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David Ayer lo intentó en 2016, y fracasó. Su propuesta cinematográfica para el Escuadrón Suicida no solo no convenció a crítica y público, ni siquiera a los fans más fans de DC Comics, sinó que fue humillada, vapuleada, atizada y arrastrada por el fango con una crueldad desmesurada. ¿Era mala? Una enorme decepción, pero hay otras películas malas que no han recibido tanto odio como ésta. El director siempre ha asegurado que la cinta que llegó a los cines no fue realmente la historia que él había creado, y que su propuesta era muy diferente. Eso sí, con un presupuesto de 175 millones de dólares, la recaudación de “Suicide Squad” se elevó hasta los 746 millones en todo el mundo de manera que, de fracaso, nada de nada.

Apenas cinco años después, con las heridas aún abiertas y sin cicatrizar pero con un montón de dólares recaudados, Warner Bros. volvió a atreverse con el grupo de supervillanos y le otorgó el proyecto a James Gunn, el responsable de los “Guardianes de la Galaxia” de Marvel Studios, tras su salida de Disney en julio de 2018. La nueva película del Escuadrón Suicida iba a ser una historia independiente a la que vimos en 2016, y así Will Smith como Deathlock, Jared Leto como el Joker, Tom Hardy como Rick Flagg, Jai Courtney como Boomerang y Cara Delevingne como Enchantress dejaban paso en el reboot a Idris Elba como Bloodsport, John Cena como el Pacificador, Joel Kinnaman como Rick Flag, Sylvester Stallone como la voz de King Shark, David Dastmalchian como Polka-Dot Man y Daniela Melchior como Ratcatcher 2. Repiten Viola Davis como Amanda Waller y Margot Robbie como Harley Quinn. Como si nada hubiese ocurrido, como si la película de David Ayer jamás hubiese existido.

La historia nos presenta en esta ocasión a Bloodsport, el Pacificador, Capitán Boomerang, Ratcatcher 2, Savant, Rey Tiburón, Blackguard, Javelin y Harley Quinn, un grupo de supervillanos elegidos entre los prisioneros de Belle Reve, la cárcel con la mayor tasa de mortalidad de USA, y que harán cualquier cosa para salir de allí dentro. Incluso unirse al Escuadrón Suicida de Amanda Waller para realizar misiones de alto riesgo a cambio de conmutar parte de las condenas que cumplen (al estilo de los “Doce del Patíbulo“). Después de equiparlos con todas las armas posibles y soltarlos en la remota isla de Corto Maltés, el Escuadrón se abrirá paso por una jungla infestada de enemigos en su misión de búsqueda y destrucción. Un movimiento en falso y están muertos (ya sea a manos de sus enemigos, un compañero de equipo o la propia Waller). Sí, que nadie se encariñe de ningún personaje, pues muchos de ellos no van a llegar al final de la película con vida. De hecho, unos cuantos no van a pasar de los primeros diez minutos.

Protagonizada por Margot Robbie, Idris Elba, John Cena, Joel Kinnaman, Sylvester Stallone, Viola Davis, David Dastmalchian, Daniela Melchior, Michael Rooker, Jai Courtney, Peter Capaldi, Alice Braga, Pete Davidson, Joaquín Cosío, Joaquin Cosio, Juan Botto, Storm Reid, Nathan Fillion, Taika Waititi, Steve Agee, Sean Gunn, Flula Borg y Mayling Ng, entre otros, “El Escuadrón Suicida” de James Gunn es, como fueron las películas de sus Guardianes de la Galaxia, una diversión irreverente sin ningún autocontrol, repleta de humor negro, escatología, violencia casi gore y escenas de acción apabullantes. Quizás bastante más que las aventuras de Star-Lord y sus colegas. La capacidad del director James Gunn para coger una superproducción de gran presupuesto y convertirla en una película de serie B, en el sentido más positivo de la palabra, es increible. Del blockbuster mainstream a la diversión macarra y políticamente incorrecta.

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