Matt Fraction y David Aja nos volaron a todos la cabeza con su trabajo en Ojo de Halcón y en Marvel parecía que tenían claro que no iban a dejar pasar la oportunidad de seguir jugando con Kate y Clint, aunque para ello cambiasen el título por el de Ojos de Halcón, e incluso el equipo creativo por el compuesto por Jeff Lemire y Ramón Pérez. El resultado es el que vemos en este integral de Panini Cómics.

Ojos de HalcónOjos de Halcón de Jeff Lemire y Ramón Pérez (Marvel Integral)
Edición original: All-New Hawkeye 1-5 y vol. 2, 1-6 USA
Fecha de edición: junio de 2021
Guión: Jeff Lemire
Dibujo: Ramón K. Pérez
Color: Ian Herring
Formato: Cartoné, 248 páginas. Color.
35€

La etapa completa de Jeff Lemire (Gideon Falls, El Viejo Logan) y Ramon K. Pérez (Cuento de Arena, Lobezno y La Patrulla-X)! Después de los acontecimientos narrados en Marvel Integral. Ojo de Halcón de Matt Fraction y David Aja, Clint Barton cuenta de nuevo con Kate Bishop a su lado. Ambos arqueros se lanzan a una nueva aventura en la que chocan pasado y presente. Kate y Clint pondrán en duda todo lo que significa ser Ojo de Halcón.

Clint vuelve a ser ese personaje típico de las novelas de género negro, el detective acabado que sigue adelante porque nadie le ha dicho aún que ha llegado al final, aunque por suerte cuenta con la ayuda, y apoyo, de Kate Bishop, su pupila que con el paso del tiempo no sólo ha llegado a superar al maestro sino que es, también, la más madura de los dos. Metidos en una misión para SHIELD descubren que Hydra está experimentando con unos niños para, en el futuro cercano, utilizarlos como armas de destrucción masiva. Rápidamente ambos héroes deciden rescatar a los niños y llevárselos a SHIELD, de donde los tendrán que rescatar también al constatar que también allí los ven como armas. Después de un encontronazo con Hydra Clint, el Ojo de Halcón Original, uno de mis héroes favoritos, al ver que los niños masacran a unos soldados de Hydra decide que es mejor dejárselos a Hydra “porque son muy peligrosos”…

Esto es lo que me pasa con las historias de Jeff Lemire, siempre hay algún dato que hace que salten mis alarmas y que me separan por completo de la historia. En este caso que Clint, un Vengador veterano, decida que es mucha molestia evitar que Hydra se haga con unas armas de destrucción masiva ¡qué además son niños! Es algo que, por bien que le siente a la historia que Lemire quiera contar, no me trago. Lo siento, no, es que si se los hubiese dejado a SHIELD… aún, pero ¡se los deja a Hydra!

En fin, que después de eso veremos una historia alternativa 30 años en el futuro, aunque en el presente Clint decide hacer lo correcto y ya tenemos montado el enfrentamiento final por el bien de esos pobres niños.

Tengo la teoría de que si vas a cambiar al protagonista, o uno de los dos protagonistas, al menos tienes que molestarte en que tenga sentido lo que haces. Ver cómo Clint juega con SHIELD es divertido y lo acerca a la versión del UCM, pero verle traicionarse a sí mismo como personaje hace que luego la historia se te caiga como un castillo de naipes. No es una mala historia, pero tiene un enorme punto débil. Y la verdad es que ese McGuffin no debería tener mayor importancia, pero traiciona al personaje total y completamente.

El resto de la historia y sus desarrollos posteriores están bastante bien, conocemos mucho más del pasado de Clint, y de su hermano Barney, así como del de Kate y qué le llevaría a convertirse en una heroína, por momentos revivimos el espíritu de la obra de Matt Fraction y David Aja, pero Ojos de Halcón no se autojustifica argumentalmente tan bien como ésta.

Por suerte en el dibujo contamos con el canadiense Ramón K. Pérez y con el colorista Ian Herring, y la verdad es que ambos congenian a las mil maravillas para los distintos estilos de dibujo que Pérez nos muestra aquí y que son, sin duda, lo mejor de Ojos de Halcón, por atrevimiento y por diversidad.

Panini Cómics ha optado por publicar Ojos de Halcón en el mismo, y exitoso, formato de Ojo de Halcón y, aunque la calidad global no sea la misma en ambas obras estoy completamente de acuerdo en la elección de este formato porque nos permite disfrutar a mayor tamaño del arte de Ramón K. Pérez.

Den definitiva, Ojos de Halcón no es una mala obra, se nota que Jeff Lemire tenía cosas que contar aunque es la construcción de su argumento lo que me irrita, por suerte el trabajo de Pérez lo soluciona todo.