Panini Cómics reedita una de las obras maestras dentro de su colección de novelas gráficas de Marvel: Dios ama, el hombre mata de Chris Claremont y Brent Anderson, un imprescindible para cualquier lector de cómics.

La Imposible Patrulla-X: Dios ama, el hombre mata (Marvel Graphic Novels)
Edición original: X-Men – God Loves Man Kills USA
Guión: Chris Claremont
Dibujo: Brent Eric Anderson
Tinta: Brent E. Anderson
Color: Steve Oliff
Formato: Libro cartoné, 96 págs. a color.
Previo
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Considerada como la mejor historia de los mutantes de Marvel, en esta sobrecogedora novela gráfica La Patrulla-X y Magneto deben dejar atrás sus diferencias y unir fuerzas contra un adversario que, en nombre de Dios, amenaza todo en lo que creen.

Han pasado más de 30 años desde que Chris Claremont reinaba en la franquicia mutante, considerado por todos, desde entonces, como el Patriarca Mutante y recreador de la franquicia más exitosa de todos los tiempos en Marvel no dejaban de pensar en él a la hora de emprender nuevas ideas o proyectos por lo que cuando comenzaron a trabajar en su línea de novelas gráficas, con una Marvel Comics bajo la dirección de Jim Shooter, el nombre de Claremont fue de los primeros en aparecer en la lista. Pronto se sumaría otro nombre potente: Neal Adams que, por desgracia (o no), se cayó del proyecto y dejó paso a un Brent E. Anderson que posiblemente aquí realizó su mejor trabajo apoyado por el siempre excelente coloreado de Steve Oliff. Dios ama, el hombre mata tenía ya su equipo creativo dispuesto a llamar la atención de todos.

Con una franquicia mutante que apenas comenzaba a dar sus primeros pasos de expansión cualquier nuevo proyecto relacionado con ellos generaba una gran expectativa y se vendía enseguida, Dios ama, el hombre mata no iba a ser ninguna excepción pero quizás ni los autores que participaron en él previeron tal éxito y que esta novela gráfica marcase a fuego el devenir de los mutantes durante las décadas siguientes.

En Dios ama, el hombre mata seguimos a un fanático como el reverendo Stryker, un exmilitar que odia a los mutantes y tan sólo busca su destrucción escondido tras falsas conclusiones extraídas del Viejo Testamento que justifican su mensaje (y es que el Viejo Testamento es tan anárquico que lo mismo habla de paz, poco, que de asesinatos de inocentes indiscriminados) y que se está extendiendo por el mundo espoleado por el odio que mueve todo lo mutante. Pronto el propio Stryker demuestra al lector que es “algo más” que un religioso (como si no supiésemos que algunos religiosos son capaces de atrocidades) y que es también un hombre de acción dispuesto a asesinar a mutantes, niños o adultos.

Es importante recalcar que el mensaje del reverendo Stryker tan sólo está movido por el odio, que busca, en última instancia, justificar las decisiones tomadas por el propio Stryker con respecto a su familia y que hará extensibles a todos aquellos mutantes que encuentre. No importa la lealtad o el honor que le profesen, para el reverendo Stryker si eres mutante, estás muerto.

En el otro lado de la balanza tenemos a la Imposible Patrulla-X que, en la época en la que se publicó Dios ama, el hombre mata, estaba compuesta por la misma alineación que vemos aquí, un equipo formado por un crisol de religiones y razas, unidos como equipo, demostración perfecta de hasta donde puede llegar una humanidad unida con un objetivo común.

“No-premio” para quien descubra el error en la imagen.

Curiosamente es con Kitty Pride con quien descubrimos dónde hay que dibujar la línea, en un breve diálogo Kitty nos demuestra que el odio a los mutantes es igual que el odio racista, el xenófobo y cualquier otro tipo de odio: hay que plantarles cara y no permitir que las personas que sienten así difundan su mensaje con plena libertad. Como demostración de esta idea el profesor Xavier participa en un debate televisado sobre el tema mutante donde Stryker supera con facilidad a Xavier, aunque desde ese primer momento se ven voces sosegadas que se preocupan por este mensaje de odio y lo que pueda suponer.

