Uno de los motivos del orgullo que siento al leer cómics es que no me da miedo comenzar una historia cuando esta ya lleva un tiempo publicándose. En el caso de Okko la insistencia de Noren me llevó a comenzar a leer esta serie aprovechando la edición, por parte de Yermo Ediciones, del último arco argumental de la serie: El ciclo del Fuego. Y la verdad es que he tenido que darle la razón a mi compañero.

OKKO. EL CICLO DEL FUEGO
Guión y Dibujo: Hub
Color: Hub y Li
Cómic tapa dura, 128 páginas
Cómic europeo: Varios
Web oficial
Galería de Okko
PVP: 30.00 €

Okko, el ronin sin amo, está a la cabeza de un pequeño grupo de cazadores de demonios compuesto por Noburo, singular gigante que oculta su identidad tras una máscara roja, el monje Noshin, bonzo lunático que goza de la facultad de invocar y comunicarse con las fuerzas de la naturaleza, y gran aficionado al sake, y también Tikku, a quien Noshin enseña los misterios de su arte.

Dado por muerto tras un terrible duelo, el cuerpo de Okko yace por tierra mientras los vientos celestes se levantan y comienza la estación de los capullos kamikazes… Sus compañeros sólo piensan en una cosa: vengar a su maestro, a su amigo. Pero,¿qué esperanzas tienen de vencer a esa máquina de matar, a aquel terrible cazador de demonios que responde al nombre de Kubban Kiritsu.

No conocía el universo de Okko, a pesar de que Noren era un entusiasta de la serie (de cuando Rossell Edicciones lo publicaba en España) y no había día que no se emocionase con algo sobre esta serie, ya fuese que iban a publicar el siguiente arco argumental,  que iban a sacar un juego de tablero basado en la serie o cualquier excusa peregrina que le permitiese recordarnos que añoraba una serie que se quedó en el limbo tras el cierre de la línea de cómics de Rossell, en confianza, estoy bastante seguro de que su santa esposa habrá tenido que aguantar alguna de sus pataletas porque Rossell le dejó a medias (a fin de cuentas, si yo las aguanté, espero que ella también, jejejeje).

Dicho esto cualquiera esperaría una reacción entusiasta por su parte cuando Yermo Ediciones anunció que continuaría publicando Okko allá donde lo dejó Rossell para, poco a poco, ir recuperando el material ya publicado conforme se publicaba el inédito. Y sí, Noren se puso tan pesado que decidí que le iba a echar un vistazo a un tebeo que convertía a mi compañero de página en poco más que un hooligan cada vez que se hablaba del tema (estoy exagerando, pero es que a esto se le llama “efecto drámatico”… y también “darle caña a Noren”), aprovechando la edición de Yermo por fin iba a poder comprobar qué encontraba tan interesante mi amigo de una serie que, a priori, no me llamaba la atención (aparte de por esas estupendas portadas que quitaban el hipo, claro) o eso es lo que le decía poniendo mi mejor cara de póker.

Okko vio la luz en 2006, en Delcourt, estructurada a través de cuatro arcos argumentales básicos, Agua, Tiera, Aire y Fuego, contando cada uno de estos arcos con dos volúmenes que desarrollaban la historia de Okko un samurai que se las traía. Si la memoria no me falla Rossell nos presentó en su día (allá por 2009) los 6 primeros tomos (o lo que es lo mismo, los ciclos de Agua, Tierra y Aire) dejando a los lectores como Noren con un ataque de ansiedad mientras esperaban la publicación del cuarto, y último, ciclo: el ciclo del Fuego.

Carles Miralles, editor de Yermo, decidió recuperar una serie que, posiblemente, se podría considerar como el mayor éxito de Rossell, y seguramente uno de los títulos más esperados… y que menos confianza tenían los lectores de ver publicado, y es que hay que estar muy loco para lanzarse a editar, precisamente, los dos últimos volúmenes de una serie compuesta por ocho tomos (no es nada habitual, eso sí, ojalá hubiese más editores dispuestos a satisfacer así al público). Pero en Yermo están acostumbrados a darnos ciertas alegrías y la recuperación de Okko es una de estas alegrías que, además, continuará, ya que la intención es publicar el material anterior siguiendo el mismo formato que el de El ciclo del fuego, esto es, cada ciclo se publicará íntegramente con este mismo formato (que me parece el ideal para el lector). Además, no habrá que esperar mucho, Yermo ha anunciado la publicación de El ciclo del Aire en octubre, y del resto de ciclos de forma trimestral. El ciclo del Aire es el inicio de la serie de Okko, y un excelente punto de partida para los fans como yo, que acaban de subirse al carro.

