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Reconozco que espero cualquier western que estrenan con auténtica ansiedad y éste, que es la única incursión de Tom Hanks en el género hasta la fecha, lo esperaba especialmente con ganas tanto por lo dicho como por la dirección de Greengrass, que ha hecho varias películas muy intensas y muy recomendables. Quizás por todo eso me defraudó un poco y no es que esté mal, es que me esperaba más, lo cual no tiene por qué pasarle a nadie más, cuestión meramente subjetiva. Cuenta la relación entre un tipo que va viajando por el oeste de pueblo en pueblo para leerles a los lugareños las noticias de un periódico y una niña blanca rescatada de los indios. Los cinéfilos encontrarán guiños a títulos clásicos en varios aspectos. Y es cierto que pretende recuperar el aroma del viejo western aunque tamizado por una visión moderna, más realista, tratando de recrear una época y un mundo áridos, destemplados, complicados. En el uso de la fotografía y la puesta en escena me ha recordado títulos ya lejanos como “Sin perdón” (Clint Eastwood, 1992) o relativamente recientes como “Los hermanos Sisters” (Jacques Audiard, 2018) o “Valor de ley” (Joel Coen, 2010), pero me parece inferior a ellas sobretodo porque ni el guión me impacta tanto (la idea del poder de los relatos sí me gusta pero me parece un poco desaprovechada) ni tampoco la emoción que debería crearse entre los dos personajes me conquista como podría y eso que no se puede decir que ni Hanks ni Zengel estén nada mal.
Pues yo recuerdo está película con mucho cariño. Quizás no llegue al nivel de Toy Story o Gremlins pero... ¿qué…