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Una película de suspense como la perturbadora “La escalera de caracol” (“The spiral staircase“), del director alemán Robert Siodmak, podría parecer que estaba hecha a medida para un director como Alfred Hitchcock e incluso, tras su visionado, uno podría llegar a pensar que el orondo cineasta británico era el responsable de haber urdido los ingeniosos planos con los que el espectador se queda pegado al asiento. De hecho, el guion escrito por Mel Dinelli está basado en la novela “Some must watch” del año 1933 de Ethel Lina White que, a su vez, es autora también del libro de suspense en el que se inspiró Alfred Hitchcock para su película “Alarma en el expreso“, pero Hitchcock no tuvo nada que ver con “La escalera de caracol” y es necesario reivindicar el excelente trabajo de Robert Siodmak. Sea como sea, este thriller clásico, hoy injustamente olvidado e ignorado, es un título esencial de las películas sobre psicópatas y uno de los referentes más destacados del género antes de la llegada de “Psicosis“, una década más tarde, que se convertiría en el puntal ineludible del género a partir de entonces.

La escalera de caracol” trata sobre un asesino en serie que mata a mujeres que padecen algún defecto físico y su próxima víctima parece que será la desválida Helen Capel, una sirvienta muda que trabaja en una terrorífica mansión a las órdenes de una anciana enferma, la señora Warren, que yace postrada en su cama. La indefensa Helen, observada desde las sombras por el asesino con las manos crispadas, deberá intentar sobrevivir en una casa claustrofóbica en la que todo el mundo tiene algo que ocultar.
Protagonizada por Dorothy McGire, George Brent, Kent Smith, Rhonda Fleming y Ethel Barrymore (nominada al Oscar como mejor actriz secundaria, que se llevó Flora Robson por su papel en “Saratoga Trunk”), la película ha sido señalada por muchos críticos como uno de los primeros ‘slashers‘ de la historia del cine, sobretodo por el efectista punto de vista escogido por el director durante escenas en las que el asesino acecha a sus víctimas, las imágenes de las víctimas reflejadas en los ojos del maniaco, o el juego de luces y sombras, que tiene influencias directas del expresionismo alemán en el cuál Siodmak se crió.

En el año 1975 se hizo un remake homónimo dirigido por Peter Collison y protagonizado por Jacqueline Bisset y Christopher Plummer, fallecido este mismo año 2021.

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