Es cierto que soy un gran aficionado al BD, y un seguidor del trabajo de Pierre Alary, y que he manifestado en más de una ocasión mi ferviente admiración por las ediciones de Dib·buks, pero si hoy, a tres meses de terminar el 2013, alguien me pregunta por mis cómics preferidos del año, sin la menor duda “Silas Corey: La Red Áquila” estaría el primero de la lista.


image1Francia, Abril 1917. La guerra ha invadido el país. En París, la oposición liderada por el político Georges Clemenceau intenta derrumbar el gobierno de Caillaux. Silas Corey, antiguo reportero, soldado desmovilizado, detective y aventurero a tiempo completo es contratado por Clemenceau para encontrar a un reportero desaparecido. Se sospecha que este último habría encontrado pruebas que podrían incriminar al jefe de gobierno de alta traición. Corey no solo acepta la misión, sino que vende a continuación sus servicios a la Oficina Segunda (servicio de información del Ejército francés) y a la Señora Zarkoff, una cabecilla de la industria del armamento, comprometida en la trama. Ayudado por sus tres sueldos, Corey sigue la pista del reportero para, rápidamente, cruzarse en el camino del temible espía Aquila, que dirige las operaciones en Francia del emperador alemán Guillermo II, el último Káiser. Parece que de la investigación de Corey depende el final de la guerra. Pero, ¿para quién trabaja exactamente Silas Corey?

Partiendo de la premisa que cuando Dib·buks se decide editar BD (bande dessinée) en tapa dura, cosa que sucede menos a menudo de lo que debería, siempre consiguen seducirme y cosechan todos mis elogios, por su tamaño, la calidad de la impresión, del papel y del encuadernado, la traducción y la rotulación, es una evidencia innegable que abrí “Silas Corey: La Red Áquila” predispuesto a disfrutar. Eso, claro, también tiene sus riesgos puesto que un listón demasiado alto, unas expectativas por encima de la media, una ilusión desmesurada, pueden conducir luego a la decepción, al desengaño, y al enfado. Ya se sabe: cuanto más alto, más dura será la caída. Pero no es el caso. “Silas Corey: La Red Áquila” es magnífico, en contenido y contenedor.

El protagonista de este thriller de espías es Silas Corey, un personaje carismático que engancha al lector por ese seductor lado oscuro, una ambigüedad moral poco habitual entre los héroes y los protagonistas más canónicos, que convierten a este Sherlock Holmes a la francesa en algo muy distinto al investigador de Arthur Conan Doyle, acercando a este antiguo reportero, veterano de guerra desmovilizado de la infantería del ejercito francés (“por alergia al plomo“), detective y reportero, al detective privado Sam Spade, a Arsène Lupin, o al Philip Marlowe de Raymond Chandler, personajes que pasean por el filo de la navaja y a menudo hacen incursiones en los rincones más oscuros del alma del hombre. Un personaje con clase y brillo, arrogante y escurridizo, un dandy insoportable y cínico, un canalla que se ama y un sinvergüenza que se odia a la vez.

Silay Corey y su fiel compañero/empleado/sirviente Nam, de origen vietnamita, se verán involucrados en un asunto espinoso y de gran envergadura, que afecta desde la presidencia de la Tercera República francesa Joseph Caillaux hasta los más altos dirigentes del Estado Mayor, en un país inmerso en una sangrienta y infinita guerra que fue la Gran Guerra y los libros de historia catalogan como la Primera Guerra Mundial. Espías, agentes dobles, falsificadores, truhanes de poca monta, vendedores de armas, idealistas, militares, intereses industriales, decisiones políticas, fantasmas del pasado y amores de juventud se mezclan en esta compleja (per fluida y con ritmo) trama de Fabien Nury. que es perfectamente comprensible para cualquier lector aunque no esté familiarizado con la política francesa de principios del siglo XX, la convulsa y breve IIIa República. Una historia que se acelera con el paso de las páginas, y de los hilos argumentales más políticos y de intriga de la primera mitad del álbum avanzamos hacia una frenética persecución de cazadores cazados, a la caza del ratón (el espía escurridizo conocido como ‘Aquila’, que da nombre al cómic) para cerrar la aventura autoconclusiva con un final digno de redoble de tambor, épico y brillante. Y real, puesto que los acontecimientos narrados se enmarcan en hechos reales de un tiempo y un lugar de la Historia, el París de 1917.

La parte gráfica de “Silas Corey: La Red Áquila” es responsabilidad de Pierre Alary, formado en la prestigiosa escuela de artes gráficas parisina de Gobelins y curtido como animador en los Estudios Disney de Montreuil (participando en “El jorobado de Notre Dame”, “Hércules” y “Tarzán”). De hecho, y como también le sucede al español Juanjo Guarnido (“Blacksad”), su estilo bebe de la línea cartoon de Disney para dotar a su trazo de dinamismo, estilizado dibujo y una caracterización de personajes excelente. Su curriculum empieza a ser extenso, y su trabajo con “Les Échadeurs des Ténèbres”, la trilogía de “Belladona” y “Simbad” (editado también en castellano por Dib·buks) le han merecido numerosos elogios. Los nuestros, también. Y no se le han caído los anillos por dibujar para Marvel (“Spiderman Family”), aunque más de uno se llevó las manos a la cabeza. Su próximo proyecto, que ya esperamos con mucho interés, es un cómic relativo al clásico “Moby Dick” de Herman Melville.
El guion, redondo y de gran complejidad pero tan fluido como un arroyo de aguas cristalinas en plena montaña, es un trabajo de Fabien Nury. Diseñador y publicista, su entrada en el mundo del cómic, a  principios de este siglo, fue avasalladora: “W.E.S.T.” con Dorison, “Yo soy Legión” con John Cassaday, “Erase una vez en Francia” con Sylvain Vallée (premiada como mejor serie en el Festival de la Bande Dessinée d’Angoulême del año 2011), “Atar Gull” con Brüno,… Éste “Silas Corey: La Red Áquila” es la demostración definitiva que en Nury tenemos uno de los mejores guionistas de BD de la actualidad. Un tipo que, con menos de cuarenta años de edad, tiene una larga y prometedora carrera por delante.

Esta edición de Dib·buks, que reúne los dos volúmenes de “Silas Corey. La réseau Aquila” publicados en Francia por Glénat en enero y marzo de 2013, vuelve a ser una lección de calidad a buen precio: un buen trabajo de guion y de dibujo (contenido), un formato de calidad, y unos extras (cuatro páginas) que incluyen desde dibujos y bocetos hasta datos muy explicativos del contexto histórico del relato (contenedor) por veinticuatro euros.
Y no, lo de Dib·buks ya no es casualidad. Son demasiados aciertos para pensar que los resultados de esta editorial madrileña se deben simplemente al azar o al despiste de la competencia cuando viendo cosas como “Simbad” o “Silas Corey“, y el cuidado (y cariño) con el que los publican, solamente podemos pensar que en Dib·buks hay muy buenos profesionales. Nuestro agradecimiento y felicitaciones a su trabajo.

Detective, espía, asesino. ¿Canalla o héroe? Eso depende del cliente…

Silas Corey: La Red Áquila
Guión: Fabien Nury
Dibujo: Pierre Alary
Color: Bruno García
Editorial: Dib·buks
ISBN: 978-84-15850-08-3
Formato: 22×29,50cm. Cartoné. Color
Páginas: 128
Precio: 24,00 euros