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Su triunfo como mejor comedia en los Emmy ha puesto el foco sobre esta serie británica convirtiéndola en una de las series de moda. Hasta la fecha son dos temporadas con seis episodios cada una de menos de media hora. Todo gira en torno a una peculiar joven londinense que busca pareja, pero no es el argumento lo más relevante, sino cómo se nos cuentan sus problemas familiares, amorosos y laborales, con la protagonista rompiendo continuamente la cuarta pared y mirándonos directamente cada vez que quiere hacernos cómplices de algo y la atinadísima mezcla de géneros porque el envoltorio es de comedia, pero en todo momento late el drama que, eso sí, se manifiesta sin que perdamos la sonrisa por mucho tiempo. También decir que el reparto es francamente bueno y que la protagonista, Phoebe Waller-Bridge, a parte de que se te gana por completo es la autora de los guiones. Habrá que seguirla porque ha ido in crescendo desde su inicio y todavía puede dar mucho juego.
A ver, la de abogados cristianos (me la agarras con la mano) me parece tan estúpido... en fin, además ahora,…