menudo hay que recordar que no todo el anime que llega desde Japón es de Studio Ghibli. Hayao Miyazaki es un maestro, sin la menor duda, responsable de algunas de las mejores películas de animación de la historia de cine, aclamado y respetado en todo el mundo, pero hay otros estilos de animación japonesa que exploran aspectos menos bucólicos e infantiles que las películas de Hayao Miyazki y compañía. Hay animación para adultos, violenta y sexual, títulos desasoegantes de terror o películas cargadas de acción con kaijus y mechas, entre muchos otros.
Satoshi Kon es uno de estos creadores que decidió seguir senderos inexplorados del género en busca de su propio lenguaje. Un genio al que un fulminante cáncer pancreático en 2010, con solo 46 años y una prometedora carrera por delante, nos dejó huérfanos de su talento. Su filmografía quedó truncada cuando apenas había dado sus primeros pasos. Para siempre nos quedarán sus cinco títulos para el estudio Madhouse (“Perfect Blue“, “Millennium Actress“, “Tokyo Godfathers“, la serie “Paranoia Agent” y “Paprika, detective de los sueños“), y yo me siento incapaz de elegir la mejor entre ellas.

Tokyo Godfathers” (“Tôkyô Goddofâzâzu“), escrita y dirigida por Satoshi Kon, y codirigida por Shōgo Furuya, es una obra desgarradora aunque entrañable, que nos ofrece una visión pesimista y dura de la parte más oscura de las ciudades, aquella en la que viven los olvidados y los ignorados de la sociedad, personas a las que la vida ha dado la espalda pero que siguen teniendo los mismos deseos, esperanzas, sueños y sentimientos que cualquier otra. Es, y así lo explicó Kon en su momento, una película inspirada “3 Godfathers” de John Ford, en la que tres forajidos del Viejo Oeste (John Wayne, Harry Carey Jr. y Pedro Armendáriz) debían hacerse cargo de un bebé.

linea_separadora