Pero, claro, eso será para los lectores que sean capaces de esperar para disfrutar de Okko desde el primer volumen, pero creo que ha quedado claro, a lo largo de los años, que la paciencia no es una de mis principales virtudes, en cuanto Okko. El ciclo del fuego llegó a mis manos tardé muy poco en comenzar a leerlo, a pesar de desconocerlo todo sobre el personaje.

Lo primero que me llamó la atención fue la presentación del “ciclo” y es que no sólo tenía una pinta estupenda, sino que además incluso las guardas del tebeo se habían utilizado para facilitarnos información sobre los clanes que controlan el Imperio de Pajan, momento en el que un lector avispado verá con claridad que las luchas políticas están a la orden del día, y más si se va a celebrar una boda que una el destino de dos de los clanes, Pajan y Yommo, en una pequeña isla a la que están invitados los miembros de los cuatro clanes más poderosos del Imperio Pajan. Estaba claro que la cosa se iba a complicar y que alguno de los otros clanes, Bashimon y Ataku, intentaría sacar partido de la situación, lo que no estaba tan claro es la intervención de Okko, y sus hombres, ni como ésto acabaría por enredar una madeja que Hub deserenderá a lo largo de las páginas siguientes mientras que yo me encontraba cada vez más interesado en esta serie y lamentaba no haber tenido un poco más de paciencia para comenzar la saga de Okko por el principio.

El segundo punto interesante de El ciclo del fuego es que el trabajo de Hub, tanto en los guiones como en los dibujos, es muy bueno (por algo en mi cabeza la considero como la serie estrella de Rossell), aunque me inclino por considerar que el dibujo es superior a la historia, y es que la idea de entremezclar un Japón del medievo con la mitología japonesa y la presencia de la pólvora me resulta extremadamente atractiva, es hipnotizadora y si a eso le unimos la presencia de personajes como Noburo o Tikku, y del desahogo cómico que supone Noshin conforman una plantilla de personajes muy interesante.

No puedo dejar de mencionar que la historia que nos propone Hub es de las que me gustan, una buena historia de conspiraciones y puñaladas políticas, no llega al enrevesado nivel de traiciones de La sombra blanca, pero por poco, baste decir que el lector no sabrá quién ha estado manejando los hilos hasta el final, y que aunque Hub ha dejado alguna que otra pista para lectores avispados (como yo) no es fácil desentrañar el misterio.

Por último habría que hablar del maravilloso trabajo de tratamiento del color que realizan Hub y Li, y es que Okko vive y respira, no sólo por un dibujo casi impecable, sino por un color maravillosamente aplicado que engrandece cada plancha.

Finalmente debería hablar un poco más de la edición de Yermo, pero es que no le puedo poner otra pega que el no haber comenzado por el ciclo del Agua, y entiendo perfectamente porqué no lo hicieron, ya que los fans de Okko llevaban mucho tiempo esperando esta entrega. Es una edición fantástica a la que no se le puede poner pega alguna.

En definitiva, quizás no me haya llegado tan hondo como a Noren, pero reconozco que he disfrutado mucho con Okko. El ciclo del Fuego, así como reconozco que tengo marcado octubre en el calendario, para no dejar pasar la ocasión de conocer los orígenes de Okko.

Aprovecho el final de la reseña para contaros que Hub ha comenzado a publicar un nuevo “ciclo” de Okko. El ciclo de la Vida, así que aquellos que pensabáis que esto era todo… ¡estabáis equivocados! Hay un quinto ciclo.

Aclaración: cualquier afirmación que hago sobre Noren es una pura falsedad que hago para darle algo de “vidilla” a los artículos, en realidad es una persona encantadora que no da la brasa ni a sus amigos ni a su esposa sólo porque una editorial deje de publicar su tebeo favorito… él nunca haría eso, prefiere dármela con sugerencias sobre el diseño de la web… ¿contento, Noren? 😉