Era justo y necesario que la despedida de los Campbell estuviese a la altura del resto de la serie. Había secretos por desvelar, tesoros por descubrir, errores por redimir y lágrimas por derramar, muchos asuntos pendientes que José Luis Munuera había ido sembrando a lo largo de las entregas anteriores, y parecía imposible cerrar el periplo de la familia Campbell con un broche de oro. Pues sí, amigos y amigas, lo ha hecho.

Los Campbell y su tripulación de piratas exploran la Isla de San Brandamo. Con sus nativos asilvestrados pero que hablan latín y su Templo del Infierno, lleno de trampas mortales y tesoros escondidos, se encontrarán por fin con el peor enemigo de Campbell, el mismísimo corsario Inferno.

La reseña de “Los Campbell 5: Las tres maldiciones” no es nada fácil. La quinta y última entrega de este ciclo cierra tantos flecos pendientes que uno debe andarse con mucho cuidado para no desvelar ninguna de las muchas sorpresas que contienen sus páginas. Sed prudentes quienes os adentréis en el texto, pues aunque uno garantiza que no desvela lo que no debe contarse, lo que el lector interprete o deduzca lo hace bajo su responsabilidad.

Todo empezó en el año 2014…

Con la primera entrega de la serie, “Los Campbell: Inferno” conocimos a Campbell, una leyenda de la piratería que se retiró del negocio tras la muerte de su mujer. En su nueva vida cuidaba de sus dos hijas, la adolescente Génova y la pequeña y revoltosa Itaca, lejos de los dolorosos recuerdos del pasado. Pero el pasado siempre regresa para cobrarse sus deudas y recordarte todos los errores que dejaste atrás. “La piratería es como el ron“, decía el Turco. “Nunca se deja del todo“. Y perseguido por el temible Inferno, Campbell se verá obligado a huir con sus hijas y esconderse en una comunidad de leprosos. Pero el enfrentamiento entre los dos antagonistas ya se nos presentaba como algo inevitable porque los vínculos entre Campbell e Inferno eran más complejos de lo que parecían.

En el segundo álbum, titulado “Los Campbell: El temible pirata Morgan“, nos reencontrábamos con Campbell residiendo en la pacífica y aislada isla de Bakaloo, acompañado por sus dos hijas, su sensual vecina Nutel·la y sus tristes recuerdos. Unos recuerdos repletos de emociones y abordajes, junto a su hermano y el resto de la tripulación de piratas, la rivalidad con el temible pirata Morgan y su identidad secreta, y su amada Fanny, cuyo funesto destino ocupa un lugar relevante. En cualquier momento, en cualquier lugar, los recuerdos regresan a la memoria de Campbell en forma de ‘flashbacks’, y de esta manera el autor nos iba desvelando, poco a poco, el dramático pasado que rodea a Campbell, Inferno, Fanny, Carapepino y el resto de personajes de la serie.

Los Campbell: ¡Raptado!” empezaba allí donde nos había dejado el álbum precedente: con el secuestro de Campbell a manos del Turco, un viejo aliado que había regresado para cobrar deudas pasadas. Las hijas de Campbell, con la ayuda del hijo de Carapepino, el apacible librero Thesaurus y los leprosos de la isla Bakaloo, se lanzaban al rescate de su padre mientras, una vez más, el pasado iba descubriéndose poco a poco ante nuestros ojos, como las piezas de un rompecabezas que van encajando. La identidad de Inferno ya no era ningún secreto para los lectores, y la relación entre Fanny y Campbell avanzaba a pasos agigantados hasta la inevitable tragedia que iba a cambiar la vida y el destino de todos los personajes.

El nudo se iba enredando en “Los Campbell: El oro de San Brandamo“, y nos volvía a llevar al pasado, para ver el nacimiento de Itaca y como la relación entre Fanny y Campbell quedaba sumergida en un mar de amor romántico, envidia fraternal, frustración y celos infundados, acercando un poco más a sus protagonistas a su trágico destino. El autor también nos explicó cómo comenzó Campbell en el peligroso mundo de la piratería, junto a su hermano y bajo la tutela de su mentor, y como los piratas del clan del Turco al completo, con Patapalo Sennet, Ingenuo Roberts y Tremendo Arbuckle al frente, acudieron a la llamada de Campbell para emprender la búsqueda de un legendario tesoro hasta la Mano del Diablo, un arrecife del que ningún navegante ha regresado con vida.

Y aquí estamos, en la quinta y última entrega de “Los Campbell”, “Las tres maldiciones” (“Les Campbell: Les trois malédictions” en la edición original en francés de Dupuis), con todas las cartas dispuestas sobre la mesa. Sabemos casi todo lo que el autor ha querido que sepamos, desde la identidad de Inferno hasta el destino funesto de Fanny, numerosas piezas de un puzle que José Luis Munuera ha ido diseminando de forma estratégica a lo largo de las más de doscientas páginas de los cuatro volúmenes precedentes, pero todavía no vemos la imagen completa. Pero la veremos, no lo dudéis, un final tan sorprendente como emotivo, tan inesperado como ideal. Un cierre magnífico y digno colofón de una obra mayúscula, que convierte a “Los Campbell” en una de las mejores sagas del BD europeo de esta década.

