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En abril de 2020 el coronavirus se nos llevó a un artista tan excepcional y humilde como el dibujante argentino Juan Giménez López (1943-2020), autor de títulos tan emblemáticos del cómic como “La estrella negra“, “El cuarto poder“, la serie bélica “As de Pique” o, quizás la más conocida de su prolífica producción, “La casta de los Metabarones” junto al guionista chileno Alejandro Jodorowsky. Tenía 76 años, y hacía apenas unos días que había regresado a su país natal procedente de España, y el virus no le perdonó. Tenía 76 años.

El argentino era un autor completo, que en ocasiones asumía tanto el guión como el dibujo, puesto que se defiendía con brillantez en ambos aspectos, como ya hizo con “El cuarto poder“, “Cuestión de tiempo” o “Elige tu juego“, aunque al principió de su trayectoria profesional no desdeñó ceder la responsabilidad de dar forma al guión a escritores con más talento (a Ricardo Barreiro con “As de Pique”, “La Estrella Negra”, “Factor Límite” o “Ciudad” y a Carlos Trillo con “Basura”) ni en su obra cumbre, “La Casta de los Metabarones“, dudó ni un ápice en subordinar su talento artístico al servicio de los guiones del polifacético y peculiar Alejandro Jodorowsky. Y aunque Juan Giménez era uno de los mejores dibujantes de la historia del cómic, y por ese talento fue reconocido, apreciado y premiado, su capacidad con la narración, el ritmo, los diálogos, la composición de las viñetas, la profundidad de los personajes, la atmósfera inquietante que envuelve a los protagonistas, la riqueza de la ambientación o la completa documentación del entorno en el que enmarca la historia lo convirtieron también en un guionista excepcional.
El mundo del cómic sí fue justo con Juan Giménez, y reconoció su inmenso talento con grandes premios (Mejor dibujante en el Salón del Cómic de Barcelona 1984, Yellow Kid del Salón del Cómic de Lucca 1990 o el Bulle d’Or 1994 en Francia) e incluso una exposición en el Centro Pompidou de París en 1997.

El cuarto poder” (“Le quatrieme pouvoir“), una obra producida para el mercado francobelga y publicada con gran éxito en todo el mundo, nos ofrecía un intenso relato de ciencia-ficción en cuatro actos (“El cuarto poder“, “Morir en Antiplona“, “El infierno verde” y “La isla D-7“) en el que nos contaba como la Tierra y los Krommiun estaban en guerra en el planeta Nebulae Alfa desde hacía centenares de años sin que ninguno de los dos ejércitos inclinara la contienda a su favor. El gobierno de los Krommiun emprendía entonces el proyecto Q84, mediante el cual pretendía encontrar a la mente más poderosa del universo entre las de cuatro mujeres que habían elegido para este propósito y utilizarla con propósitos militares. Pero, claro, siempre podía ser que esa mente no estuviese dispuesta a colaborar… Así que el proyecto QB4, la piloto Mega Exether, escapaba al control del gobierno y se refugiaba en Antiplona, un planetoide perdido en el espacio y lleno de casinos, burdeles y demás tugurios de mala muerte, donde dificilmente iba a pasar muy desapercibida, ni para su amado, ni para sus enemigos.
Acción, humor y crítica social conforman el explosivo trasfondo de esta extravagante joya de la ciencia-ficción que incluye una guerra entre mundos, naves espaciales colosales, proyectos científicos dementes, luchas de poder y una bella y peligrosa heroína que no está dispuesta a doblegarse, entre otros muchos motivos de peso para disfrutar de este cómic.

En el año 1999, Norma Editorial recuperó esta obra, que había quedado inédita, y la publicó en nuestro país. Actualmente está descatalogada pero confiamos que pronto alguien vuelva a tener la sensatez de reeditar esta obra maestra del cómic.

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