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Hay pocos artistas que generen tanta unanimidad entre los lectores, la crítica y los editores, tanto los de DC como los de Marvel, como el del legendario Frank Miller. Es, sin duda, uno de los artistas más grandes, prolíficos y transformadores que ha dado el cómic de los últimos cincuenta años. Hay una parte muy importante del trabajo de Frank Miller, y del prestigio adquirido, que está muy vinculada a los cómics de superhéroes, en cabeceras como “Spectacular Spider-Man” o “Daredevil”, y obras maestras como “Daredevil: Born Again“, “Elektra: Asesina“, “Elektra Lives Again“, “Batman: El regreso del Caballero Oscuro” donde convirtió a Batman en un héroe crepuscular, “Batman: Año Uno” o “Batman: All-Star“, pero tampoco hay que olvidar los proyectos personales que desarrolló durante la década de los noventa, que le convirtieron en un referente del cómic independiente americano gracias a títulos como la saga de “Martha Washington“, el noir de “Sin City“, la batalla de las Termópilas de “300” y “Hard Boiled“.

Hard Boiled” es un clásico del cómic independiente de los años noventa, una miniserie de tres números (de 32, 45 y 40 páginas) que cuenta con el espectacular y detallado dibujo, casi barroco, de Geof Darrow y una historia de ritmo trepidante y violencia salvaje, explícita y sin censura firmada por Frank Miller. Publicada por Dark Horse Comics, ganadora del premio Eisner a la mejor pareja de guionista y dibujante del año 1991, “Hard Boiled” cuenta como en un futuro cercano Carl Seltz, un robot que cree ser un agente de una compañía de seguros con un trabajo aburrido y normal, casado con una adorable mujer y padre de dos hijos, es en realidad un asesino al servicio de la corporación Willeford que lo utiliza para eliminar a sus objetivos. Pero un fallo en la programación del robot desatará el conflicto. La historia de Carl sucede en la ciudad de Los Angeles, en un oscuro y abigarrado futuro distópico de ambiente cyberpunk que supera, de largo, las pesadillas más oscuras del “Blade Runner” de Ridley Scott.

Y aunque hemos empezado recordando el destacado papel de Frank Miller en la historia del cómic, no podemos olvidar que en “Hard Boiled” brilla con luz propia el apartado gráfico del dibujante norteamericano Geof Darrow, que es abrumador, por lo detallista, asfixiante y abigarrado de su propuesta, así como sus espectaculares ‘splash pages‘. Un placer para los ojos de quien sufre el ‘horror vacui‘ y casi enfermizo para el resto.

¡Por cierto! El título de la obra proviene del subgenero literario homónimo, hard-boiled, un tipo de variante del género negro y del pulp que surgió durante los primeros años de la década de 1920 donde se incluye la violencia extrema, asesinatos y erotismo, que incluso deriva en el sexo explícito. El concepto utiliza es una analogía de un huevo hervido que pasa a estar tan duro como ese detective rudo y sin emociones, que se enfrenta a la violencia y el crimen.

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