Una de las apuestas más arriesgadas de Walt Disney Pictures, y los malos resultados confirman que fue una apuesta arriesgada, fue la adaptación de “La isla del tesoro” (1883), de Robert Louis Stevenson, pero ambientada en un universo de ciencia-ficción. Y eso que pusieron al frente de la función al dúo formado por John Musker y Ron Clements, que tan buenos resultados les dieron con “La Sirenita“, “Aladdin” y “Hércules“, pero ni así. Costó la friolera de 140 millones de dólares (el film de animación tradicional más caro de la historia en ese momento) y la recaudación quedo poco por encima de los 100. Sin embargo, pese a ser un fracaso, las críticas de la película número 43 de Disney, no fueron malas, fue nominada al Oscar como mejor película de animación (que ganó “El viaje de Chihiro“) y el tiempo la ha convertido casi en un título de culto.
La historia de “El planeta del tesoro” nos presenta, como en la novela de Robert Louis Stevenson, a Jim Hawkins, un quinceañero aventurero, se incorpora como grumete a la tripulación de un galeón que afronta una compleja expedición en busca de un tesoro. Protegido por John Silver, un cocinero con muchos secretos, Jim demostrará su valentía luchando contra supernovas, agujeros negros y tormentas espaciales.
Cuentan que John Musker y Ron Clements habían presentado a Disney la propuesta de una versión animada de “La isla del tesoro” en el espacio en 1985, a la vez que presentaron la propuesta para “La Sirenita“. La película de Ariel tuvo luz verde muy rápido, y en 1989 ya estaba en los cines de todo el mundo, pero la propuesta de “El planeta del tesoro” casi necesitó veinte años para convertirse en realidad. Dicen que fue Roy E. Disney, presidente de The Walt Disney Company, quien dio el visto bueno tras los sucesivos rechazos de Jeffrey Katzenberg, el CEO de la compañía que se marchó en 1994 para fundar Dreamworks con Steven Spielberg y David Geffen.
¿Motivos para el fracaso? Pues entre otros motivos se atribuye el fracaso a que no fuese una película musical, que era poco infantil, unos conceptos estéticos arriesgados que combinaban lo retro con lo futurista o que el aspecto del dibujo no convenció a la audiencia. La animación era híbrida, con una animación tradicional 2D dibujada a mano sobre una animación por ordenador en 3D. Pero también es cierto que otras dos películas de Disney que siguieron senderos parecidos a “El planeta del tesoro“, como fueron “Atlantis: El imperio perdido” y “Lilo & Stitch“, no les fue tan mal.
Curioso porque justo ahora ando enganchado a la trilogía de los Arquitectos... y en cuanto acabe con ella iré a…