El enfrentamiento entre ambos bandos es inevitable, especialmente cuando el reverendo desata las hostilidades al atacar y secuestra a Scott, Ororo y Xavier a su regreso del debate, lo que obliga a la Patrulla-X a comenzar la investigación, sin saber que están siendo vigilados por los hombres del reverendo que, en su ausencia, atacan la Mansión y se llevan a Illyana e, indirectamente, a Kitty. Mientras tanto Magneto, que siempre ha seguido su propio camino, da aquí su primer paso hacia la redención cuando se une, temporalmente, a la Patrulla-X para encontrar al responsable de estos asesinatos y hacer justicia a la antigua usanza: ojo por ojo.

A partir de este punto el conflicto estalla y Claremont sabe guiar al lector a la perfección en una historia que no sólo es épica y emocionante sino que invita a la reflexión, a descubrir que las ideas servidas con odio son más que peligrosas. Pero el Patriarca no se quedó ahí, Dios ama, el hombre mata es una historia adulta en la que podemos comprender cómo el odio corrompe incluso a aquellos que se consideran más próximos a Dios. La humanidad es falible y, como bien reza el título de esta obra maestra es el hombre el que mata a sus semejantes, no estando a la altura de las ideas en las que dice creer.

Esta escena tiene todo el jugo de la historia

Mucho más se podría hablar sobre Dios ama, el hombre mata, y no sería justo incidir en la ausencia de Neal Adams cuando es de recibo destacar el gran trabajo que Brent E. Anderson realizó, aportando un necesario toque de realismo que huye de las espectaculares representaciones de la Patrulla-X para ponerlos al nivel de los mortales y que sabe reservar la espectacularidad en su trazo para los momentos realmente relevantes de los que Dios ama, el hombre mata como la primera aparición de Magneto, el asesinato de dos niños mutantes, el enfrentamiento de Kitty con la señorita Stevie Hunter, personaje de color, por el odio que sufren los mutantes o los momentos finales de la historia. Anderson fue más allá y aunque su trazo sea realista es justo lo que pedía la historia para poder trascender y ser la fuente de innumerables historias de mutantes a lo largo de los años, si a esto le añadimos el tamaño superior, 150%, respecto a los “lienzos” habituales, el tratamiento del color de Oliff y cómo se involucró el dibujante… no queda sino rendirse ante el que puede ser el mejor trabajo de Anderson.

Queda mencionar que el final de Dios ama, el hombre mata no puede ser más redondo, sin ánimo de reventar el final a aquellos que aún no hayáis podido leerlo no queda sino aplaudir ante un final que puede resultar sensiblero para algunos pero que resulta perfecto en todos los aspectos.

Nos quedaría por comentar la vigencia que tuvo Dios ama, el hombre mata, no sólo en la franquicia mutante, donde fue la semilla de muchísimas tramas argumentales, sino también en el cine, concretamente en X-Men 2, donde es fuente de inspiración para la trama que Bryan Singer nos narró en su momento.

Como último comentar que esta edición incluye tres entrevistas: Chris Claremont, Brent Eric Anderson y Neal Adams, que son un complemento perfecto a la novela gráfica y que no hacen sino que sea aún más recomendable (aunque sospecho que este material, generado para la edición aniversario de los 25 años).

En definitiva, estamos ante una obra maestra de los cómics, un trabajo que utiliza a los propios superhéroes como representación de los odiados y perseguidos, de los masacrados, torturados, alienados… Dios ama, el hombre mata es una obra maestra que no ha perdido vigencia desde su publicación, al revés, a día de hoy su mensaje está más presente que nunca.