El prolífico autor de las cinco entregas de “Los Campbell” es el murciano José Luis Munuera (Lorca, 1972), que acumula ya más de treinta álbumes de historieta publicados en Francia, incluyendo su experiencia en el universo francobelga “Spirou y Fantasio” con cuatro magníficos álbumes de la mítica cabecera (“Paris bajo el Sena”, “El hombre que no quería morir”, “Spirou y Fantasio en Tokio” y “A los orígenes de Z”) y quince álbumes de “Nävis” junto al guionista Jean-David Morvan. En los últimos años ha colaborado con autores de la talla de Enrique Bonet (en “El juego de la luna”, por el que fue seleccionado en el Salón del Cómic de Angouleme y premiado por votación popular como Mejor obra de autor español del Salón Internacional del Cómic de Barcelona del 2009) o Juan Díaz Canales (en “Fraternity”) y ha desarrollado algunos trabajos notables en solitario como el divertidísimo “Walter el Lobo”, “Oficio: Dibujante” y el reciente spin-off “La hija de Zorglub”.

El dibujo de Munuera en este quinto volumen de “Los Campbell” es, otra vez, una maravilla. Dinámico y expresivo, un punto ‘cartoon’, que no debería sorprender a quienes vienen siguiendo el trabajo de este lorquino residente en Granada desde hace muchos años, referente indiscutible de cómo un autor español puede triunfar en el mercado francés. Y en “Los Campbell” José Luis Munuera nos demuestra una vez más que es un dibujante increible, pero también un narrador en mayúsculas que mantiene el interés y la frescura en la historia, con un ritmo ágil y giros argumentales tan sorprendentes como inesperados, cubiertos siempre con un barniz humorístico desternillante que harán las delicias de los lectores de todas las edades. E insisto en este último aspecto: es una obra que pueden leer y disfrutar los más pequeños de la casa puesto que la historia y el dibujo trata al lector con un respeto, se respeta su inteligencia independientemente de su edad, algo que se echa en falta demasiado a menudo. El mismo Munuera lo confesaba en una entrevista en La Vanguardia hace un par de años: “Este cómic no te toma por imbécil, no es barato intelectualmente, no busca recompensar la estulticia, que es uno de los dramas del mundo contemporáneo. Respeta tanto al joven lector como al adulto. Ni trata a los niños de una forma condescendiente, ni a los adultos de una forma que tengan que bajar sus expectativas intelectuales, no sienten que están leyendo una patata.
Además, gracias al trabajo del colorista vasco Sergio Román ‘Sedyas‘ podemos disfrutar una vez más de un elegante y inconfundible color que aporta dinamismo a la historia y profundidad a la evolución de los personajes, y que diferencia de forma elegante entre las escenas que suceden en el pasado, los ‘flashbacks’, y las que suceden en el presente de la narración utilizando con inteligencia el contraste cromático, recurriendo a los tonos sepia y decoloridos en las viñetas en las que se recuerda un momento del pasado de Campbell. “El color es la primera experiencia “sensorial” que se experimenta al abrir un tebeo: lo primero que nos llama la atención es el color, después el dibujo, y finalmente, la historia.“, decía Munuera acerca del trabajo de su colaborador en “Los Campbell“.

Ha sido un camino largo y ameno, que llega a su fin. Cuesta despedirse, pero la separación no es tan dolorosa cuando el cierre es tan redondo. Cuatro años siguiendo las aventuras de los Campbell, familia y amigos, que nos ha contado José Luis Munuera en una historia de corte clásico, dulce y triste, aunque con su dosis necesaria y equilibrada de humor y payasadas, cargada de nostalgia y relaciones familiares difíciles, acción y romance, secretos y misterios, con un ritmo puramente cinematográfico, con diseños originales, imaginieria pirata de pura cepa, personajes carismáticos y numerosos secundarios que aportan profundidad a la historia. Algunos tan divertidos como Carapepino y Haggins, que se merecerían un spin-off para ellos solos. Lo hemos dicho con cada entrega que Dib·buks ha ido publicando, pero lo reiteramos y subrayamos: “Los Campbell” es una obra genial. Sin matices. Un conjunto redondo que merece la pena desde la portada de la primera entrega hasta el punto final de la quinta y última.

Los Campbell 5: Las tres maldiciones
Autor: José Luis Munuera
Color: Sedyas
ISBN: 978-84-17294-01-4
Formato: 24,5×32,5cm. Cartoné. Color.
Páginas: 64
Precio: 14,00 euros