Olvidemos que existió una película llamada “La Liga de los Hombres Extraordinarios” y seremos felices. Ignoremos que el director Stephen Norrington perpetró una de las peores películas de la historia del cine y podremos disfrutar del cómic homónimo de Alan Moore y Kevin O’Neill.
Escritor, chamán, excéntrico y misantropo, icono cultural, anarquista de pensamiento y extravagante de aspecto, que ha rechazado el mainstream que le encumbró para regresar al cómic independiente dónde se siente más cómodo y sin ataduras, el británico Alan Moore no necesita presentación, pues en el mundo del cómic si no es el el mejor guionista de comics de habla inglesa, cerca anda. Me atrevería a decir que no tiene ninguna historia mala. Mejores, y menos mejores, pero ninguna que se pueda descartar e ignorar. Y “La Liga de los Hombres Extraordinarios” es una de las mejores.
Los Hombres Extraordinarios de Alan Moore son una versión de la Liga de la Justicia de la época victoriana, una reimaginación de los superhéroes en la era del vapor y el carbón, una divertida contradicción del genio de Northampton que siempre se había ofendido cuando otros autores habían tomado sus personajes y sus obras, que ha repudiado todas las adaptaciones y secuelas que se han hecho de su obra pero que, en este caso, él unió un disfuncional grupo de héroes entre los más grandes de las novelas de la literatura victoriana y eduardiana creadas por otros autores: Wilhelmina Murray, el capitán Nemo, el doctor Jekyll, el Hombre Invisible y Allan Quatermain. Mina salió de las páginas de “Drácula” de Bram Stoker, Nemo de “20.000 leguas de viaje submarino” de Julio Verne, Allan Quatermain de “Las minas del Rey Salomon” de H. Rider Haggard, el doctor Jekyll y Mr. Hyde de la novela homónima de Robert Louis Stevenson y Hawley Griffin de “El Hombre Invisible” de H.G. Wells. Su misión para el Servicio de Inteligencia Británico, recuperar un mineral antigravitatorio, la cavorita, que ha sido robada por enemigos de Inglaterra que podrían utilizar para atacar al Imperio Británico. La aventura está aderezada por cameos de personajes populares de la época, reales y fictícios, como Auguste Dupin, Edgar Allan Poe, Sherlock Holmes o Arthur Conan Doyle.
Publicada originalmente en el año 1999 bajo el sello editorial America’s Best Comics (ABC) de la editorial Wildstorm (un proyecto impulsado por Alan Moore que dejó para la historia obras tan destacadas como “Promethea“, “Tomorrow Stories“, “Top 10” o “Tom Strong“) en forma de miniserie de seis números, el éxito de “La Liga de los Hombres Extraordinarios” dio lugar a varias secuelas: el Volumen Two, el Dossier Negro, el Century: 1910, Century: 1969 y Century: 2007, la trilogía de Nemo (“Nemo: Corazón de hielo”, “Nemo: Las rosas de Berlín” y “Nemo: Río de fantasmas”) y la más reciente, La tempestad.
Sí, en muchas ocasiones Alan Moore ha aprovechado las creaciones que otros han hecho antes, o los retazos de ideas que estaban allí esperando a que alguien las cogiese, para dar forma a su propia obra, diferente, singular, original, sorprendente, única, pero con un estilo ‘Moore’ siempre reconocible.
“La Liga de los Hombres Extraordinarios” (Alan Moore y Kevin O’Neill, 1999)

Pues yo la disfruté, no me pareció tan absurda porque, bueno, ya se veía que algo raro iba a pasar.…