Cinco años hemos tardado pero por fin tenemos en nuestras manos “Sueños: Celia“, la continuación y cierre de la historia iniciada por “Sueños: Coraline“, un nuevo deleite visual de las habilidades de Terry Dodson para dibujar seductoras mujeres y escenarios de ensueño.
Sueños: Celia
Guión: Denis-Pierre Filippi
Dibujo:Terry Dodson
Cartoné.
48 páginas.
Color.
15 euros.
ISBN: 978-84-15296-55-3
Algunas fronteras son en ocasiones tan finas, tan frágiles, que se vuelven transparentes. Sueño, realidad, es tan sencillo olvidar el camino entre estos dos mundos. Dejemos pues que la inocencia nos conduzca a países donde debamos abandonar todas las certezas, todas salvo quizás la de perderse en ellas.
Por fin la esperada segunda y última parte de esta obra dibujada por este genial autor que es Terry Dodson.
Entre pitos y flautas a Terry Dodson le ha llevado a casi 10 años el dibujar dos álbumes para el mercado europeo, concretamente para la editorial Les Humanoïdes Associés donde no sabemos si estarán muy felices con el arduo trabajo de Dodson, y es que si en 2006 se publicó Sueños: Coraline y ya se anunciaba que le había costado 3 años dibujarlo. ¿Qué podemos pensar tras la publicación de Sueños: Celia? Desde 2006 a 2012 para publicar este segundo volumen que cierra la historia… No sé, me han gustado mucho estos dos volúmenes (aunque el acabado de Coraline era superior al de Celia) pero me parece que hacer esperar al lector 6 años entre la publicación de uno y otro volumen, en fin, en Zaragoza tenemos una expresión que utilizamos mucho en el fútbol últimamente, vendría a ser algo así como: “Terry Dodson ¡que cojones tienes!”.
Dejando aparte la vagancia de Dodson, y hablando ya del cómic en sí, se pueden resaltar las diferencias con respecto al primer volumen: Sueños: Coraline, especialmente en que el acabado (entintado) es mucho más detallado en el primero. Es decir, 6 años y Dodson ni siquiera ha dibujado tantas páginas como en el primer volumen y, para colmo, no lo ha entintado (o al menos eso parece, que se ha coloreado sobre los lápices). Lo bueno es que, a pesar de todo, Sueños: Celia es un tebeo digno de ser visto, admirado y babeado, ¡ejem!, contemplado. Las páginas de Dodson son una delicia y una maravilla para los ojos, sobre todo esa colección de pechote… ¡ejem! sobre todo por el erotismo tan bien conseguido y sugerido por Terry Dodson que, una vez más, vuelve a demostrar que está a la altura de su maestro, Adam Hughes.
También hay que destacar los diseños de las maquinarias que aparecen en Sueños, en ambos volúmenes en realidad, con un toque steampunk que tanto gusta en la actualidad y que tan bien le ha quedado, casi tanto como el carrusel de mujeres en paños menores que pueblan esta segunda entrega.
Argumentalmente… bueno, se entiende que haya que mencionar a Denis-Pierre Filippi, aunque sólo sea para intentar explicar que los mimbres pueden ser interesantes, pero que la historia no aporta todo lo que debería. Se agradecen las referencias a Julio Verne (de hecho el joven salidillo que contrata a nuestra protagonista recibe su nombre Vernère, en claro homenaje a Julio Verne) y el intento de cerrar correctamente la historia en este segundo volumen, aterrado, suponemos, ante la posibilidad de no llegar a poder publicar un hipotético tercer volumen antes del 2018. Pero la trama tan caótica del primer volumen se vuelve apresurada en este, Coraline resuelve las incógnitas sobre la trama con una rapidez envidiable y sin apenas pistas (ni para ella, ni para el lector) y el intento de volver tierno al el salidillo de Vernère no acaba colando del todo (especialmente cuando queda tan claro que él lo que quiere es frunjir intimar con su institutriz). Eso sí, hay momentos muy divertidos, especialmente los relacionados con el mayordomo Ekbon, pero si estos dos tomos dejan tan buen sabor de boca es, sin duda, gracias a un Terry Dodson que, a pesar de su falta de regularidad y del trabajo algo más apresurado de esta segunda entrega, nos sigue demostrando que es un genio.
Hay que aplaudir a Dolmen por atreverse a editar esta segunda entrega cinco años y pico después de la primera, sin, por ejemplo, recurrir a trucos como editar los dos números en un único volumen. El formato es idéntico al anterior volumen, lo que es muy de agradecer.
¿Os recomendaría la lectura, y adquisición, de estos dos tomos? Pues sí, aunque sólo sea para deleitarse con las mujer… el arte de Terry Dodson, bueno, es que es el principal motivo, deleitarse con su talento para las mujeres, sí, pero también con su maquinaria, sus decorados, sus fondos… Es un deleite visual.
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A ver, yo entiendo que estafa es cuando te quedas tú el dinero, no cuando el dinero es un donativo…