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David Fincher ha demostrado ser uno de los mejores directores de cine de su generación y un repaso a su prolífica filmografía sirve para confirmarlo: debutar sin temblarle el pulso con la tercera entrega de “Alien” siguiendo la senda de Ridley Scott y James Cameron, reinventando el thriller de suspense con “Seven“, explicando como nadie los cambios sociales y las nuevas tecnologías con “La red social“, una obra maestra del ‘true crime‘ con “Zodiac“, la icónica adaptación de la no menos icónica novela de Chuck Palahniuk “El club de la lucha“, la adaptación cinematográfica del bestseller de Stieg Larsson “Millennium: Los hombres que no amaban a las mujeres“, una de las mejores películas de suspense del siglo XXI con “Perdida“,… Sin mencionar que es el director de los mejores episodios de las series de televisión “Mindhunter” o “House of Cards“. Curiosamente al cineasta se le ha negado el Oscar a la mejor dirección, a pesar de haber rodado algunas de las películas más emblemáticas de las últimas décadas, si bien muchas de estas producciones fueron nominadas y hasta premiadas en diferentes categorías.

En la lista de películas más destacadas del director norteamericano no hemos mencionado “The Game“. Sabemos que no es justo. Eso es porqué esta película ha sido injustamente infravalorada y ubicada como una de las producciones menores de David Fincher, cuando no debería ser así. Protagonizada por Michael Douglas, Sean Penn, Deborah Kara Unger, James Rebhorn, Peter Donat, Carroll Baker y Armin Müller-Stahl, “The Game” nos contaba la historia del multimillonario Nicholas Van Orton, un tipo que tiene todo lo que desea, aunque es hombre frío, duro, solitario y egoista. Conrad, su peculiar hermano menor, le sorprende con un regalo de cumpleaños inesperado: un juego macabro, una aventura exclusiva diseñada a medida para él. Pero lo que empieza siendo un simple juego, aparentemente inocente, pronto se transforma en una pesadilla donde se mezcla la fantasía con la realidad, y donde Nicholas no sabe distinguir los límites.

The Game” es la película de David Fincher que siguió a “Seven“, y aunque esta es una película excelente, quedó ensombrecida por el éxito abrumador y las críticas entusiastas de “Seven“. Quizás las expectativas estaban demasiado altas. La atmósfera de suspense y claustrofobia con la que el director envuelve el juego en el que participa Nicholas Van Orton, la angustia que provoca en el espectador por el destino de un protagonista por el que no se siente la más mínima empatía, y sobretodo ese final tremendo con el salto al vacío, la convierten a “The Game” en una gran película, una versión perversa del clásico “Cuento de Navidad” de Charles Dickens.

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